Una Lección De Amor (Suerte #7.7)

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Otro capítulo para ti ZunnyIsaiSolis porque eres un gran amigo y siempre tienes ideas divertidas, además de que siempre estás dispuesto a ayudar a quien lo necesite. Y por supuesto gracias por ser el chico cool de las 5000+ canciones 💓😘😘.

Cap (1/4)

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Dejó caer los papeles contra el escritorio y suspiró. Había estado tratando de analizar el caso con el que uno de sus nuevos clientes le había pedido ayuda. Pero simplemente no podía concentrarse, había estado leyendo el mismo párrafo por más de quince minutos y no había manera de avanzar.

Se sentía bastante estúpido porque nunca antes había tenido problemas con avanzar rápido en su trabajo. Normalmente Stephan tomaría el caso y haría los movimientos necesarios para ayudar a sus clientes y solucionar los problemas de inmediato. Bueno, no aquel día. Ah, pero no solo aquel día había estado distraído, llevaba más de una semana en aquel estado.

Sabía la razón de su falta de atención en el trabajo. Y eso lo enojaba bastante. Stephan Knightley era un profesional que se caracterizaba por separar limpiamente su vida laboral y su vida personal. Ni siquiera cuando vivía co su ex mujer, Elaine, tenía ese tipo de "bloqueos" en el trabajo. Y ahora que por fin había encontrado una niñera para Vanessa no debería estar tan distraido. Y sin embargo lo estaba.

No podía dejar de pensar en Raúl Danields. Ese impertinente muchacho que no hacía más que confundirlo y tentarlo a un nivel indescriptible. Debería estar feliz de no haberlo visto desde la semana anterior cuando terminaron comiéndose a besos en medio de su oficina. En cambio estaba frustrado, enojado consigo mismo y desesperado por no poder centrarse en lo que debía hacer.

—Maldita sea— masculló por lo bajo antes de ponerse de pie y caminar hasta la amplia ventana con la que contaba su oficina.

Le gustaba la vista. En Michigan no había tenido un panoráma tan hermoso de todos esos altos edificios y parte de la ciudad. Pero aun con todo no podía centrarse en lo atractivo de la imagen y todo porque no podía dejar de pensar en ese molesto muchacho. No podía dejar de preguntarse que estaba haciendo, si realmente estaba bien después de lo que pasó entre ellos o si estaba autocastigándose de nuevo. Apostaba más a lo segundo, pero claro, no es como si tuviera la oportunidad de averiguarlo.

Podía llamarlo...

¡Pero no! porque se suponía que él era el adulto responsble, el que debía mantener las ideas claras, quien debía marcar límites antes de que aquello se convirtiera en una trampa de la cual no podrían salir.

Colocó el antebrazo contra el cristal dejando que su frente se recostara contra este. Era difícil recordarse ser el adulto responsable, porque le bastaba cerrar los ojos para rememorar los besos que habían compartido, el ardiente momento en su cocina. Y joder, eso bastaba para encenderle la sangre. Quería verlo de nuevo, quería volver a apoderarse de esos labios acorazonados, quería que Raúl cediera ante él y le dejara mostrarle tantas cosas...