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Cap (2/2)

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Los días siguieron pasando para Raúl y cada uno era pero que el anterior. Estaba más estresado que nunca lidiando con su incomodidad en los entrenamientos y también con sus clases que estaban dándole  verdaderos dolores de cabeza y no solo figuradamente, porque tenía este dolor en la parte posterior de su cabeza que estaba matándolo desde hacía días. Por supuesto, eso eso lo volvía más irritable y retraído.

Así que aquel día cuando salió de su última clase, Historia Norteamericana, lo único que quería era ir de vuelta a casa, meterse a la cama y dormir hasta que ese dolor se fuera. Pero aun tenía que ir al gimnasio como parte de la práctica vespertina.

Se dijo que quizá algo de comer ayudaría a mitigar su malestar y por eso se arrastró a uno de los muchos puestos de comida que abundaban en el campus. Quería algo suave, por lo que se consiguió un sandwich de pavo y se sentó bajo un árbol. Normalmente se sentaría con su grupo habitual que era una mezcla de integrantes del equipo y chicos y chicas que solo querían pertenecer a un grupo selecto. Aquel día no tenía ganas de lidiar con ellos, además de que después del altercado que tuvo con Liberman y Reiner en el campo, todos lo veían como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

Estaba harto de esa mierda.

—Vaya, es inusual verte sin tu sequito— se sobresaltó un poco cuando esa voz femenina se filtró en la bruma de sus pensamientos. Alzó la cabeza solo para toparse con los ojos azules de Sadie Goldstein. Ugh, ella le gustaba, era tan linda... pero claro, Sadie no daba una mierda por él y eso golpeaba duro su ego.

—No tengo ganas de lidiar con nadie hoy— gruñó apartando sus ojos de ella.

La conocía desde hacia años. Sus padres iban al mismo club social, por lo que se topaban regularmente en eventos, recaudaciones de fondos, runiones ociosas los domingos. Puede que haya estado un poco enamorado de ella desde la primera vez que la vio cuando ella tenía diez y él trece más o menos. Pero claro, Sadie nunca reaccionó a sus coqueteos y lo había rechazado en varias ocasiones. Luego llegó Sebastian Clearwater y las pocas posibilidades que tenía de conquistarla un día, se desvanecieron de inmediato.

—Igual que siempre — La chica se dejó caer en el suelo frente a él, lo que en si era condenadamente extraño. Ella no solía buscarlo por voluntad propia.

Es más, no hacia más de un mes, Sadie lo había mandado a freir espárragos por enésima vez cuando la invitó a salir.  Así que no entendía por que de pronto estaba ahí, frente a él.

—¿Puedo saber que necesitas?

—Nada, solo pasaba y te vi sentado, completamente solo— explicó ella encogiéndose de hombros — Es raro no verte rodeado de gente. Además...supe lo de hace días con tu amigo, Liberman.

—No es mi amigo— gruñó, tratando de ocultar lo mucho que el tema lo jodía. Eso y que pensar en Liberman lo ponía a la defensiva, después de todo no había dejado de tener esos sueños extraños en donde estaba a solas con Vic en los vestidores del equipo y... mejor no pensar en eso. Prefirió meterse otro bocado de sandwich a la boca.

—¿En serio hiciste todo un drama porque Vic Liberman tiene un novio? — Preguntó ella.

—No quiero hablar de eso.

—Es que no puedo creer que hagas un escándalo de todo eso— Sadie ladeó el rostro— ¿En qué te afecta que Vic tenga un novio?

—No me agradan los maricones. Tú de todas las personas debería entenderme— masculló y se arrepintió cuando vio la expresión de dolor que empañó brevemente las facciones de la chica. Sin embargo ella se recuperó de inmediato.

Una Lección De Amor (Suerte #7.7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora