2. Bromas Pesadas

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Me desperté, no porque el sol me pegaba en la cara, o por el canto de las aves, o porque levemente me llamaban, no, fue por unos estúpidos altavoces.

- ¡Bueeeeenos díaaaaas! - escucho desde unos altavoces por todo el campamento - A DESPERTARSEEEEEEEEE.

Si no fuera Angie, le hubiera lanzado algo a la cabeza. ¡¡¡SON LAS 7 DE LA MAÑANA!!! ¡¡¡¡Y ESTAMOS DE VACACIONES!!!! ¡¡¿¿QUIÉN EN SU SANO JUICIO SE LEVANTA A LAS 7 DE LA MAÑANA EN VACACIONES??!!

Me levanté y me dirigí al baño, para cambiarme y asearme. Cuando abrí la puerta escuché como un hilo se corría y en un parpadear de ojos, estaba cubierta de miel, con mis queridísimas compañeras de cabaña (nótese mi sarcasmo) riéndose a carcajadas de mí.

- ¡Broma a los nuevos! - exclamó Chloe y se rieron más fuerte.

No tuve otra opción -que no fuera violenta- más que irme, según tengo entendido, a la cafetería, ya que era hora de desayunar. Me fui a la barra, agarré lo que quise y me aproximé a una mesa donde estaban los chicos. Cuando me fijé bien en ellos me di cuenta de que también les hicieron bromas. Lucas estaba cubierto de arena, Alex lleno de plumas, Jake estaba rayado con marcador de pies a cabeza y Tim estaba bañado en pintura rosa.

- ¿Broma a los nuevos? - pregunté mirándolos.

- Broma a los nuevos - afirmaron.

Terminamos de comer y fuimos a el patio central, en el que está Angie esperando a todos los campistas. Llegamos y todo el campamento se empezó a burlar de nosotros, ¡Incluyendo Angie! Me marché hacia el chico que se llama Nathan y mis amigos se quedaron atrás.

- Nadie se mete con mis amigos - le di un golpe en el brazo que hasta a mí me quedó doliendo la mano y me devolví hacia ellos.

- ¿Por qué hiciste eso? - preguntó Lucas muy extrañado por mi acción.

- Porque quién más que el que comparte cabaña con ustedes para hacerles esas bromas - respondí como si fuera algo obvio.

Si mis adorables compañeras de cabaña habían hecho mi broma, entonces su compañero de cabaña había hecho sus bromas ¿No?

Dos más dos es cuatro, cuatro y dos son...

- No, de hecho, no fue él quien lo hizo - dijo como si estuviera obviando algo.

...seis.

- ¿Cómo están tan seguros?

- Lo conocimos anoche, antes de dormir, y nos hicimos amigos.

Casi inmediatamente mi cara pareció derrumbarse.

Creo, creo, tan solo creo que debí haberles preguntado a ellos primero.

Me aproximé hacia Nathan, que se acaricia la zona golpeada. Al verme se intenta proteger con sus brazos.

- ¡No me golpees yo no hice nada!

- No venía a eso, vine a disculparme, me equivoqué contigo, quisiera empezar de cero; soy Camile, mucho gusto - dije extendiéndole mi mano.

- Ok... Nathan, el gusto es mío - me estrechó la mano.

Ambos reímos al darnos cuenta que aún tenía la mano llena de miel y que al estrechar nuestras manos la suya quedo cubierta de miel.

Nathan era un chico casi igual de alto que Lucas, con la piel blanca, y el único con el cabello claro, era casi color caramelo y un poco largo.

Nos fuimos con los chicos, que lo habían visto todo.

- Sé que todos están emocionados por empezar con las actividades - comenzó a hablar Angie, pero la interrumpió un montón de gritos alegres - Peeeero, hoy necesito que cada cabaña se reúna para inventar el nombre y su lema, para que me los den por escrito - se escucharon quejidos de fastidio por parte de todos - Luego - dijo haciéndoles caso omiso - Les diré que vamos a hacer.

Campamento AlawalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora