°Capítulo 18°

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Anteriormente

—Yo igual, gato pulgoso—respondió un poco avergonzada mientras lo abrazaba.

Continuación

En otro lugar...

Una casa alejada de los bullicios de la ciudad, abandonada, de apariencia lamentable, adornada por fuera con lámparas de aceite, y por sus adentros, una antigua pero elegante oficina en la habitación principal destacaba entre los montones de porquerías.

La antigüedad se hacía notar con la humedad en las paredes, sus pisos de madera desgastados y manchados por el agua que bajaba por las mismas. En un momento, una puerta chirreante, perteneciente a la oficina, es abierta por un joven con ropas y un gorro, todo completamente negro.

Por fin te dignas de aparecer. ¿Me extrañaste?—una voz canturreante se presentó en aquel lúgubre lugar mientras miraba a su invitado.

—No me vengas con juegos, hace dos días nos vimos.

—Me da igual. Te cité para...charlar de nuestros asuntos—sonrió con cinismo.

—Habla de una vez, tengo cosas más importantes que hacer.

—Dime, ¿Cómo vas con la chica?—preguntó con un toque de gracia mientras una daga bailaba entre sus dedos.

—Te he dicho mil veces que ella no es fácil. Sabes bien que no le confiara a cualquiera información personal—su voz con notable aborrecimiento resonó en aquella oficina abandonada.

—¡Entonces gánate su confianza!—grito con furor para después clavar la daga en la vieja mesa de oficina—Se te acaba el tiempo, Chaton.

—¡Qué no me digas así, joder!

—Yo te diré como me venga en gana—lo tomó por el cuello de su camisa, acercándolo a su rostro y el arma antes clavada en la mesa, tanteaba su cuello—¿Te quedó claro, miserable?

—Más que el agua—se separó de forma brusca, dirigiéndose a la salida.

—Obtén información, y tú "novia" no amanecerá degollada—ordenó antes de que el contrario se retirara.

—Cumple tu parte, yo cumplo la mía—tras decir esto, salió del lugar azotando la puerta de por medio.

—Solo es cuestión de tiempo, para que por fin...—imaginó el rostro de su víctima en la pared y sin dudarlo, tomo una pistola que se encontraba sobre un buró, recargándola y disparando repetidas veces hacia el pedazo de cemento que dividía las habitaciones—Recibas tu merecido.

Su risa denigrante e incontrolable se escuchó en el lugar, llenando cada rincón de lo que alguna vez fue una recámara.

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¡Alohaa! A pesar de que este capítulo estuvo corto, quise hacerlo pues es uno de los momentos cruciales entre nuestra pareja principal.

¿Quienes piensan que son estos dos incógnitos? El tiempo lo dirá. Espero y les haya gustado, me despido...

Cambio & fuera!

Diferente (AU Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora