Marinette, una chica fría y cortante que no cree en el amor.
Adrien, el típico popular irritante que espera algún día ser amado.
Ella entrará en la preparatoria "Françoise Dupont" y él intentara de todo para llamar su atención.
...
—Por supuesto que no, ¿Que tipo de pregunta es esa?
—Solo curiosidad.
—Si claro, curiosidad—repondió sarcástica.
—Mejor te dejo dormir, hasta mañana.
—¿Hasta mañana?—termina mirando confundida la puerta por dónde su amiga había salido segundos antes.
—¿Yo lo amo?—se preguntó la azabache mirando el techo de su habitación para después caer en los brazos de Morfeo.
***
—Señorita, levante un poco el mentón—indicó el fotógrafo a la ojiazul. Esta hizo lo indicado—Eso es, ¡Perfetto, un lavoro d'arte!
—¿Ya terminamos Franco?
—Aún no bella mia. Falta una más y ya—dice capturando una vez más la imagen de la joven.
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—¡Perfetto! Ya culminamos bella mia.
—Bien, me iré a cambiar, adiós Franco—la chica empezó a caminar sin esperar que el hombre respondiese.
Al cambiar de ropa decidió caminar un rato al parque, hasta que a lo lejos una figura de acercaba a gran velocidad con su mano levantada, tal vez estaba saludando. Al ver quién era quería correr, pero el ya estaba al frente.
—Hola de nuevo, Marimanette.
—Deja de decirme así Couffaine—respondió fría.
—Ok ok, una pregunta Marinette, ¿Ese rubio del otro día es tu novio?—preguntó mirandola fijamente.
—No es de tu incumbencia.
—Mari, por favor, dame una oportunidad.
—Para que, ¿Para que vuelvas a hacerme daño?¿Para que vuelvas a engañarme? ¡¿PARA MORIR DE UNA VEZ POR TODAS?!—él no dijo nada—No te acerques de nuevo a mi Luka, ya no soy el títere que manejabas a tu antojo—éste se acercó más, deslizando su pulgar dulcemente en la mejilla de la azabache.
—Marinette, estoy arrepentido, no sé que he hecho pero—ella golpeó la mano de Luka caminando hacia atrás.
—Púdrete mal teñido—sentenció con su voz un poco hostigada sacando el dedo medio para después empezar caminar.
Un par de ojos admiraron toda la escena a lo lejos.
—Vaya vaya, ¿El sigue siendo tu debilidad Marinette?, Porque de ser así tu dolor se multiplicara al doble—susurró de forma psicópata.
