17

220 21 1
                                    

Alfonso entró a la sala donde Aysha descansaba aún sobre Anahí. Ésta tenía la vista perdida y estaba llorando. El empresario se acercó y le besó la frente a su novia y a su hija.

—Ey — Dijo Any con la voz un poco ronca, incorporándose y haciendo esfuerzos para no despertar a la niña mientras la dejaba apoyada completamente sobre la cama —¿Cómo te sientes? — Alfonso se sentó en una silla cerca, Any seguía sentada sobre la cama.

—Devastado. No puedo creerlo aún — Tomó aire, pues el nudo en la garganta casi no lo dejaba hablar. —Estábamos tan bien, éramos tan felices hasta esto, sumándole la batalla interminable de la tenencia. Entre estas cosas no sé como haré — Añadió.

—Tú eres fuerte, somos todos fuertes y juntos saldremos de esto. Aysha se pondrá bien, hay que tener fe. Es una prueba que nos está poniendo la vida, y somos fuertes para vencerla — Le tomó las manos a su novio y se las besó.

—Pero no me parece justo. Any... Aysha apenas tiene ocho años, es muy pequeña para pasar por todo esto. No es justo que le pase esto, no lo merece. Esta enfermedad es prácticamente terminal, puede salir mal y... no podría soportar perder a mi hija. Mi niña, nuestra niña — Dijo con la voz y el corazón roto —¿Por qué a ella? Si es como dices tú, que es una prueba ¿Por qué ese tipo de prueba, y por qué con un ser tan indefenso e inocente?

—Es el destino, no podemos hacer nada, simplemente ser fuertes ante la enfermedad y sobre todo por Aysha. Alfonso, ella nos necesita fuertes, somos su pilar... si caemos nosotros, cae ella. No podemos permitirnos decaer, esto no nos puede vencer ¡Nosotros tenemos que vencerlo! — Su voz estaba quebrada, pero suspiró y siguió — Aysha es una niña fuerte, ella saldrá bien de esto — Trató de reanimarlo un poco, a ella le dolía igual que a Alfonso.

—Igualmente me duele por todo lo que tendrá pasar. La quimioterapia es muy agresiva, no quiero verla sufrir Any — Expresó.

—Yo tampoco, quisiera estar en su lugar y sufrir todo yo... pero no hay nada que se pueda hacer. Queda ser fuertes aunque sea doloroso. Aysha no nos puede ver mal — Se arrodilló en el piso y no soltó las manos de su novio —Y haremos todo lo posible para que ella esté bien. Si ella necesita algún tipo de trasplante, haré que me examinen y si soy compatible contarán con lo que necesiten.

—Yo también. Pero a veces no hay compatibilidad, y sería más difícil.

—Alfonso, no seas negativo — Le recriminó —Tienes que ser fuerte. Siempre lo fuiste, ahora tienes que serlo más. Hazlo por Aysha, y piensa que todo saldrá bien — Alfonso asintió y la tomó de los brazos para levantarla.

—Gracias Any, gracias por todo. Por apoyarme, por darme ánimos... por todo — La abrazó y le besó el cabello.

—Siempre estaré para ustedes. Siempre.

Relatado por Any.

Nos quedamos pasmados cuando Aysha, que tiene apenas ocho años, fue diagnosticada con Leucemia. Nuestra vida hasta el momento perfecta se hizo trizas en cuestión de segundos. A la batalla de tenencia se nos suma una gravísima enfermedad, la peor que podría existir. Estamos asustados y confundidos, anhelando solamente que se trate de un sueño atroz del cual despertaremos pronto. ¿Cómo puede esto estar pasándonos a nosotros? ¡Aysha siempre fue una niña saludable! Pero como se presenta la cosa, no es un sueño; es la pesadilla que tienen muchos padres en el mundo, y estamos aterrorizados por lo que nos espera más adelante. Instintivamente esto se trata de una verdadera prueba para nuestra familia. ¿Pueden creer? Nuestra familia, la familia que ahora tengo y formé con Alfonso. Aysha es como mi hija, así la quiero, y me duele más que a nadie toda esta situación. Tenemos que ser fuertes, la niña nos necesita y nos espera un largo camino que afrontar donde nos cruzaremos con miles de piedras que nos harán tropezar y caer, pero debemos levantarnos, debemos luchar y llegar al final junto con Aysha.
Pasamos la noche en el hospital, unidos como una familia. Victoria nos acompañó, y la familia de Alfonso ya se había enterado de la desagradable noticia. Pasamos una noche mala, pues al ser el primer día todos lloramos. A la niña aún no le decimos nada, ya veremos cómo enfrentaremos todo esto, lo cierto es que tiene que saber lo que sucede dado a que no es inconsciente y las quimioterapias comenzaran a un corto plazo.
Por la mañana, luego del desayuno, nos visitó un oncólogo que nos explicó todo de la leucemia y nos informó de cómo serían los siguientes años. ¡Si, años! No será un tratamiento de meses, no, la leucemia es una enfermedad gravísima y estaremos años luchando con esto.
***
Ciudad de México.

Que el cielo no se tiña de duelo |Anahi & Alfonso Herrera |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora