Phantom and Children

49 8 1
                                    

“¡Agente Lee!”-. Grito el señor Park mientras golpeaba con fuerza la puerta –“¿Se encuentra usted bien?”-. Pregunto preocupado.

-“Si, tranquilo no es nada”-. Exclamo el anciano con tono de dolencia.

-“¿Seguro?”-.

-“Si, si claro, solo me resbalé, en un momento bajo”-. Mintió mientras tranquilizaba su respiración.

-“Esta bien, si necesita algo no dude en decirnos”-. Murmuro mientras se retiraba preocupado sobre sus pasos.

-“Necesito a mi niño de vuelta”-. Dijo para sí mismo mientras daba un último vistazo a la habitación, encargándose de no haber dejado rastros de su búsqueda. Aquella visión lo había dejado sumamente perplejo y enloqueció aún más, como si de pronto Dios le hubiese ayudado a encontrar una pista que lo guiaría al camino correcto y encontrar a su muchacho.
-“Encontrare a tu niño, amigo mío”-. Exclamo el anciano en tono bajo mientras veía hacia el cielo.


º

Después de una discusión seria Namjoon acepto, Yoongi se quedaría en la misma celda que Jimin y lo cuidaría de que no intentara atentar contra su vida de nueva cuenta, no sabía el por qué pero el sentía cierta responsabilidad de salvaguardar la vida del rubio.

-“Jimin, ¿Te encuentras bien?”-. Preguntó Min mientras lo miraba con cierto toque de lástima al pobre chico que se encontraba abrazando sus rodillas y ocultando su expresión entre sus piernas, avergonzado, el menor no con esto y se quedó inerte, callado y sin mostrar atices de atendimiento.

-“Jimin”-. Volvió a llamar mientras se acercaba a él, gateando con inocencia y con cautela de no provocarle alguna reacción negativa.

-“Aléjate de mí”-. Dijo en un tono bajo casi llegando a susurro, en su voz no había enojo, no había coraje o furia, no, solamente existía el dolor y lastima por sí mismo.

-“Jimin”-. Dijo mientras se ponía frente de él y con una mano tomo su rodilla acariciándola con una extraña ternura casi nueva haciendo que se sorprendiéndose de sí mismo.

-“Déjame, soy una pésima persona”-. Chillo haciéndose más pequeño.

-“No lo eres, tranquilo, no lo eres”-. Susurro con dolor ante sus palabras.

-“Maté a mi amigo por alguien que no lo valía, maté a mi hermano, a uno de mis ángeles”-. Dijo dándole por fin la cara mientras sus lágrimas grandes y pesadas caían sobre sus mejillas y a la vez estas se llenaban de un rubor muy bello, inocente casi divino.

-“Eres solo un tonto, un tonto con un corazón tan grande que es capaz de cegar tu conciencia y razonamiento”-. Dijo con tranquilidad mientras respiraba con pesadez.

-“Agente Min… ¿Acaso soy tan horrible?”-. Preguntó el menor con el tono de voz cortado y agrietado, el mayor no le contesto, solamente lo miro con intensidad y fijación.

-“¿Soy tan feo?”-. Pregunto de nuevo mientras esperaba con impacienta la respuesta del pálido, fuese lo que fuese, en ese momento de verdad lo necesitaba saber.

-“No”-. Dijo por fin, con tranquilidad –“No eres feo, estúpido”-. Exclamó tratando de fingir su sonrojo repentino, de verdad deseaba decir la verdad más que nunca, pero él nunca había demostrado cariño alguno por demás gente ajena a su  fallecida familia o al señor Lee.

-“¿Entonces por qué nunca nadie me ha amado? Ni mi cara ni mucho menos mi cuerpo es el mejor –sentenció dolorosamente en un quejido- Doy asco”-. Exclamó con vergüenza y con el corazón apretándole, asfixiándole.

-“Eres hermoso, no has encontrado a nadie porque… -pensó con cuidado sus próximas palabras, no quería ser duro y lastimarlo- eres como un muerto, ¿sabes?, eres como un alma que vive sola, excluido de los vivos y sin rumbo fijo, te enamoraste de un vivo el cual no puede apreciarte debido a que él no es como tú, el ama la vida y así quiere seguir, tienes que encontrar a tu contrario, alguien con en tu misma onda, en tu mismo mundo ladeado pero que sea completamente diferente a ti”-. Dijo con duda y con un revuelto en su mente, la verdad era que no sabía exactamente lo que había dicho ya que él nunca busco ese “alguien” diferente de sí mismo, nunca amo hasta enloquecer.

-“¿Alguna vez haz estado enamorado?”-. Pregunto con inocencia, mirándolo fijamente.

-“No”-.

-“¿Entonces cómo puedes decirme todo eso?”-.

-“No es necesario presenciarlo o experimentarlo, eso creo, bueno la verdad no tengo idea”-. Dijo sumamente avergonzado, tanto que su rostro se tornó de un rojo intenso haciendo que pareciese un mapache rosado, Jimin soltó carcajadas escandalosas, olvidando el dolor potente en su pecho.

-“¿¡Qué te es tan gracioso!?”-. Pregunto ofendido y extrañado mientras el menor seguía riendo con fuerza.

-“Pareces la mezcla de un cerdito y un mapache”-. Rio mientras él también se contagiaba del mismo tono.

-“Primero mírate al espejo, tú también estas sonrojado”-. Dijo ofendido mientras hacia un puchero infantil y Jimin solo quedo encantado con esa expresión.

-“Es muy agradable agente Min”-. Se burló mientras el pálido se sentaba frente a él de rodillas cruzadas.

-“Min Yoongi, solo Yoongi”-. Afirmo mientras el menor tranquilizaba su risa a una discreta.

-“Yoongi, lo siento no me acostumbro”-.

-“Será mejor que te acostumbres pronto, pasaremos aquí un buen rato además de que compartiremos celda”-. Dijo mientras se dejaba caer sobre el piso, acostándose.

-“¿Moriremos?”-. Pregunto el menor con temor y tristeza.
-“No, no lo permitiré, ten por seguro que ahora están buscándonos”-. Dijo y Jimin se acostó junto a él, quedando a su altura.

-“Gracias Min”-. Dijo el menor mientras volteaba su cuerpo hacia el del mayor.

-“¿Gracias de qué?”-. Pregunto sin verlo.

-“De que ahora estás conmigo y de que me hiciste reír como hace un buen tiempo no habían hecho”-. Sinceró mientras le daba una mirada angelical haciendo que se volteara hacia él y se ruborizara de nueva cuenta.

-“De nada Park Jimin”-. Contesto con tono fuerte y autoritario.

-“Jimin, solo Jimin”-.

-“Bien, Jimin”-.

Deseo Para Un Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora