Capítulo 9

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Maia

Estaba observando mi figura en el, sumamente, corto vestido negro cuando escuché la puerta del apartamento abrirse, asomé mi cabeza a través del umbral de mi habitación y vi a Harry, "¿Ya estás lista?" Alzó ambas cejas fingiendo sorpresa, puse mis ojos en blanco y rió, "Mandy y River pasarán por nosotros," Asentí levemente y me dirigí al baño, "¿Sabes? Debo ducharme," Se posicionó detrás de mi y tragué fuertemente mientras aplicaba algo de rimel en mis pestañas.

"Es sólo un segundo, la luz de aquí es mejor que la de cualquier habitación en el apartamento," Me excusé y el rió.

Creí que se iría del baño, sin embargo no fue así, podía sentir su mirada clavada en mi a través del espejo, "¿No crees que es un poco corto este vestido?"

Levanté mi mirada y lo observé hacer una mueva mientras sus ojos subían y bajaban por mi cuerpo, "Si," Alzó ambas cejas, sorprendido por mi respuesta y buscando mi mirada en el espejo.

"¿Y por qué no usas otra cosa?"

Me encogí de hombros, "Me gusta," Harry resopló, "¿A ti no?" Me arrepentí en el momento en que solté la pregunta.

Estaba entrando en un juego un tanto peligroso, "Sabes que si," Susurró y mi respiración se cortó, intenté no demostrarlo actuando como si estuviera demasiado ocupada con mi rimel, cuando en realidad ya había terminado, "Me gusta tu perfume," Harry se acercó demasiado y mucho más rápido de lo que yo pude reaccionar.

Sentí su respiración en mi cuello, mis manos comenzaban a sudar y el corazón me latía más rápido de lo normal, sentí un escalofrío recorrer la totalidad de mi cuerpo cuando la punta de su nariz se apoyó en mi nuca, "Harry," Susurré y el se separó inmediatamente, volteé para decirle que mi intención no era detenerlo sino todo lo contrario, pedirle que continúe, sin embargo mi móvil comenzó a sonar interrumpiéndome.

"Vamos sal de aquí que tengo que ducharme," Bromeó y sonreí, comenzando a buscar el móvil.

"¿Hola?"

"¡Maia!" Exclamó mi padre y sonreí, "¿Estas ocupada?"

"No, nos estamos preparando para salir," No oí ningún tipo de ruido desde el otro lado de la línea así que continué, "Iremos a un club nocturno de por aquí,"

"¡Ah! ¿Estás con Mandy? Te llamaré mañana entonces," Dudé varios segundos entre que decir, sin embargo, opté por la verdad cuando escuché la ducha del baño comenzar a funcionar.

"En realidad," Me senté en el sofá que se transformaba en la cama de Harry por la noche, "Estoy con Harry."

Cerré los ojos esperando una respuesta, "¿Harry?" No podía descifrar en que tono lo estaba diciendo y permanecí callada, "¿Volvieron a ser novios?"

Negué, "No, somos amigos, se está quedando unos días aquí en mi apartamento,"

"Vamos, pequeña, que sea tu padre no significa que debas mentirme," Me reí, relajada ante la idea de saber que mi padre no se enfadaría ni conmigo ni con Harry si así fuera.

"De verdad papá, por ahora somos amigos," Me encogí de hombros aunque no podía verme.

"Pues espero que si es sólo por ahora y vuelven a estar juntos me lo cuentes," Solté una risita por lo bajo, "De acuerdo, ahora disfruta, mañana hablaremos."

Harry

"¿Ahora eres cupido?" Preguntó Maia acercándose a mi mientras bailábamos en el medio del club.

Mis mirada se desvió a la barra del club y pude observar a Mitchell reírse sobre algo que Alex estaba diciendo, "Parece que si," Ella rió y cuando volví la mirada pude observar que sus ojos estaban clavados en mis labios, no pude evitar hacer lo mismo mientras inclinaba la cabeza en dirección a nuestros amigos, "Y aunque no lo creas también ayudé a River con Mandy," Maia sonrió y era lo único que quería provocar por el resto de mi vida, su sonrisa, "Me declaro cupido para todos, menos para mi," Bromeé aunque algo de verdad tenía y esta vez no sonrió, resoplé sabiendo que no debería haber hecho ese comentario mientras me daba la espalda y caminaba hacia la barra.

"¿Todo bien?" Alzó la voz Mandy y me sorprendió que hayan visto lo sucedido, ya que desde que llegamos no paraban de succionarse los rostros.

Me encogí de hombros, "Supongo," River me dio una palmada en el hombro y puse mis ojos en blanco.

No habían pasado ni siquiera veinte minutos de que Maia se había ido a la barra del club y pude observar que ya no eran sólo ellos tres, sino que había una cuarta persona, sentada justo al lado de Maia. Su mirada encontró la mía y estaba dispuesto a acercarme a ella, sin embargo no lo hice, ¿Por qué? No lo sé. Entre risas soltó algunas idioteces y Maia rió, aún observándome, me hirvió la sangre por el simple hecho de saber que lo estaba haciendo a propósito, "¿Disculpa?" Escuché una voz femenina a mi lado y giré la cabeza, una muchacha de no más de veinticinco años, pelo negro y ojos verdes estaba sonriendo en mi dirección, "Sé que los hombres son los que suelen invitarle tragos a las mujeres, pero me gustaría hacerlo yo esta vez," No iba a mentir, era linda, sin embargo no le llegaba ni a los talones a Maia.

No debía aceptar, si lo hacía iba a hacerlo sólo para devolverle a Maia lo que estaba haciéndome sentir en ese preciso instante y sabía que estaba mal, estaría involucrando a una persona que nada tenía que ver, sin embargo mi cerebro no pareció estar de acuerdo, "Claro, ¿Por qué no?" Sonreí y comencé a caminar en dirección a la barra seguido de ella, "Soy Harry," Me senté al lado del muchacho que no paraba de hablarle a Maia.

"Tati," Fruncí el ceño.

"¿Tati?" Ella rió y negó con la cabeza.

"En realidad me llamo Tatiana, pero todos me dicen Tati," Asintió levemente explicándose y sonreí, sabía que desde aquí Maia podía verme y adoraría saber que es lo que estaba pasando por su cabeza en este momento.


Maia

Quería abalanzarme y tirarle del cabello a Harry, arrastrarlo hacia mi lado y que se quede aquí, sin hablarle a 'Tati' ni a ninguna de las chicas de este club, sin embargo, me limité a pretender que no lo estaba observando y continué mi conversación con Fred, "¿Naciste aquí en Nueva York?" El negó rápidamente.

"Soy de Chicago," Asentí levemente, "Pero hace más de diez años estoy viviendo aquí," Fruncí el ceño.

"Espera, ¿Cuántos años tienes?"

"Veintinueve," Alcé ambas cejas, "¿Demasiado viejo?" Arrugó su nariz y me reí.

Negué con la cabeza, "Pensé que eras mucho menor, es decir, creí que tenías veintidós años como mucho," El sonrió y quise devolverle el gesto, sin embargo sentí un vacío en mi cuerpo, era difícil de explicar, pero al ver a Harry quitarle un mechón de la cara a la chica que tenía delante de él provocó una sensación extraña en mi estómago y en mi pecho, "¿Quieres bailar?" Intenté salir de la barra lo antes posible y parecía que el mundo estaba a mi favor cuando Fred asintió.

Los shots que había tomado sin duda estaban haciendo efecto y lo noté cuando observé a Mandy abrir sus ojos y alzar sus cejas ante mi baile con Fred. No me había animado a mirar la barra, no podía direccionar mi mirada a Harry, tenía miedo de encontrarme con una imagen que no quería ver. Fred tomó mi cintura y me hizo voltear en mi lugar, dejando mi rostro a escasos centímetros del suyo, "Sé que lo dije varias veces y probablemente te lo dice todo el mundo, pero eres muy linda," Sonreí, sin embargo, sentí incomodidad al escuchar esas palabras no siendo provenientes de la boca de Harry. Tragué fuertemente cuando Fred comenzó a acercarse a mi, lo hacía de manera lenta pero audaz, esperé a que sus labios colisionaran con los míos pero antes de que puedan hacerlos Harry ya estaba encima de él en el suelo de la pista.

Daylight [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora