18. Invitada Especial

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Travis.

Lo que me había dicho mi prima no dejaba de darme vueltas en mi cabeza.

¿Irme del campamento?

Y conociendo a mi madre y mi tía, no volvería ningún otro año.

Flashback.

Estaba aplaudiendo y riéndome como foca retrasada mientras Alex se limpiaba la crema de la cara.

Dominic le había plantado la cara en el pastel con la excusa de que le diera una "mordida".

En eso siento la mano de alguien en mi hombro, a lo que dejo de reír y me enderecé volteando a mirar a la persona.

— Tenemos que hablar.

— ¿Me quieres terminar? No puedes, no somos novios, eso sería incesto – bromeé mirando a mi prima.

— Es en serio Trav – se me borró la sonrisa cuando me nombró de esa manera.

Solo lo hacía cuando era algo de verdad grave. No me llamaría así normalmente.

La tomé del brazo y la llevé a mi cabaña, estaba vacía.

— ¿Qué ocurre? – pregunté preocupado.

— Son malas noticias... – miró al suelo y noté como sus ojos se aguaban.

Mi mente se empezó a formular todas las posibles situaciones que pudieron haber pasado para que estuviera así. Mis nervios incrementaban por cada segundo que pasaba ese silencio. Ella no sabía cómo decírmelo.

— Mary, dime que ocurrió – puse mis manos en sus hombros ya impaciente.

— Es sobre la... La abuela... – su voz era entre cortada, su mandíbula temblaba.

Al no poder terminar la frase, negó con la cabeza frenéticamente y se echó a llorar. Instintivamente la abracé, entendí a lo que se refería.

Fin del Flashback.

Aún no lo asimilaba. Mi abuela era como una madre para mí. Estaba ahí cuando mi verdadera mamá no estaba.

Y entiendo a Mary, era la más cercana a ella, tal para cual.

Nunca la había visto así. Ella era tan indiferente cuando a la familia se refiere, de verdad le había afectado.

Les pedí a mis amigos que pasaran la noche sin mí. No les pude dar explicaciones así que quizás me espera un interrogatorio de parte de Camile.

Pero era necesario, debía que apoyar a Mary, no tenía con quien desahogarse y no la iba a dejar así de mal.

Esta mañana Angie nos dejó hablar con mi mamá y mi tía. Nos ofrecieron ir al funeral de mi abuela, que quedaba al otro lado del país.

Y seguramente, nos quedaríamos allí un buen tiempo.

Sinceramente, no tenía ánimos de ir. Los funerales son demasiado deprimentes, y no me sentía capaz de ver a alguien muerto. Pero no sabía si dejar a Mary sola.

— Sabes que no te puedes escapar de mí – sonrió y se sentó a mi lado en el tronco en el que estaba sentado.

— Intenté hacerlo toda la mañana, pero al parecer no lo logré – le seguí el juego pero desanimado.

Camile frunció el seño al escucharme y me miró examinándome. Como si buscara algún indicio de que fue lo que pasó para que estuviera así.

— Probablemente me tenga que ir del campamento – dije sin más.

Campamento AlawalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora