El inesperado comienzo...

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-¿Hola?

Ella no sabía lo mucho que me había tomado conseguir su número, pero ni si quiera se dignaba a reconocer que estaba hablando con ella.

-Daniel, soy yo, Derek -aclaré, acerqué el móvil más a mi boca para que pudiera reconocer mi voz-hablamos en clase de Historia y me diste tu número hoy y dijiste que podía llamarte hoy.

-Yo no conozco a ningún Derek-respondió cortante.

Por teléfono su voz se oía más melodiosa y dulce, lo cual, me pareció extraño.

Las llamadas siempre hacen que tu voz suene superficial y diferente en todos los sentidos, la suya me gustaba más que en persona.

-Si no quieres reconocer que me conoces delante de alguien más, puedo entenderlo-«en realidad, no»-Podríamos hablar luego...

-En serio, no sé quién eres-espetó repentinamente interrumpiéndome-Ni siquiera me llamo Daniel...

-Lo eres, simplemente no quieres aceptarlo.

-¡No soy la tal Daniel!-gritó la voz, aunque aún conservaba cierta dulzura en sí-Mi nombre es Lisa Robinson Jhons y no te conozco ¡¿ENTIENDES?!

Oí el sonido del teléfono chocar con la base y supe que se había acabado.

Sí Daniel se creía muy graciosa para jugarme esa broma, estaba realmente mal. Todos saben que odio las bromas, y ella más que nadie. ¿Por qué lo haría? Era muy fácil decir: "Hola Derek ¿Qué tal? Lamento no poder hablar contigo hoy, es que Bárbara vino a mi casa y como tengo una vergüenza tremenda de que alguien se entere de que hablo contigo será mejor que charlemos mañana ¿Te parece? Bueno, adiós".

Si me lo hubiera dicho, no me habría sorprendido, en realidad, no sería la primera que lo piensa. Pero ¿Por qué inventar sobre la tal "Lisa Robinson Jhons"?. Seguro es una actriz de la que no conozco la existencia.

No tenía nada que hacer y realmente me estaba aburriendo.

Jake había salido con unos amigos, así que podía hacer lo que se me antojase, pero... ¿Qué?

«Lisa Robinson»

Que nombre más común, seguro existían miles de chicas que tenían el mismo nombre en el mundo, y yo podía comprobarlo.

Abrí mi cuenta en Facebook en mi laptop. Como siempre no tenía ninguna solicitud de nadie y mi número de treinta y cuatro amigos permanecía como estampado en la pantalla para siempre, pero mi muro estaba lleno de personas a las que no conocía.

Llevé el ratón a la barra de búsqueda y escribí "Lisa Robinson".

Al instante me aparecieron diversas opciones de chicas con el mismo nombre.

Ya me lo imaginaba, de hecho era un nombre bastante fácil de inventar, hasta a mí se me hubiese ocurrido.

Cerré la laptop y la metí bajo mi almohada para que Jake no la encontrara. Ahí tenía miles de fotos de Daniel y su resplandeciente sonrisa por la que yo moría.

Apoyé la cabeza en la almohada y cubrí micara con una sábana hasta arriba y traté de descansar un poco.

Juro que ya iba a quedar dormido y mi mente dio un vuelco total.

Estaba muy seguro que lo de Daniel había sido una broma muy pesada, a mi parecer, pero me había olvidado de un factor importante.

Me levanté y apoye la espalda en la cómoda de mi cama y saqué la laptop de mi almohada.

La abrí y fui directo a mi chat con Daniel, ella aparecía conectada.

¿Cuándo no lo estaba? Comencé a teclear.

· Daniel, te llamé hoy ¿Por qué no me reconociste?

Me salteé el "hola" de puro fastidio.

Tardó varios minutos en responder, tanto que casi me rendí. Pero al final respondió.

· ¡Hola Derek! :) No hoy no me llamaste :c, o al menos yo no te contesté

· ¿No fuiste tú? -pregunté intrigado.

· Nop *3* de verdad

Me quedé en blanco. Tomé el papel en el que había anotado su número de teléfono y tomé mi móvil. Busqué en mis últimas llamadas el número que marqué, por suerte, encabezaba la lista.

Los leí uno por uno y entonces comprendí.

Los números eran diferentes por un dígito, yo había escrito un "tres" de más en la llamada.

No era una broma.

Volví a escribir "Lisa Robinson" y me salió la lista innumerable de nuevo, traté de hacer memoria.

Y lo recordé.

Lisa. Robinson. Jhons.

Lo escribí y me salieron varias, pero solo una era la correcta.

Cliqué en la primera opción y apareció el perfil de la chica, ella tenía una largo cabello chocolate (hasta la cintura), ojos grandes y fieros de un color casi amarillo, imagino que miel, labios finamente gruesos y era un poco alta.

Era linda y muy guapa.

Aquella era la chica de la voz melodiosa, pero gritona.

Me gustaba en todos los sentidos y lo mejor era que no podía compararla con Daniel, las dos tenían cierta belleza pero eran diferentes, incomparables.

Aún así aquella chica era muy linda, quizá demasiado para mí.

Le envié una solicitud, pero sabía que tardaría, ya que, no aparecía conectada, así que cerré la laptop y me permití dormir.

Pero ¿Acaso podría luego de ver aquellas fotos? Ella era como...inalcanzable y me lo repetía a mi mismo pero ahí estaba yo, ilusionándome como siempre.

Aunque con chicas como ella, para cualquier hombre sería fácil ilusionarse ¿Por qué yo no?

Y ¿Si vivía al otro lado del país? ¿Si era de otra edad? ¿Si yo le parecía horrible? Y ¿Si...?

Preguntas sin responder, quizá sería mejor dejarlas para mañana así lo pensaba mucho mejor y se lo contaba a Jeoff.

Me recosté tratando de liberar mi mente de esos vagos pensamientos y queriendo dormir relajado por una vez.

Y así, quedé profundamente dormido sin saber que podría esperarme después.

Una increible coincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora