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Any ingresó al lugar y sintió pena ver a su cuñada en ese estado. Su bonita cara estaba marcada, no quedaría ninguna marca a futuro, pero ahora realmente se veía fatal... de todos modos no dejaba de estar bella. Así que Any sonrió y se acercó a la cama de hospital.

—Vic — Le tomó la mano y se la acarició ya que no podía saludarla de otra forma y no lastimarla. —¿Cómo te sientes, pequeña? — La chica se acomodó mejor en la cama para incorporarse y sentarse, entonces sonrió.

—Dentro de todo bien. Un poco de dolor pero nada más. Le agradezco a Dios que salí viva de ésta, lo demás no importa — Any la acompañó con una sonrisita, afirmando.

—¿Querías hablar conmigo? — Preguntó.

—Si, porque tú eres la única que me entiende... y la única que haría esto por mí — Anahí espero paciente el pedido de su amiga.

—Claro, dime.

—Dulce... Sé que está preocupada, que no se habrá movido ni un segundo de aquí... lo presiento. ¿Cómo está ella? — Preguntó impaciente, queriendo saber de la pelirroja.

—Tienes razón, ella no se movió de aquí, de hecho fue quien nos avisó de tu ingreso a la UCI.

—Any, necesito verla ahorita. ¿Sabes? Me iré con ella — La sorpresa se notó en Anahí al enterarse de esa noticia.

—¿Cómo que te irás? ¿A dónde? — Victoria se tomó la cabeza e hizo un gesto de dolor, sin embargo eso no le impidió hablar.

—Lejos. Mi padre me ha dicho que no me acepta así, y que sería una vergüenza para la familia... ¿Qué me quedaré haciendo aquí? De todos modos, si me quedo, mi padre no me hablará jamás... por eso he decidido irme — Confesó.

—No Victoria, no puedes irte — A Any se le llenaron los ojos de lágrimas, si Victoria decidía irse ella iba a extrañarla demasiado. —Se pueden hablar mejor las cosas, y si tu padre no da el brazo a torcer no tienes por qué irte, eres libre de hacer lo que quieras — La chica Herrera sonrió para no llorar.

—No lo entienden, y no me quedaré aquí para ver como mi familia me hace a un lado. Quiero vivir mi vida plenamente, feliz... y si tengo que irme, me iré.

—¿Estas enamorada? — Preguntó largando una lagrimita pero sonriendo al ver que en la cara de su cuñada se dibujaba una sonrisa.

—Nunca lo estuve, y siento que ahora sí lo estoy. Voy a dejar todo por ella, por su amor... la amo — Afirmó. Any asintió y volvió a acariciarle la mano. —¿Me puedes hacer ese favor que te pedí?

—Ahorita regreso — Cuando Any salió, Alfonso la abordó.

—¿Ya puedo entrar a verla? — Any negó.

—Un momento, iré por alg... ya regreso — Alfonso la frenó.

—Espera ¿A dónde vas? ¿Te acompaño? — Anahí lo miró sin saber que inventarle.

—Tengo que hacerle un favor a tu hermana. Ahorita regreso ¿si? — Cuando Any se alejó, Alfonso volvió a donde estaba su familia.

Quince minutos después Any se encontraba apartada de toda la familia, bastante seria. Le había dicho a los Herrera que estaban atendiendo a Vicky y que por eso no podían ingresar por unos minutos. Entonces se quedó alejada y a solas unos momentos hasta que su amiga Soraya se acercó.

—Que pensativa — Expresó sentándose a su lado. —¿Pasa algo Anita? — Any la miró y no pudo evitar las lágrimas. El embarazo la tenía muy sensible.

—La voy a extrañar — Habló ahogando el nudo en su garganta.

—¿A quien? — Preguntó la pelirroja sin entender.

Que el cielo no se tiña de duelo |Anahi & Alfonso Herrera |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora