Les dejo esta canción para leer este capítulo porque creo que pega bien con la escena!!
Salimos de la habitación de Teo y vimos como una fila interminable de humanos iba bajando hacia un sótano, a través de una puerta trampa que se hallaba debajo de la alfombra.
– ¿Qué tienen ahí abajo? – pregunté poniéndome detrás de todos.
– Ya lo verás– me sonrió él, con una sonrisa orgullosa, levantando las cejas.
Una vez que todos estuvieron dentro, bajé las pequeñas escalerillas de madera hasta alcanzarlos. Mis ojos casi se salieron de sus órbitas... No me esperaba en absoluto que debajo de aquella casa hubiese algo así. Se trataba de una especie de gimnasio con paredes de piedra, para que no fueran fáciles de quemar. Había sacos de boxeo y unos ventiladores tan grandes que parecía estar en medio de un tornado.
– Con esto entrenan para contrarrestar el viento de Astreo– me explicó Teo colocándose a mi lado.
Todos aquellos estudiantes estaban colocados en nueve filas de diez y nos miraban con seriedad.
– Bueno gente– les sonrió él, dando un paso al frente– Atenea se une a nosotros y me ayudará a entrenarlos–
– Quiero saber en qué momentos pierden el control– dije para todos – ¿Alguno de ustedes lo sabe? –
A pesar de estar en bóxer y con una camiseta inmensa me veía terriblemente respetable. Comencé a caminar frente a ellos con seriedad, esperando una respuesta.
– Yo pierdo el control cuando me enfado– soltó Marley, desde el fondo.
– Bien– asentí– ¿Qué más? –
– Una vez estaba demasiado triste y mi habitación comenzó a quemarse– dijo una chica, que formaba parte del grupo de animadoras.
– ¿Enfado y tristeza? – inquirí – ¿Algún sentimiento más? –
– Para mí es lo contrario, a veces estoy muy eufórico y siento que mi temperatura comienza a elevarse tanto que lo que tengo en la mano se derrite–
– ¿Tienen una idea de por qué pasa esto? – puse los brazos en jarras y le dediqué una mirada a Teo que parecía querer que se lo tragara la tierra– porque son adolescentes y no saben gestionar sus emociones. No como lo haría un adulto– expliqué– está perfecto que entrenen en cómo usar ese poder, pero si no saben canalizarlo no les servirá de nada–
– ¿Tienes alguna idea? – preguntó Teo carraspeando – lo intenté todo lo juro...–
– Sí tengo una, pero es peligrosa... Podemos terminar todos chamuscados–
– ¿Entonces? – Epimeteo me miró como si fuese idiota y yo le sonreí de lado, desafiante.
– Entonces, lo haremos de todas formas– le anuncié a todos– ¿Tienen matafuegos para esto? –
– Sí, tengo muchos... Para los entrenamientos– asintió Teo comenzando a caminar hacia las escaleras.
– Bien, tráiganlos todos y una manguera también– le pedí a él y a su hermano mientras volvía a centrarme en los humanos– ustedes, de a uno van a ir pasando al frente y delante de todo hablarán de todo aquello que los emociona, los entristece y los pone furiosos–
– ¿Frente a todos? – Jessica abrió mucho los ojos, mientras sus mejillas se ponían rojas.
– Sí– asentí apretando los labios– la única forma de hacer esto es exponiendo lo que sienten y debe ser de la forma en que más les avergüence hacerlo y nosotros trataremos de exaltarlas aún más–
ESTÁS LEYENDO
El Descenso de Atenea
FantasyCuando en un pueblo llamado Moonbay, comienza a haber incendios y muertes inexplicables incluso para los mismos dioses, Zeus decide que es momento de enviar a la diosa más sabia e inteligente a investigar que sucede. Atenea desciende al mundo humano...