°Capítulo 3°

532 47 9
                                    

Anteriormente

Ese mimado de mi*** me va hacer el año, y es un verdadero dolor de cabeza. No dudaré en enterrarle mi sable en el cráneo si me molesta otra vez, ash.

Continuación

Después de eso pasaron en la clases normales. Aunque de vez en cuando los tontos y el rubiales me coqueteaban, que asco.

Despues de las clases, los chicos me hablaron.

—¡Mari eso fue genial!—gritaron Chloé y Alya. Juro que pensé haber quedado sorda.

—Es verdad, fue la mejor humillación que he visto—me dijo Mariano pasando su brazo por mis hombros.

—¿Lo de Agreste? no fue nada. Alguien debía bajarlo de su nube de orgullo. Además, nadie le habla así a mis amigas. Me cayeron bien y se merecen ser defendidas así—dije tranquilamente.

—Gracias, gracias, muchas gracias por tal privilegio—agradeció Alya demasiado feliz.

—Sii, es cierto—agregó la rubia.

—No es nada, ¿Verdad mi princesa del hielo?—me preguntó burlón. De esta no sale vivo.

—Sigues y te prometo que como me llamo Marinette no tendrás descendencia—las chicas se rieron por lo dicho. Mientras que él tragaba duro

—Buena esa Mari—comentó regulando su respiración Chloé.

—Algunas veces me das miedo hermanita—sonrió nervioso.

—Me da igual—respondí subiendo mis hombros

—Bueno, ya nos vamos, hasta mañana Mari, Mariano—se despidieron riendo.

—¿Mari nos vamos?—me preguntó mu hermano mirándome.

—Pues ahora que lo dices, adelántate. Me di cuenta que dejé un libro—dije con fastidio.

—¿Te molestaría llamar a Jackson? Quiero conocer un poco la ciudad—

Suspiré—Esta bien—

—Gracias Mari. Adiós, nos vemos en casa—se despidió de mí con un abrazo. Es uno de los pocos que puede abrazarme; generalmente no me gustan los abrazos.

— Vale ‘Auf Wiedersehen’—me despedí en alemán. Estoy acostumbrada a despedirme así.

Bueno ya que. Me encaminé hacia mi salón y me puse a buscar lo olvidado; y efectivamente, mi libro de Geografía estaba allí. Lo tomé y rápidamente lo guardé en mi bolso, al mismo tiempo que sacaba mi celular marcando un número.

En la llamada

¿Hola?–

–Jackson, ¿podrías venir a buscarme? Mariano tenía algo que hacer

–Enseguida señorita, ahora mismo la recogeré

–Gracias–

Fin de la llamada

Jackson es nuestro guardaespaldas contratado por mi papá. Él siempre debe venir a traernos y llevarnos, pero le pedimos que no lo hiciera por hoy. Ha sido nuestro guardaespaldas durante 2 años, y si, vino de Alemania para protegernos; aunque yo puedo sola.

En fin, me dirigí hacia la salida del instituto hasta que me topé con alguien que no quería ver.

—Hola preciosa—no otra vez.

Diferente (AU Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora