Capítulo 22

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Maia

Suspiré, "¿Y a que viene esa pregunta?" La yema de mis dedos acariciaron los tatuajes del pecho de Harry.

"Solo responde," Susurró, "¿Quieres tener hijos?"

Me moví algo incómoda entre sus brazos. Nunca me había detenido más de diez minutos para pensar si quería tener hijos o no, y eso era porque estaba casi segura de no quererlo. Los ojos de Harry se movían por todo mi rostro, intentando buscar una respuesta, algún gesto que le haga entender que es lo que pensaba, "No lo sé, Harry."

"¿No lo sabes?" Exclamó y me sobresalté, la habitación estaba completamente a oscuras y debido al horario no había ningún tipo de sonido más que el de nuestras voces, "No puedes no saber, Maia, o quieres o no quieres."

Fruncí el ceño y suspiré, "Harry, de verdad, ¿A que viene todo esto?" Sus ojos se cerraron mientras resoplaba, "¿No crees que aún somos algo jóvenes para tener esta conversación?" Soltó una risa sarcástica y se levantó de la cama.

"Por eso mismo lo pregunto ahora," Me incorporé, observé su cuerpo desnudo, cubierto sólo por sus calzoncillos, caminar por la habitación hasta llegar a la puerta de madera blanca "Para tener tiempo de buscar a otra persona si tu no quieres." Alcé ambas cejas y sentí que mis ojos se caerían de mi rostro cuando Harry salió de la habitación. Estaba siendo la persona más dramática del mundo, sin embargo debo admitir que sus palabras me dolieron un poco.

Por algún motivo Harry estaba exagerando y aunque sabía que verdaderamente no pensaba de esa forma, no podía dejar de preguntarme por qué estaba reaccionando así. En cuanto me liberé de las suaves sábanas de mi cuerpo, sentí un escalofrío recorrer mis muslos, hacía bastante frío y mi cuerpo ya se había acostumbrado al calor de la cama. Entrecerré mis ojos, como si tuviera algún tipo de poder para mirar con rayos en la oscuridad, tomé una camiseta negra del suelo, perteneciente a Harry y la pasé por mi cuello, sintiéndome algo más calentita que sólo con mis bragas, "¿Harry?" Susurré entrando a la cocina y pude ver los músculos de su espalda tensarse. Me acerqué a él, acariciándolo pero se movió dándome a entender que no quería que lo toque, inconscientemente puse mis ojos en blanco y resoplé, "Harry, no puedes estar cabreándote de esta forma por el hecho de que te haya dicho que aún no sé si quiero tener hijos o no, ¡Ni siquiera lo negué!" Solté mis manos en el aire y me senté en la silla que estaba al lado de Harry.

"Pero dijiste que no lo sabes Maia," Suspiré, a veces era imposible intentar meter información nueva en el cerebro de Harry cuando ya se había aferrado a otras palabras, "Si quisieras hubieras respondido sin dudarlo,"

"Es que de verdad no lo sé, Harry," Estaba siendo completamente honesta, creía estar segura de que no quería, sin embargo con Harry muchas cosas cambiaron, y esta podía ser una de ellas, "Lo pensé una sola vez en mi vida, tenía una opinión y quizás ahora estoy dudando, y no lo sé," Intenté explicar sin darme cuenta que Harry lo estaba entendiendo al revés.

Su mirada se levantó de la mesa y sus verdes ojos encontraron los míos, "¿Entonces querías y ahora dudas?" Negué con la cabeza, "¿Por eso tampoco querías que continúe buscando apartamentos?"

Fruncí el ceño, "Harry, ¿Te estás escuchando?" El no respondió, "Te pedí que dejemos de buscar apartamentos antes de que hablemos de esto," Suspiró, dándose cuenta de que tenía razón, sus ojos continuaban clavados en los míos, sin embargo ninguno de los dos habló por unos cuántos segundos, "¿Si te digo que no de verdad irás en busca de otra persona?" Susurré y sentí un escalofrío cuando vi su espalda desnuda apoyarse en el frío respaldo de la silla.

Negó con la cabeza, "Estaba cabreado."

"¿Por qué, Harry? ¿Por qué te enfadaste tanto?" El se encogió de hombros, soltando aire por su nariz.

