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Ninguno empacó nada de sus pertenencias, salieron en la camioneta de Alfonso sin llevarse nada encima. De eso se encargarían luego los domésticos, pues ellos no tenían cabeza ni tiempo para hacerlo. Alfonso nunca había visto llorar así a Anahí. La castaña se encontraba en casi un ataque de pánico; lloraba sin parar hasta el punto de cortarle la respiración.

—Anahí cálmate por favor. Todo estará bien — Con su mano derecha trató de calmarla acariciándole las manos mientras con la izquierda maniobraba el auto. Aysha iba atrás muy asustada por el estado de Anahí.

—No puedo. ¡Mier.da! Debí imaginarlo. Debí hacerle caso a mi presentimiento, Alfonso. El maldito hijo de pu.ta aprovechó mi ida para atacarla — Afortunadamente Aysha no entendía lo que eran insultos en español, así que Anahí no se censuró al maldecir al tipo que había atacado a su amiga. —Te juro que si le pasa algo a mi amiga, lo juro por mi vida, lo busco y se va a arrepentir de haber nacido. Maldito malnacido — Estaba furiosa. Sus palabras eran escupidas con rabia y asco.

Llegaron luego de una hora de viaje a la ciudad a un hospital público donde se encontraba su amiga. Anahí corrió al encuentro con su amigo Brandon, que caminaba por toda la sala impaciente.

—¡¿Cómo está?! — Preguntó entre sollozos. —¡Brandon contesta! ¿Cómo está Sori? — Por la cara del chico Anahí temió lo peor. Casi se desplomó si no fuera porque Alfonso llegó para tomarla en brazos.

—Tranquila — La llevó para que se sentara en una de las sillas de la sala de espera.

—¡¿Qué le hizo, Brandon?! ¡Dime! — El chico se tomó la cabeza y cerró sus ojos para contener las lágrimas.

—Le disparó. El maldito aprovechó que se encontraba sola y le disparó — Todo comenzó a dar vueltas para Anahí, que tuvo que apoyarse en el pecho de Alfonso y llorar aferrada a él.

—¿Cómo está? — Preguntó Alfonso a Brandon.

—Hace dos horas está en quirófano. No sé nada — Explicó nervioso. —La encontré a las nueve de la mañana, al parecer había sido algunos minutos antes o una hora quizás — Suspiró con fuerzas —Estaba inconsciente en un charco de sangre. Perdió mucha sangre, demasiada y... me dijeron que no sabían si iba a salir con vida de ese maldito quirófano — Annie seguía llorando mientras Alfonso la abrazaba y Aysha miraba desde una punta aún asustada.

—Alfonso, no quiero que nada le pase a Sori. Es mi hermana — Dijo entre sollozos. Poncho le acarició la espalda para tranquilizarla mientras Any se aferraba a su cuerpo como su único salvavidas. —Espero que en este maldito hospital la atiendan como se merece.

—En cuanto salga de la cirugía, si no se encuentra en estado crítico, pediré que la trasladen a una clínica privada. Los gastos correrán por mi cuenta — Anahí rompió el abrazo y lo miró.

—No, no... no hace falta... yo...

—Nada Any, está dicho. Estoy segura que una clínica será mejor, estará mejor atendida ¿si? — Le secó las lágrimas y le dio una sonrisa de lado.

—Gracias. No sé como... agradecerte. Gracias.

Una hora después el cirujano a cargo de la operación salió al encuentro con sus familiares.

—Familiares de Soraya Martínez — Anahí casi se tropezó para llegar al encuentro con el hombre.

—Yo. Soy... su hermana — El doctor frunció el ceño y asintió. De otra forma no le hubiesen dado la suficiente información sobre el estado de su amiga.

—Señorita, su hermana ha salido bien de la cirugía. Ha sido complicada, pero afortunadamente la bala no tocó ningún órgano vital y la joven está bien. No hay de qué preocuparse — Anahí suspiró aliviada. Poncho y Brandon igual.

Que el cielo no se tiña de duelo |Anahi & Alfonso Herrera |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora