#16

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El día anterior había estado lleno de sorpresas y dudaba que este no fuera de la misma forma. Si les era completamente honesta, me había creado un poco de ilusiones con Michele, y sentía que él también sentía algo por mi.

Llegué a la oficina, ahora si a la hora correcta, y Jacob y yo nos pusimos a armar el escenario donde íbamos a hacer el shoot. De nuevo iba a ser con Calvin Klein, pero gracias a Dios ahora era mi turno de estar con la cámara, haciendo lo que más me gustaba. Simplemente pusimos el fondo blanco, para su campaña que saldrían varios artistas muy famosos, así que no tardamos mucho en armarlo. Fui a buscar a Diamond, para contarle antes de que comenzara el shoot todo lo que había pasado el día anterior. Quería decirle que había seguido su consejo y que por fin me había dejado llevar.

-¡Diamond! ¿Cómo estás? - me recargué en su escritorio.

-Bien, chica. ¿Tú cómo estás? - contestó emocionada, sabiendo que tenía noticias.

Le conté todo con detalles incluídos, y su cara no dejaba de asombrarse más de lo que estaba antes. Yo sentía que mi sonrisa se iba agrandando cuando llegué a la parte del beso y un escalofrío me llegó de tan sólo recordarlo. Estaba feliz.

Diamond gritó y saltó de su silla emocionada, haciendo un baile gracioso mientras yo reía como loca. La amaba con todo mi ser.

-¡Eres una pilla, amiga! - habló Diamond. - Quien creería que el primer día te negaste completamente a comerte a ese hombre tan rico. - me sonrojé y reí como una loca desquiciada. Ya no recordaba esa plática. - Pido ser la dama de honor de la boda. - reí aún más fuerte llamando la atención de los de seguridad que estaban en la entrada.

-Estás loca. Sólo fue un beso. - dije intentando convencerme más a mi que a Diamond.

Nos quedamos platicando un rato más hasta que la Michele comenzó a pedirle a una señora grande que se largara del edificio. ¿Que carajos?

Subí a su oficina para ver si necesitaba algo, platicar con alguien o simplemente estar con alguien, cuando un estruendo que provenía de su oficina me hizo saltar. Estaba segura de que había sido un vidrio.

Toque la puerta esperando su respuesta y escuche un grito por su parte diciendo que Grace se fuera. Abrí la puerta indicando que era yo, y pedí permiso para pasar. Estaba un poco asustada, honestamente. Pero no de Michele, sino de la situación. Algo me decía que la mujer que estaba unos minutos antes en la recepción era su madre, y que Michele no tenía una buena relación con ella, que digamos.

Él asintió y entré cerrando la puerta suavemente. Lo abracé, intentando hacerle ver mi apoyo y él hundió su cara en mi cuello, apretando mi cuerpo y juntándome más a él. No me gustaba verlo así. Besé sus labios cariñosamente, en un intento de calmarlo y afortunadamente funcionó. Su respiración regresó a la normalidad y ambos bajamos al piso donde el shoot iba a llevarse a cabo.

El resto del día pasó como normalmente pasaría, solo que esta vez miraba constantemente a Michele, quien me regresaba la mirada y sonreía. Dios, esa sonrisa me encantaba.

Al final del día, no vi a Michele en la oficina, por lo que supuse que se había ido a su casa.. Diamond y Jacob llegaron a donde estaba yo, recogiendo mis cosas rápidamente para irme a mi casa.

-Cam, te tenemos noticias. - dijo Jacob mirando a Diamond. Abrí los ojos sorprendida.

-¡¿Van a tener un bebé?! - grité preocupada. Diamond soltó una carcajada mientras Jacob me veía con cara de loca.

-No, aún no. - contestó Jacob. Wow, ¿que chingados está pasando?

-Ya somos novios. - dijo Diamond feliz, mirando a Jacob quien le devolvía la mirada cariñosamente. Solté un grito de felicidad y los abracé a ambos, felicitandolos y deseandoles lo mejor del mundo. Hablamos un poco sobre como le había pedido Jacob que fuera su novia y la organización de la pedida.

-Oye Cam, por cierto, mañana ¿quieres venir a mi casa a una noche de chicas? Para festejar tu cumpleaños. - preguntó Diamond emocionada.

- Por supuesto. Dije emocionada. Era bonito saber que ibas a pasar tu cumpleaños con tu mejor amiga, el hecho de que haya organizado algo por mi me hizo sentir especial.

-¡Genial! Sólo intenta venir arreglada. - soltó nerviosa. - Haremos un shoot. - contestó ya que vió mi cara de confusión.

Esta vez, no llevé a Diamond a su casa ya que iría a casa de Jacob. Eran una pareja genial.

Llegué a mi casa cansada, sin ganas de cenar o hacer cualquier otra cosa que no fuera dormir o ver una película con un café frío o un helado, o simplemente estar en la tina llorando. Esto siempre me pasaba un día antes de mi cumpleaños, quería estar sola y dormir hasta no despertar, pero solo era en esta fecha en especial. Y sabía que había sido por el accidente.

Prendí el agua de la tina, dejando que se llenara hasta que cubriera mi cuerpo completo. Ahora con una copa de ron en la mano, me metí a la tina que ya estaba llena y dejé reposar mi cuerpo esperando a que las lágrimas salieran, como era de costumbre. Pero había algo raro ahora, no quería llorar. Y puede sonar feo, pero ya no me sentía tan culpable como antes, y estoy segura de que fue después de que lo hablé con Michele.

Cuando hablas de algo que has tenido guardado, es como si quitaran un gran peso de encima. Nunca lo había notado hasta ahora, que Michele llegó a mi vida. Si no hubiera sido por él, jamás hubiera dicho lo que había pasado.

Había pasado una hora aproximadamente desde que entré a la tina, y el sonido de mi celular me sacó de mi trance. Era de un número desconocido.

Desconocido: Hola Cameron

Cameron: ¿Quién es?

Desconocido: Michele.

Miré dudosa mi celular como si alguien pudiera verme. ¿Cómo consiguió mi celular? Claramente, le pregunté.

Cameron: ¿Cómo conseguiste mi número?

Michele: Te recuerdo que soy tu jefe, tengo todos tus datos.

Que acosador. Eso explica cómo supo dónde vivía.

Cameron: ¿Estás acosándome, acaso? - pregunté sarcástica

Michele: Solo quiero saber todo de ti.

Dios, eso había sonado tan dominante, que me sonrojé. Que le digas papi, dice. Okay, probablemente me iba a arrepentir después de enviarlo, pero me arriesgué.

Cameron: Dime que es lo que quieres y te lo doy, daddy

Reí incontrolablemente en la tina por la pena que me estaba dando a mi misma. Eres una sucia Cameron.

Michele: Estás en problemas baby girl.

Madre del señor, este comentario me había hecho excitar. Me sonrojé y reí ahora nerviosa.

Cameron: ¿Qué clase de problemas, exactamente?

Michele: Mañana lo averiguarás

Michele: Descansa.

¿Me estaba retando?

Esa noche, dormí como bebé. Y fue la primer noche desde los 17 años que logré dormir bien.

Definitivamente, este día había estado lleno de sorpresas.

I See Red - Michele MorroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora