°Capítulo 6°

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Anteriormente

—Amigos—respondió estrechando esta.

Continuación

—Bueno, ya me voy, adiós Adrien—dijo antes de ir al encuentro con su hermano.

—Me dijo Adrien, ¡ME DIJO ADRIEN!—exclamó con felicidad.

***

—¿Listos para distraerse un rato?—preguntó Chloe mirando a los gemelos.

—Por supuesto que—

—¡Esperen!—gritó una voz lejana.

—¿Oyeron eso?—esta vez, habló la ojiazul.

—¡Hey!—volvieron a oír.

Todo voltearon y se encontraron con el rubio corriendo hacia su dirección. Segunda vez que lo veían en el día de esa forma.

«Oh no, problemas» pensó la de gafas.

—Hola chicos—saludó respirando de forma entrecortada.

—...—las chicas se sorprendieron al escuchar al mismo Adrien Agreste hablarles y no gritar e insultarlas como la mayoría del tiempo.

—Verán, quiero disculparme con ustedes chicas—se dirigió hacia el par de amigas—Sé que me he comportado de una forma muy descortés con ustedes, por ello, quiero volver a empezar. Mis amigos nunca las odiaron, solo las molestaban porque yo se los decía; espero nos puedan perdonar—terminó con clara sinceridad.

—Por supuesto que sí, Adrien—exclamó la ojiceleste muy alegre.

—Siempre quisimos ser sus amigas, así que no hay problema. Todos merecemos una segunda oportunidad—habló la morena acomodando sus lentes en el puente de su nariz.

—Gracias, muchas gracias; ¿Quisieran ir con nosotros al cine el sábado?-preguntó—Ustedes también si pueden-miró a lo hermanos.

Todos/Mariano—Claro.

—¿No irás, Mariano?—preguntó extrañada Chloe.

—Será para la próxima chicos, tendré una prueba de arco y flecha—se disculpó.

—No hay problema. Bueno, nos vemos mañana—se despidió montándose en su auto el rubio.

—Bue~no, aprovechemos y vayamos a comer helado—gritó Alya.

—Siiiiii—respondió de igual forma el chico. En ese momento, empezó a sonar el celular de Marinette.

—¿Hola?...Ah eres tú, ¿Que necesitas?... ¿Ahora?...Ya veo, dile que iré en camino...vale adiós—cortó la llamada.

—¿Quien era Mari?—preguntaron

—Alessia, me dijo que hay una sesión de último hora y me necesitan, y no puedo negarme porque mi padre lo ordenó—soltó con cierta molestia.

—Ay, que mal. Si quieres, dejamos lo de los helados para otro día.

—No para nada, vayan ustedes, hasta luego—dijo para luego adentrarse al auto que había llegado hace algunos minutos.

***

Diferente (AU Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora