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Capítulo dedicado a:  catadc123 fue una petición por parte de tu prima y aunque es pronto ¡Felicidades! Espero que la pases super bien y que cumplas muchos años más. 💐🎉

Cap (3/5)

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Los días posteriores a su salida del hospital no fueron nada agradables. Para Raúl era realmente frustrante y angustioso estar en casa sin poder hacer nada más que estar en reposo debido a su tobillo. Y ni siquiera podía estar encerrado en su propia habitación ya que sus padres consideraron que era mejor si tomaba de manera temporal una de las habitaciones del primer piso, para evitar que tuviera que subir escaleras.

Pues ahí estaba, en una estúpida habitación de invitados, con su pierna descansando en alto sobre un par de cojines y la portátil en su regazo. Estaba más nervioso de lo usual y es que aquel día Leo se encargaría de llevar a la rectoria su baja médica, una en donde se detallaba las razones por las que Raúl necesitaba ausentarse al menos por otra semana de la universidad. Sin mencionar el periodo de inactividad física que el fisioterapeuta había recomendado para su tobillo.

Su estómago estaba retorcido en nudos por la preocupación y, en el fondo, la certeza de que no podría volver a la universidad. Sabía que esta era una posibilidad desde que empezó a consumir esas estúpidas pastillas. Sabía que un paso en falso podía acabar con lo poco que había logrado y sin embargo lo hizo de todos modos porque...porque...

«Porque eres un obstinado de lo peor» se dijo y ese era el quid de la cuestión. El epicentro de todos sus problemas: el ser demasiado orgulloso y obstinado como para aceptar ayuda. Si tan solo hubiera hablado con alguien para desahogarse. Si tan solo hubiera aceptado la sugerencia de Stephan sobre hablar con un profesional antes de que todo se le fuera de las manos. Entonces no estaría comiéndose las uñas por saber si debía despedirse definitivamente del equipo.

Justo pensaba en las recomendaciones del atractivo abogado, cuando en la pantalla de su portátil, mientras revisaba las últimas fotográfias que transfirió desde su cámara, una nítida imagen de Stephan Knightley se robó el protagonismo.  Por un segundo se preguntó si es que estaba imaginando cosas, eso hasta que recordó que la última vez que uso la cámara fue en el despacho. Ese día Vanessa estaba ahí y también la usó. Así que esa foto fue la que Vanessa tomó y mierda, la enana había hecho un excelente trabajo.

Se mordió el interior de la mejilla mientras repasaba avidamente las facciones del hombre. Su mandíbula fuerte, esa recortada barba que solo elevava su atractivo. Sus ojos, sus llamativos labios... se le escapó un suspiro sin que pudiera evitarlo.

Inconscientemnte levantó una de sus manos y con el dedo índice tocó la pantalla. Los últimos días había estado luchando muy duro por no llamar o enviar un mensaje a Stephan. Sabía que si lo hacía, seguiría volviendo a él una y otra vez.

"No podemos volver a caer en lo mismo" había dicho el sexy abogado y tenía razón. No podía seguirlo buscando cuando tenía aun tantas cosas con las que lidiar. No era justo para ninguno de los dos y mucho menos para Vanessa. Por eso había estado haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad para resistir la tentación. Tanto como había estado luchando con la ansiedad que le provocaba no poder seguir consumiendo oxi o vocodin.

Una Lección De Amor (Suerte #7.7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora