🔸 d i e c i o c h o🔸

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—Haluatko varmasti pakata housut? (¿Seguro que guardaste tus calzones?) —le preguntó Finlandia a Third Reich, mientras estaban empacando sus cosas más indispensable para las vacaciones— Sinun on varmistettava, koska en aio lainata minun (Tienes que asegurarte porque no voy a prestar los míos).

—Was habe ich damit zu tun? (¿Que tengo que ver yo en todo esto?) —cuestionó el nazi, molesto por tener que ser parte de un viaje donde tendría que estar en medio de la nada.

—Ei mitään, mutta Azulito antoi meille luvan ottaa lemmikkimme (Nada, pero azulito nos dio permiso de llevar a nuestras mascotas) —respondió tranquilo, a la vez que metía a su maleta un jabón líquido, un sostén con pedrería y un termo con caldo de pollo.

—ich hasse dich (Te detesto) —solto el menor, mirando como el pequeño perrito Herpes se acercaba a él.

—Jos he antoivat minulle kolikon jokaiselle, joka kertoi minulle sen; Minulla olisi sellainen (Si me dieran una moneda por cada persona que me dice eso; tendría una) —comentó el finlandés, con una sonrisa pintada en el rostro, antes de introducir un porta palomas a su maleta.

—Komm zurück mit meinem Höschen! (¡Regresa aquí con mis pantaletas!) —le gritó Third Reich a Herpes, una vez que el pequeño cachorro saliera corriendo con su ropa interior.

Finlandia iba a intervenir, pero un par de mensajes llegaron a su teléfono. Eran tanto de Rusia como de Corea del Norte, se notaba que ambos estaban preocupados por él, pues después de lo que pasó una semana atrás los dos no habían dejado de tratarlo como si fuera de cristal.

Tal vez debió contarles que le había pasado en lugar de regresar con ellos y hacer como si nada hubiera pasado, pero realmente se sentía mejor siguiendo con todo igual. No quería que sus amigos cambiaran la forma en la que lo veía solo por una cosita de nada.

Aunque pensándolo bien, tal vez debió de darle un golpe en la cara a Rusia en vez de salir corriendo, quizás eso hubiera parecido más normal tratándose de él, incluso pudo haber soltado la maldita caja cuando el ruso empezó a insistir.

El finlandés soltó un suspiro algo cansado. Si tan solo pudiera regresar en el tiempo para evitar que vieran esa faceta de su persona.

—Schau, Welpe, ich liebe deine Art, aber du musst mir das zurückgeben (Mira perrito, amo a los de tu especie, pero necesito que me devuelvas eso) —le dijo Third Reich al cachorro, mientras extendía su brazo para que esté le entregara la prenda.

—Papa, er ist ein Hund, er spricht unsere Sprache nicht (Papá, es un perro, no habla nuestro idioma) —le informó Alemania, arrastrando mucho las palabras, como si le estuviera explicando algo a un niño al que se le complicaba mucho entender las cosas.

—Sprich nicht mit mir, als wäre ich geistig zurückgeblieben (No me hables como si tuviera retraso mental) —ordeno el mayor, sintiéndose ofendido por esa forma en la que su propio hijo se dirigía a él.

El de azul y blanco hizo acto te presencia, cargando a Herpes para quitarle la pequeña prenda que tenía en el hocico para finalmente dársela a Third Reich, quien solo sonrió incómodo al sentir lo babeada que se encontraba su ropa interior.

—Meidän on jo lähdettävä tai olemme myöhässä (Ya tenemos que irnos o llegaremos tarde) —hablo el mayor de los tres, dándole unas palmaditas a su maleta, la cual se veía super pesada.

—Warten! (¡Espera!) —le llamo la atención el alemán, haciendo que Finlandia se confundiera un poco.

Por un momento Finlandia pensó que Alemania le diría que lo había pensado bien y finalmente había decidido no acompañarlos, pero en vez de eso, el alemán de acercó y le acomodo suavemente su bufanda, pues la tenía algo floja.

"Unicornio de los fetiches" ⏬Alemania x Finlandia⏫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora