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Parte Hot.

Alfonso ya la tenía desnuda, a su merced, toda para él, para disfrutarla como siempre lo hacía. Pero Anahí no quería eso, a ella le gustaba llevar el control y últimamente lo tenía Poncho.
Desnuda como estaba, intercambió roles con un movimiento, ubicándose de horcajadas sobre el estómago de Alfonso, que aún estaba medio vestido con los vaqueros.
Lo miró con deseo en sus ojos y comenzó un movimiento de caderas, simplemente rosando su intimidad con la de Alfonso aún cubierta por la tela de su bóxer.
Él la tomó de la nuca acercando su boca a la suya para así besarla con ternura y suavidad, volteándola nuevamente boca arriba mientras se quitaba el bóxer. Suaves gemidos salieron de la boca de la castaña entre beso y beso, y ésta se acurrucó más cerca de él mientras una de las manos de Alfonso recorría su espalda, hasta llegar a su trasero.
La erección de Poncho presionaba contra su intimidad, y se frotó nuevamente contra él... Juró que lo sintió crecer aún más duro. Su beso siguió siendo lento, como si estuviera saboreándola.
Mordisqueó ligeramente su labio inferior y atrapó sus suspiros en la boca. Su mano libre seguía acariciando su carne, vagando sobre su cuerpo, explorando sus curvas.
Por su parte, Anahí deslizó una de sus manos hacia abajo por su pecho desnudo y de nuevo hacia arriba, amando y acariciando sus músculos debajo de sus dedos con cada movimiento que hacía. Sus bíceps eran firmes, duros a pesar que no los trabajaba con mucha regularidad. Alfonso se daba un tiempo para ir al gimnasio, pero no lo hacía regularmente. Su respiración se volvió más rápida mientras le clavaba los dedos en su trasero y su beso se volvió un poco más urgente, como si estuviera teniendo un momento más y más difícil para controlarse a si mismo. Cuando liberó su trasero apretado, le acarició la piel hacia abajo por el muslo y ahuecó sus testículos, luego tomó su duro miembro.
Mientras acariciaba su longitud, contuvo el aliento contra sus labios.

—No voy a durar mucho tiempo si sigues así, preciosa.

—No quiero que te contengas, Alfonso — Él le dio un sonido estrangulado mientras capturaba su mano con la suya.

—Créeme, si no te detienes esto terminará antes de que realmente comience — Any no pudo evitar la risa suave que se le escapó, y él se echó hacia atrás, encontrando su mirada. —Eres tan hermosa, mi amor — Murmuró —Te deseo tanto, a cada hora.

—Lo mismo digo — Ella besó la comisura de su boca, luego lamió un camino desde el cuello hasta la mandíbula.

—Any ¿Piensas que puedes tomar cualquier cosa que te doy? — Anahí frunció el ceño, mirándolo confundida.

—Aquí, en la cama, todo lo que quieras darme podré tomarlo. En cuanto a lo otro, ya lo hablamos — Y no era tampoco el momento de hablarlo en esa situación. Llegó a la boca y le mordió el labio inferior, distrayéndolo.

—Quiero que seas mi mujer — Gruñó Alfonso volviendo a sorprender a Anahí, pero más la sorprendió cuando metió sus dedos en su intimidad. Any ahogó un gemido.

—Ya soy tuya — Su voz estaba quebrada, completamente sin aliento.

—Me alegra saberlo — Gruñó. Él levantó su dedo dentro de su núcleo duramente. Maldita sea, estaba muy mojada y resbaladiza —Quiero foll.arte ya mismo — Una vez más Anahí se sorprendió. Él nunca usaba esos términos tan... duros, siempre era un caballero. Pero ahora, ahora al parecer no podía soportarlo más tiempo. Ante eso ella gimió y apretó las caderas contra su mano. —Estoy perdiendo el control — Él deslizó sus dedos fuera de su canal y lo llevó a sus labios —Y no creo poder ser suave contigo — Ella gimió cuando él movió la mano y luego deslizó sus dedos entre sus labios, dejándola probarse a sí misma. —Chupa — Exigió, y ella obedeció con un poco de sorpresa. —Maldita sea Anahí, no podré contenerme. No puedo hacerlo con suavidad — Contuvo el aliento mientras Any chupaba sus dedos —Voy a foll.arte, voy a montarte duro. No quiero lastimarte pero... — Sacó sus dedos de su boca.

Que el cielo no se tiña de duelo |Anahi & Alfonso Herrera |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora