Cap (3/4)======================
«¿Qué demonios estoy haciendo aquí?» se preguntó mientras entraba a la casa de Stephan Knightley. Consideró la posibilidad de estar ebrio o en todo caso lo suficientemente achispado como para no poder tomar decisiones acertadas. Por qué de otra manera no podía explicarse que lo motivo a ir a ese lugar.
Clavó su vista en cualquier otro lado que no fuera el torso desnudo del irritante abogado, pero sus ojos eran unos bastardos traicioneros que volvían una y otra vez hacia toda esa piel firme en un tono ligeramente dorado. No sabía decirlo con seguridad pero apsotaba a que Stephan gustaba de ejercitarse, al aire libre de ser posible. Sus músculos eran firmes, y su abdomen marcado. Podía verse el inicio de una definida "v" que se podía ver a través de esos pantalones de pijama cuadrículados que cabalgaban bajos en sus caderas. Tragó en seco y volvió a deviar la vista.
—¿Quieres algo de beber?— Preguntó el mayor— Espera... ¿Comiste algo antes de salir a beber?
—Si lo hice o no, es asunto mio— replicó incapaz de sacar a relucir su impertinencia.
Stephan frunció el ceño, obviamente irritado por el tono de su respuesta. Ja, pero si el hombre pensaba que iba a actuar todo sumiso, estaba jodidamente equivocado. Raúl nunca había bajado la cabeza ante nadie y no iba a empezar a hacerlo en aquel...
—Deberias aceptar la amabilidad de las personas, eso no va a matarte o acabar con tu numerito de macho alfa— lo reprendió haciéndolo enrojecer de indignación. —Ahora vamos, te prepararé algo de comer.
—No me trates como un niño y de cualquier manera no eres nadie para decirme que hacer.
—Si no quieres que te traten como un niño, deja de actuar como uno— El abogado le dio una última mirada seria y se encaminó hacia el área de la cocina. —¿Quieres algo elaborado, o prefieres algo suave? porque tengo algunos muffins con arándanos.
—No vine aquí a comer— replicó en voz moderada porque lo único que le hacía falta era que la enana del demonio se despertara y lo encontrara ahí discutiendo con su padre. —Vine para que arregles esta situación.
No pudo evitar quedarse un poco embobado viendo la definida espalda del abogado. Sus anchos hombros, la manera en que sus omoplatos se contrayeron cuado se estiró para alcanzar una taza en la parte superior del gabinete principal. Sacudió la cabeza sintiéndose enojado consigo mismo por estar notando esas cosas. Era algo imperdonable.
—Sigo pensando que no es una buena idea. Lo mejor es que te tomes una taza de café, comas algo y luego te vayas a dormir. Puedes usar la habitación de invitados, es demasiado tarde para que vuelvas a tu casa.
—Por última vez, no me digas lo que tengo que hacer— estaba tentado a zapatear contra el suelo cual infante malcriado, pero se contuvo en el último segundo. Le enfureció aun más que el irritante hombre ni siquiera se dignara a verlo. —Al menos ten la puta decencia de verme cuando te estoy hablando.
—Joder, en serio eres un mocoso impertinente— Stephan por fin se giró y Raúl solo pudo tragar en seco ante lo oscuros e intensos que lucían sus ojos azules. Se estremeció sin poder evitarlo— e insisto, es mejor si haces lo que te digo.
—No.
—Bien, entonces vamos, te llevaré a tu casa.
—No puedes dejar a tu enana sola en la casa— se apresuró a decir porque hasta él sabía que no podía hacer eso.
—No me tardaré mucho, solo te acercaré lo suficiente como para que llegues sano y salvo.
—¿Si tanto quieres deshacerte de mi, para qué me pediste que viniera?
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Una Lección De Amor (Suerte #7.7)
RomancePortada cortesía de mi Dark Demon @UmbraBlack ♥️ Historia que forma parte de la saga suerte. Derivada específicamente de "Besos Robados (suerte #7.6)". NO copias NO adaptaciones Todos los derechos reservados