Daylight [H.S]

Capítulo 45

Maia

Me sobresalté al escuchar el fuerte trueno que hizo vibrar las ventanas de mi apartamento. Me acurruqué un poco más en el sofá, subiendo la manta hasta mi nariz. No me agradaban demasiado las tormentas, en realidad si lo hacían cuando estaba con Harry, la idea de estar completamente sola arruinaba algún tipo de cariño que le tenía a la lluvia. Y todo era aún peor cuando pensaba que tenía que salir del apartamento. Estuve a pasos de llamar a Cole durante toda la tarde, para pedirle que posterguemos la cita, sin embargo sentía algo de pena y no lo hacía. Respiré hondo, pensando una vez más en Mandy, en Ema y finalmente en Harry. Sabía que mis amigas tenían razón, quizás estar accediendo a tener citas con Cole no era lo mejor que podía hacer en este momento pero el hecho de que a Harry hubiera parecido no haberle molestado en lo absoluto me cabreó, bastante, aunque sabía que no tenía derecho. "¡Maia!" Exclamó Mitchell del otro lado de la línea y sonreí.

"¿Como estás?" Cerré mis ojos cuando la sala se iluminó por completo ante la luz de un relámpago.

"Fantásticamente bien," Me reí mientras lo escuchaba agradecer y luego soltar algunas palabras en otro idioma, negué con la cabeza aún riendo, "Tendrías que haber venido conmigo," Suspiré, sabiendo que hubiera sido un plan maravilloso, "Maia, estoy todo el día en el agua comiendo granada y tomando jugo de maracuyá y... ¿Que tiene esto?" Preguntó y estaba segura de que no estaba dirigida a mi la pregunta, así que esperé, escuchando a otra persona responder a los lejos, Mitchell rió y habló nuevamente, "Pues no le entendí ni mierda pero es tan simpático," Inevitablemente solté una risa y negué con la cabeza.

"Me alegra demasiado que estés disfrutando, Mitch, de verdad," Aún nos quedaban varios días libres del empleo y aunque estaba disfrutando de no tener que trabajar me molestaba tener tanto tiempo mi mente en libertad, provocando que la mayor parte del tiempo vuele a Harry.

"¿Tú cómo estás?" Me tomé unos segundos, pensando si debería aplastar su humor diciéndole que obviamente no estoy en mi mejor momento o si sólo mentir, sin embargo Mitch fue más rápido y volvió a hablar, "Bueno, en realidad sé que debes estar completamente deprimida en una bola de mantas en tú sofá, probablemente, pensando en Harry y en Cole y en el desastre que es tu vida ahora, pero ya sabes, te pregunto para no quedar mal." Puse mis ojos en blanco comenzando a reír, si había algo en lo que no fallaba Mitch es en hacerme reír aunque me esté diciendo la peor verdad del mundo.

"Te extraño." 

"Y yo a ti," Pude escuchar una fuerte música del otro lado de la línea y me imaginé a Mitch en medio de una fiesta en plena playa mientras yo me encontraba sola escuchando la tormenta que ocurría fuera de mi apartamento pensando en llamar a Cole para cancelar la cita, "¿Tienes planes para hoy?" Alzó la voz Mitch como si hubiera oído mis pensamientos.

"Una cita," Susurré, sabiendo que a mi mejor amigo no le agradaría la idea.

"Si no es con Harry prefiero no enterarme."

Puse mis ojos en blanco, "Hace días querías que salga con Cole," Me quejé y pude escuchar su resoplido.

"Estaba completamente borracho, sabes que no doy buenos consejos cuando llevo alcohol en sangre," Me reí y sentí mi móvil comenzar a vibrar en mi rostro.

"Me están llamando," Le avisé a Mitch.

"Cuídate, ¿De acuerdo?" Asentí aunque sabía que no podía verme, "Te quiero, luego hablamos."

El sonido del agua, de música y de la fuerte voz de Mitch fue reemplazada por un silencio acompañado de una respiración algo suave, "¿Cole?"

"¡Maia!" Sonreí cruzando los dedos deseando que me haya llamado para cancelar nuestra cita, "Lamento interrumpirte si estabas ocupada," Quise reírme cuando pensé en lo ocupada que estaba llevando mi pijama, tapada con varias mantas, mirando una película romántica de Ryan Gosling y Rachel McAdams, "Es sólo que creí que quizás, ya sabes, con esta lluvia," Me sentí algo culpable al ponerme contenta por la idea de que Cole estaría cancelando, "Pensé que quizás podíamos hacer otra cosa," Fruncí el ceño, "En vez de salir a comer pensé en que podíamos ordenar unas pizzas en tu apartamento." Estaba completamente decidida a negarme, intentando buscar una excusa, sin embargo y como de costumbre, terminé accediendo.