"No lo sé," Lentamente acerqué mi brazo a su cuerpo, apoyando con delicadeza la palma de mi mano en su brazo, aún con temor de que se mueva pidiéndome que la quite, "Es sólo que yo quiero Maia," Movió su cuerpo, no para que quite mi mano, sino para enfrentarse al mío, "¿No te gusta?" Fruncí el ceño, "Pensar en que puede existir alguien que sea mitad tú y mitad yo," Suspiré, si para algo Harry era bueno, era para convencer, sin embargo esto no era una decisión sobre que cenar o que blusa me queda mejor, estábamos hablando de hijos.

"Si, Harry," Susurré, "Me agrada la idea," El sonrió acercando la yema de sus dedos a mi mejilla, "Sin embargo somos muy jóvenes aún, no estoy preparada para tener un hijo ahora," El negó con la cabeza.

"No, no ahora," Dejé salir una gran cantidad de aire que ni siquiera sabía que estaba reteniendo, "Pero lo imagino Maia," Susurró, "Lo imagino en el futuro." Inevitablemente sonreí, era lindo escuchar a Harry de esta forma.

"De acuerdo, pero por un buen tiempo continuará allí, en el futuro," El rió pero de todas maneras asintió, incorporándose de la silla para acercarse aún más a mi.

"Mientras tanto podemos practicar," Puse mis ojos en blanco, golpeando suavemente su hombro, sin embargo me di cuenta de que Harry hablaba completamente en serio cuando sus brazos atraparon mi cuerpo, levantándome en el aire para posicionarme encima de la mesa de la cocina.


Harry

No había nada que me gustase tanto como ver mis camisetas en el cuerpo de Maia, sin embargo tuve que quitarla, todo mi cuerpo lo pedía. La mesa estaba fría, me di cuenta porque en cuánto recosté a Maia sobre ella pude observar la piel de sus muslos quejarse, poniendo los pelos de punta. Pasé la yema de mi dedo indice lentamente por encima de sus bragas, la única tela que cubría unos pocos centímetros de su piel, apreté un poco en el centro y la escuché jadear, "Harry." Sonreí y la observé como nunca antes, con más amor que cualquier otro día, sus ojos grises permanecían abiertos, aunque podía notar su lucha interna, rogando mantenerlos abiertos, estaba completamente hecho para ella, no necesitaba ni verla, ni escucharla, con tan sólo sentirla sé que podía pedirme cualquier cosa que siempre le diría que si, siempre haría lo que ella quisiera. Con dos de mis dedos moví su braga negra hacia un costado y, bajando por su cuerpo, apoyé mis labios donde más me necesitaba, "Harry," Gimió nuevamente y estaba seguro de que mi nombre fue hecho para que salga de sus labios, sentí sus manos mezclarse en mi cabello y acercarme aún más a sus muslos, pidiéndome que siga sin siquiera usar palabras. Acaricié su centro con mis labios y mi lengua una y otra vez, queriendo repetir los gemidos de Maia, algo que podría escuchar toda mi vida. Comenzaba a dolerme el cuerpo de ver el placer que podía darle, "Harry, por favor," Suplicó esta vez y separe mi boca de su centro. Sin dudarlo comencé a subir nuevamente por su cuerpo, trazando lineas rectas con mi lengua, tragué fuertemente cuando sentí su pequeña mano atrapar mi miembro acercándolo a su centro sin dudarlo. Dejé caer mi cabeza en su hombro, besando la piel que se encontraba allí y entrando en ella de la manera más profunda que alguna vez lo había hecho, en estos momentos quería todo de ella y sabía que ella quería todo de mi. Maia arqueó su espalda y aproveché el momento para pasar mi brazo por debajo de ella acercándola lo que más pude a mi. Se me escapó un gemido al sentir los muslos de Maia atrapar mi cadera, ayudándome a empujar dentro de ella. Por algún motivo quise abrir la boca y continuar con la discusión de hace sólo segundos, sin embargo sabía que el hecho de estar dentro de ella no me hacía pensar con claridad. Cerré los ojos y busqué sus labios, intentando callar mis gemidos o quizás mis palabras.

Daylight [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora