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Canción: "In This Shirt - The Irrepressibles"

MICHELE'S POV

Observé como Cameron le daba una bofetada a mi mamá y el corazón se me paró. ¿Que carajos había pasado? El sentimiento de furia recorrió mi cuerpo, pero no estaba enojado con Cameron, sino con la situación. Al ver a mi mamá llorando, mi enojo creció aún más, pero esta vez iba dirigido a Cameron.

-¿Pero que carajos Cameron? - mi mente no estaba controlando lo que decía. Solo estaba enfocado en Bianca y en su llanto, pero no lograba procesar nada. ¿Que haces maldito pendejo? Mi corazón comenzó a acelerarse y mis puños se cerraron con fuerza. - Largo. - dije, pero realmente no sabía a quién se lo decía. Hasta que mis ojos se posaron en Cameron, quería que se fuera. - Que te largues. - repetí con un tono de voz más sereno que el anterior.

Tenía tantas ganas de volver a tener una familia, que en lo único que pude pensar fue en dejar a Cameron. Quería olvidar lo roto que estaba y poder enmascararlo todo con el regreso de mi madre, y probablemente esas heridas que nunca llegaron a cerrar puedan hacerlo ahora.

Cameron tenía una mirada vacía y rápidamente tomó sus cosas. Deténla Michele.

Ella se levantó rápidamente de su asiento y me dirigió una mirada de dolor y decepción. Deténla Michele, antes de que sea tarde. Caminó rápidamente hacia la entrada del restaurante sin mirar hacia atrás. Maldita sea Michele, ve por ella.

Mi cuerpo reaccionó e intenté ir tras ella, pero una mano en mi brazo me impidió que fuera tras ella.

-Dejala, no vale la pena. - dijo Bianca que aún sollozaba por la cachetada. Me obligó a sentarme a su lado y me abrazó. Ella acarició mi pelo, tal como lo hacía de pequeño. Pero no podía enfocarme en nada más que en Cameron. No puedo creer que no hayas ido tras ella, eres un idiota. Acabas de perder al amor de tu vida. Quería irme de ahí, pero una parte de mi quería escuchar lo que Bianca quería decir al respecto.

-¿Qué ha pasado? - pregunté una vez que nuestro abrazo terminó.

-No quiero que pienses más en ese tema, pero básicamente me dijo que solo estaba contigo por dinero, así que le dije que era una perra y me soltó la cachetada. - dijo con un aire triste. Mi corazón se rompió al escuchar la razón por la que Cameron estaba conmigo.

Y una parte de mi le creyó.

La comida pasó algo incómoda, ninguno de los dos mantuvo una conversación y mi mente no dejaba de pensar en Cameron. ¿Acaso todo lo que me estaba diciendo Bianca era verdad? Una parte de mi no le creía, sabía que Cameron no lo haría. Pero la otra parte de mi sí le creyó, a pesar de que no tener ninguna evidencia. Mi única razón para creerle a Bianca era porque muy en el fondo seguía confiando en ella, confiando en que una madre nunca le miente a sus hijos.

...

Llegué a mi casa y el coche de Cameron seguía estacionado en mi casa, por lo que supuse que ella estaba ahí, porque estaba seguro de que si hubiera ido a su casa, se habría llevado su coche. Entré llamando a Cameron, con la esperanza de que contestara pero su respuesta nunca llegó.

Subí las escaleras para llegar a la habitación principal pero tampoco estaba ahí. ¿Dónde se había metido? Probablemente se había ido a su departamento, y lo entendía. La había tratado horrible. Un sentimiento de culpa llenó mi ser y comencé a desesperarme. Necesitaba hablar con ella. Intenté marcar su teléfono pero me mandaba directo a buzón. Estaba seguro de que ella me odiaba.

Marqué muchas veces a su número, pero siempre entraba al buzón. La preocupación de perderla comenzó a apoderarse de mi cuerpo. Mis manos temblaban de impotencia.

Subí a mi coche y manejé a su departamento, aún con esa sensación de malestar en mi pecho, con un nudo en la garganta. Algo estaba mal, podía sentirlo.

Bajé rápidamente de mi coche y subí lo más rápido posible a su departamento. Lo abrí con la llave que ella me había dado, pero estaba igual que mi casa. Vacía.

Mi corazón palpitaba fuertemente. Intenté relajarme inhalando y exhalando varias veces y funcionó. Ella me odiaba, estaba seguro de eso. No debiste correrla maldito idiota. A pesar de que el malestar seguía en mi estómago, traté de convencerme de que ella no quería hablar conmigo.

Tomé asiento en el sillón con un vaso de whiskey que saqué del estante. Cameron había decidido comprarlo para dejarlo en su departamento, para que cuando yo fuera tuviera algo de tomar que no fuera ron o vino. Sonreí al recordarla.

Necesitaba disculparme con ella urgentemente. Saqué mi celular para llamar a Diamond, con la esperanza de que ella supiera donde estaba. Pero al parecer ella me estaba llamando a mi. Suspiré aliviado, pensando que era Cameron.

-¿Hola? - contesté con una sonrisa de alivio.

-Michele, lo siento mucho. - Diamond dijo mientras lloraba. Mi sonrisa se esfumó como el viento y el nudo que había desaparecido unos momentos atrás, regresó aún más fuerte.

-¿De qué me estás hablando? - pregunté con la voz cortada, nervioso por la que fuera a ser su respuesta.

-¿Aún no sabes? - preguntó entre sollozos. ¿Que chingados? Mi paciencia estaba llegando a su límite.

-Diamond, dime qué está sucediendo. - dije desesperado, levantándome de un salto. Mi corazón palpitaba demasiado fuerte y mis manos estaban temblando. El nudo que estaba en mi garganta impedía que tragara bien.

-Cameron... - su voz se cortó y comenzó a llorar..

-Carajo Diamond, que chingados. - Mi vista se nubló por las lágrimas y mi respiración estaba agitada.

-Alguien le ha disparado. - después de lo que me pareció una eternidad, soltó. Las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos comenzaron a salir y por primera vez en mi vida, sentí que me había arrancado algo de mi vida, algo que nunca estuvo destinado a irse. 

Miles de recuerdos con Cameron pasaron por mi mente. Los besos, los abrazos, las risas. Los "te amo" que siempre me decía, con su sonrisa tan tierna.  

¿Acaso este era el final?

I See Red - Michele MorroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora