29. Travesía (Parte 2/3)

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Lucas.

— Justo hoy que tenemos tanto en juego ¿Ninguno de ustedes se levanta temprano? – nos reclamaba Camile.

— En nuestra defensa, tú tampoco te levantaste temprano – se defendió Alex.

— Alex, creo que por ahí – señaló un camino poco usado – Vas derecho, y buscas a ver quién te pregunto.

— Miren, creo que podemos tomar un atajo para llegar más rápido – indicó Travis en el mapa.

— Para eso sirven los atajos Travis – dijo Jake sarcástico.

— Soy yo, ¿O todos están de mal humor? – me pregunta Cecyll a lo que no puedo evitar reír.

— Odian ser despertados en contra de su voluntad – me encogí de hombros, sabiendo que eso no era un problema para mí.

— ¿Y eso no es lo que ha estado haciendo Angie todo el verano? – dice Travis bromeando.

— ¿Cuál atajo Travis? – recalca Camile viendo que nos desviábamos del tema.

— ¡Ah sí! Por aquí – le muestra a Camile – No es uno de los caminos que nos indicaron, pero dado a que vamos atrasados es nuestra mejor opción.

— En realidad no es un camino, tendremos que pasar entre muchos arbustos y árboles – miro el "camino" por el que teníamos que ir.

Nos habíamos despertado tarde, tanto así que solo quedaban nuestras tiendas en el lugar. Ni siquiera Dom nos había levantado, pues cuando nos despertamos él ya no estaba.

Tuvimos que recoger todo e irnos lo más rápido posible.

Es algo raro que yo me levante tarde, pero la verdad es que apenas había logrado dormir. El tema de Camile no dejaba de dar vueltas en mi cabeza.

No paraba de considerar la posibilidad de que ella sintiera algo por mí, y yo no pudiera corresponderle. No quería herirle de ser así. Es una chica demasiado increíble, que con este tiempo que nos conoce le parece suficiente para darlo todo por nosotros. Ni siquiera lograba imaginármela triste por eso. Porque ella no es de esas chicas, ella se mantiene animada hasta en los peores momentos; ella te saca una sonrisa, aunque esté destrozada por dentro. Algo muy serio tiene que pasar para que la veas triste.

Me debatía mentalmente si debía contarle de esto o no. Porque también estaba la posibilidad de que no sintiera nada, y en cuanto le contara esto, solo terminaría siendo una situación incómoda.

Pero una parte de mí no podía aceptar ese cambio de sentimientos. Así que mi plan era estar todo el camino de regreso junto a ella, buscando ese cosquilleo interno que tenía desde el primer día en el que la vi.

Empezamos a caminar por la dirección que habíamos señalado, con Camile siendo la primera, así que yo la seguí muy por detrás. Posteriormente nos seguían Travis y Cecyll, ésta ultima ayudándolo con el mapa.

Sonreí al ver esta escena. Mentiría si digo que no los emparejé mentalmente desde el día en que Cecyll llegó.

— ¿No sienten cómo si nos estuvieran observando? – cuestiona Nathan mirando alrededor.

— Oh vamos Nathan, soy todo un ninja, puedo sentir a alguien a varios metros de mí – Alex hizo movimientos exagerados para luego reír – ¿Quién va a estar en medio de bosque? Los únicos por aquí somos nosotros.

Camile se voltea a ver a Alex y abre los ojos como platos.

— Alex, no quiero que entres en pánico, pero tienes una araña caminándote – le señala pero él se cruza de brazos.

Campamento AlawalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora