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—¿Qué ha sido de ti estos dos años Any? ¿Cómo ha sido tu vida? — Preguntó. Anahí se relajó.

—Si quieres saber si te extrañé estos dos años, te confieso que cada día. No dejaba de pensar en ti, de hecho nunca dejé de hacerlo. El primer año me refugié en mi trabajo. Intentaba olvidarte manteniendo mi cabeza y mi mente ocupada con los hombres... — Arrancó la ahora castaña. Alfonso iba a hablar pero ella lo frenó —Déjame explicarte. Pensaba que así podía olvidarte, pero no. Cuanto más me metía con los clientes más te recordaba, porque nadie me ha tratado como tú. Añoraba tus caricias, tus besos, tu delicadeza al hacerme el amor... pero nadie me daba eso. Pasé un año entero así, hasta que me di cuenta que eso no me hacía bien. Decidí dejar esa vida... ser una mujer decente. Ya no soy prostituta, trabajo en una oficina desde hace ya un año. Y como ves... ya no soy la misma.

—¿En serio has dejado todo por fin?

—Si Alfonso. No sé por qué diablos no quise dejarlo antes. Ahora estoy mejor, tengo un trabajo decente que me deja buen dinero sin tener que venderme ni vagar por las calles. Me siento mejor.

—No sabes cuánto me alegra saber eso — Le acarició la cara y Any cerró los ojos.

—Recordé lo que me habías dicho, y mi amiga me dijo lo mismo. Estoy para más que ser una mujerzuela.

—Así es preciosa.

—¿Y tú? ¿Dónde has estado precisamente? ¿Cómo has estado?

—En España, trabajando en la sucursal de la empresa familiar. Me centré en el trabajo, hasta que conocí a Aysha y dividí mi tiempo entre el trabajo y ella. Esa ha sido mi vida en estos dos años.

—¿No has... formado pareja... ni eso? — Preguntó insegura, pues no quería saber si Alfonso habría estado con otra mujer. Eso le destrozaría el corazón en cuestión de segundos.

—No he pensado en nadie más que en ti, no he salido con nadie Anahí. ¿Cómo poder? Si estabas en mi mente todo el tiempo. No pude, pero tampoco quería.

—Yo... desde que dejé ese trabajo, tampoco he estado con nadie. Alfonso... — Se acercó y le tomó el rostro con sus manos —Me arrepentí tanto de no haberte correspondido, me arrepentí porque desde que te fuiste mi cielo ha estado gris. Lloraba, no comía, solo buscaba distraerme, tomando, saliendo... y ya sabes. He vivido dos años de martirio, reprochándome por dejar ir al hombre que amaba... Al hombre que amo, el hombre que me hacía y me hace sentir completa. Me haces sentir tantas cosas, y te he echado mucho de menos — Las lágrimas resbalaron por sus mejillas.

—Yo he estado igual o peor que tú. Me enojaba no ser suficiente para ti...

—No digas eso, porque fuiste demasiado. La que no era suficiente mujer para ti era yo.  Alfonso, lo hice por tu bien. Te merecías una mujer con todas las letras; educada, fina, de clase social, sin un pasado... obscuro.

—Pero no pensaste que me estabas matando con tu rechazo — Le secó las lágrimas —Te amaba tanto que cada rechazo tuyo era un puñal directo al corazón. Y estaba enojado conmigo mismo por no lograr que sintieras lo mismo que yo sentía por ti.

—Siento más de lo que crees. Te amé siempre, creo que desde la primera vez que me hiciste el amor así de suave, delicado... con amor y cariño. Pero nunca quise verlo, hasta que estuve destruida por no tenerte. El dolor en mi corazón me hizo darme cuenta que dejé ir a la persona que más amé en toda mi vida... Te amo, y te lo afirmo aquí, ahora que te he vuelto a ver sigo sintiendo lo mismo. Eres... todo para mí, y no quisiera vivir ni un minuto más sin ti. Yo sé que han pasado 2 años, y que quizás ya no sientas lo que sentías antes... pero, quiero que lo sepas. Te amé, te amo y voy a amar toda mi vida.

Que el cielo no se tiña de duelo |Anahi & Alfonso Herrera |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora