Una Lección De Amor (Suerte #7.7)

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Capítulos dedicados con cariño a herrlich_2 😘😘. Que los disfrutes.

Cap (1/4)

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Hundió la cuchara en la salsa del estofado. Le faltaba un poco de pimienta y mientras alcanzaba el frasquito con dicha especia, se preguntó por enésima vez ¿Por qué demonios estaba haciendo aquello?

Normalmente no haría algo tan jodidamente impulsivo. Su sentido común era muy bueno y casi siempre acertado, pero esta vez le había fallado de manera absurda. De lo contrario no estaría ahí metido en la cocina alternando entre vigilar el estofado, receta que había tenido que pedir a su madre en Michigan, y darle vistazos a su reloj para asegurarse de tener todo listo a tiempo. 

Se maldijo mentalmente y se tomó un momento para cerrar los ojos con ambas manos apolladas en la encimera. No recordaba la úlima vez que había hecho algo sin pensarlo realmente. Pero hey, ahí estaba preocupado por tener la cena a tiempo, cena que compartiría con su pequeña hija y con el muchacho más y irritante y desconcertante que había conocido en su vida.

Deseó poder tener una máquina del tiempo para volver a la tarde del día anterior y tomar otro curso de acción. Si fuera un idiota, culparía a Vanessa por aquella situación, por haberse comido la pizza de Raúl. Pero Stephan lo sabía mejor, era un adulto responsable y como tal debía aceptar que bastaba con ordenar otra jodida pizza y asunto resuelto.

Pero claro, su boca tuvo que abrirse y ofrecer aquella posibilidad. Incluso pudo haber salido bien aireado de eso llevando al chico a un restaurante cualquiera...y sin embargo ahí estaba, invitándolo a cenar a su casa, una que aun no se sentía del todo como un hogar. ¿Y la peor parte de todo? Que Vanessa había estado enfurruñada todo el rato por aquella situación. A ella no le agradaba Raúl y viceversa. Aquella noche apuntaba a ser un desastre.

Ahora bien, solo faltaba saber si el chico realmente llegaría. Las probabilidades eran de cincuenta - cincuenta. De hecho era mejor si decidía no asistir. Excepto porque parte de Stephan, una muy pequeña parte caprichosa y sin sentido, lo quería ver en su casa. Lo quería ver sentado en su mesa, probando la comida que llevaba un par de horas preparando. Quería verlo incómodo, quería verlo tratar de hacerse el duro y fallar.

Maldita sea, Stephan quería saberlo todo de ese chico enfurruñado y eso estaba tan mal. Seguía pensando que solo le causaría problemas que definitivamente no necesitaba. Como rezaba el popular dicho: la curiosidad mató al gato.

—Y sin embargo el gato murió sabiendo— respondió en un murmullo solo para si mismo.

Si, aquella noche definitivamente sería un desastre.

Apagó la placa de inducción tapando la olla con el estofado y se limpió las manos para ir y terminar de poner la mesa.

La casa no era inmensa, pero tampoco un cubículo diminuto, hasta tenía segundo piso. La planta baja era de estílo abierto, por lo que la sala, la cocina y el comedor se dividían entre si solo por los muebles que correspondían a cada estancia. Por lo tanto no le costó nada asegurarse de que su pequeña estuviera cerca. Bastó con girar el rostro hacia la sala en donde ella esta sentada en el suelo frente a la mesa de centro, había un cuaderno frente a ella y un reguero de lápices de colores y marcadores. 

—¿Todo bien, pastelillo? ¿necesitas ayuda con la tarea?— preguntó con suavidad.

—Nop, ya casi termino. Solo estoy pintando unos dibujos.