°Capítulo 12°

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Anteriormente

—Mucho gusto Mariano, soy...

Continuación...

Una bocina la interrumpió antes de que pudiera presentarse.

—Lo siento, me tengo que ir—dijo en forma de despedida para marcharse, pero una mano en su brazo la detuvo.

—Por favor, dime tú nombre—suplicó el ojiazul.

—Kagami, mi nombre es Kagami.

—Espero volver a verte, Kag—dijo para soltarla.

—Yo igual...

***

—¡Hermana!, Mari~ ¿Dónde estás?—gritó Mario sin recibir respuesta, hasta que se le ocurrió una idea—¿Dónde está la amargada de mi corazón?

—¿Cómo me dijiste Robin Hood?—exclamó ofendida, apareciendo en la cima de las escaleras.

—Ven, baja que te necesito contar algo—ella bajó, para que antes de que el hablara, pegarle en la cabeza.

—Interrumpiste mi hora de lectura, y sabes que odio que me interrumpan en cualquier cosa, así que espero que sea algo importante.

—Bueno verás, hoy conocí a una chica, era hermosa, tropezamos y agradezco haberme encontrado con ella pues...creo que me enamoré.

—¿Cuál es su nombre?

—Kagami, hasta su nombre es perfecto.

—Espera, ¿Kagami Tsurugi?

—No sé si sea su apellido, ¿Por qué lo preguntas?

—Tom, quiero decir, nuestro padre es socio de Tsurugi's Business, y la hija del los dueños de esa empresa se llama Kagami.

—¿Y cómo rayos tu sabes eso?

—Mi padre me lo comentó una vez, además, cierto día conocí a la señora Tsurugi, y ella me habló de su hija. Solo se necesitan atar los cabos, pero hasta para eso eres un retrasado—suspiró audiblemente.

—Vaya, pues ahora tengo más posibilidades de volverla a ver—dijo mientras sonreía ilusionado.

—Ash, ¿Por qué no llamas a Chloe o a Alya para hablar de esas cursilerías?

—Uno, porque tú eres mi hermana, y dos, porque están ocupadas—ésta sólo le saco el dedo medio—¡Hey!

—Solo digo que si esa estúpida se aprovecha de ti, tendrán que incinerarla porque ninguna de sus extremidades permanecerá en su cuerpo, principalmente la cabeza ¿Entendiste?—trago saliva mientras le daban escalofríos de solo pensarlo y asintió lentamente.

El corrió por la casa hasta dar en la pequeña oficina que estaba cerca de la entrada de su hogar. Y acudió a su gran amiga...

—Alessia.

—¿Que necesitas Mario?—preguntó de forma amable.

—Necesito que busques a Kagami Tsurugi, dame su número de teléfono y dirección cuando puedas localizarla.

—Enseguida joven—respondió antes de empezar a teclear en el computador.

***

—Wow, que suerte tienes amigo—le comentó un pelirrojo al azabache.

—Si...solo espero volverla a ver.

—Hola chicos—saludó la rubia a ambos tan alegre como siempre.

—Hola my Queen—respondió en forma de broma el ojiazul.

—H-ho-la C-Ch-Chloe—dijo sonrojado mirando el suelo el de orbes turquesas.

—Hola a todos—apareció Plagg tomado de la mano de Tikki.

—Ohh Tikki, llegaste hace una semana y ya tienes novio—dijo pícaramente levanto las cejas Mariano, provocando un sonrojo en la pareja.

—Déjate de estupideces niño radioactivo.

—Oye Plagg, no porque tenga algunas puntas de mi cabello en color verde significa que sea un sobreviviente de Chernobyl—exclamó indignado.

—¿Y ahora de que están hablando éstos dos?—preguntó el de lentes confundido.

—Ignóralos, siempre pelean por boberias—respundió el rubio—¿Y dónde está Marinette?

—Detrás de ti—una voz fría lo asustó a sus espaldas—Entren a clases de una vez por todas.

Todos se encaminaron hacia el salón, obedeciendo a la chica.

Una, dos, tres, todas la clases pasaron a paso de tortuga, o así lo sintieron. A nadie le gusta pasar horas y horas encerrados, escuchando a un adulto parlotear, ¿O sí?

En fin, al culminar las clases, el ojiesmeralda persiguió a su ángel inalcanzable, o el demonio para otros, hasta lograr su cometido.

—Oye bichito, ¿Te gustaría ir a tomar un helado? Cómo amigos, claro.

—Aún me faltan dos horas para mí clase de piano, así que está bien.

—Vale, vamos.

Caminaron a la par conversando sobre sus gustos mientras se dirigían a una heladería que estaba cerca del instituto.
El chico no podía dejar a Marinette mientras hablaba, de alguna forma sus ojos lo hechizaban, dejándolo absorto ante la pureza y belleza de estos; y lo reconocía, lo que lo enamoró fueron los zafiros de aquella chica diferente.

Andaba en su mundo cuando escuchó unos susurros que se volvían gritos, trayéndolo a la realidad.

—¿Que decías Mari?

—Ya llegamos a lugar, tonto.

—Perdóname, estaba un poco distraído

—¿Un poco? Lo estabas totalmente Adrien.

—Vale vale, lo siento—en eso miró una banca y volvió a dirigir su mirada hacia la chica—¿Por qué no te sientas allá mientras compro los helados?

—Me parece bien, mi helado que sea de chocolate.

—Bien, chocolate, entonces ya vuelvo—dijo para ir a comprar los helados. Marinette camino al banco cuando alguien toca su hombro. Al voltearse, se encontró con alguien que no pensó ver.

—Pensé que no te volvería a ver, Marimanette...

•~•~•~•~•~•~•

Chan Chan Chaaaaaaan, perdón pero saben que me gusta cortar en momentos cruciales, pero bueno, ¿Les gustó? Si es así, vota y comenta pues lo hice aún teniendo todas las tareas encima. Hasta la próxima mi gente...

Cambio & fuera!

Diferente (AU Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora