#13

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-¡Mi amor! - chilló Emily. Ahora fue mi turno de rodar los ojos. No me importaba. Michele y yo no teníamos nada que ver. Simplemente me irritó el tono de su voz y traté de esconder la risa que comenzaba a salir de mis labios. Que tortura estar con alguien que se la pasa en la vida hablando con ese tono de voz. - Todo está en orden. ¿Tú cómo estás? - a pesar de decir eso, me vió con cara de "estás muerta". Le sonreí cínicamente, vamos a ver quien es mas perra que la otra. Michele solo ignoró la pregunta que le había hecho Emily. En mi interior, me estaba burlando de ella.

-¿Tu cómo vas Cameron? - preguntó serio como siempre. Lo miré con una sonrisa pequeña.

-Todo bien gracias, ¿y tú? - acabé de decir la frase y mi mirada se volvió hacia la modelo para continuar el maquillaje, que para mi suerte, era rápido.

-Bien, gracias. - contestó. Pensé que se iba a ir, pero solo se quedó se mi lado, observando todo lo que hacía mientras que Emily le platicaba un montón de cosas. Dejé de escucharla, al parecer mis oídos bloquearon su voz en cuanto empezó a hablar.

-... y luego fui con Justin, quién obviamente estaba interesado en mí porque me saludó de beso, y NUNCA saluda de beso a nadie y... - era exactamente lo primero que le escuchaba decir y ya me estaba burlando. Quería reírme de ella, pero mi trabajo me lo impedía. Sentía la mirada de Michele puesta en mí, fijamente, y lo miré de regreso. Él tenía sus ojos clavados en los míos, pero su mirada fue recorriendo mi cuerpo lentamente hacia abajo hasta volver a subir en la misma velocidad; lenta y torturadora. Sonrió complacido y volvió a mirar a Emily mientras yo seguía estática con los ojos bien abiertos y unas mejillas sonrojadas. Mi mente automáticamente se activó y continué maquillando a la mujer, estaba a punto de acabar. Esto de verdad era una tortura.

Acabé poniendo un poco de brillo labial y Smitty la llamó para que se probara el vestuario. Era un shoot pequeño por lo que mi trabajo estaba terminado. Ahora estaba sola con Michele. Dios ¿por qué me abandonas?

-¿Por qué estás hoy en el área de maquillaje? - me miró dudoso. A pesar de que no había podido sacar lo que había pasado de mi mente, el hecho de que estuviera aquí no me incomodaba en lo absoluto.

-Me encanta el maquillaje. - comencé con una sonrisa. - Hubo un momento en el que quería ser makeup artist, pero la fotografía está en mi corazón. - reí por lo cursi que había sonado.

-¿Has modelado alguna vez? - ¿me estaba proponiendo algo? Lo miré interrogante.

-Si, ropa interior. - quería jugar con él un rato, pero su cara de asombro provocó una risa. -No, nunca he modelado. No tengo ese talento. - dije una vez que mi risa se calmó. Él negó con la cabeza divertido.

-Me hubiera gustado ver esas fotos. - añadió seriamente. Abrí los ojos sorprendida y me sonrojé inmediatamente.

-¿Por qué no mejor te lo enseño en persona? - dicho esto, me fui a dónde Jacob estaba tomando las fotos con una sonrisa inmensa en mi cara. Mientras exageraba mi caminata, giré mi cabeza para ver su reacción mientras le lanzaba una sonrisa traviesa. Él tenía la mirada oscura, su mandíbula estaba tensa y su expresión facial decía que estaba enojado, suponía que por el hecho de que había terminado la conversación. Mi yo interna y yo chocamos las manos en forma de victoria.

Después de interminables fotos con las modelos, la hora de irse había llegado. Recogí mis cosas lo más rápido que pude para poder ir a casa. Me despedí de todos mis compañeros y fui a la puerta del edificio para dirigirme a mi coche. Esperé a Diamond, ya que la llevaba a su casa siempre porque como ya había dicho, no me gustaba que se fuera en transporte a su casa. Sentí una mano en mi hombro derecho, haciéndome saltar del susto. Voltee a ver quién era y era el hombre que me quitaba el aliento.

-No quise asustarte. - habló Michele con un poco de arrepentimiento en su voz.

-No pasa nada. - dije con una sonrisa.

-¿Qué harás esta noche? - preguntó con el mismo tono de siempre. ¿Qué tenía en mente este hombre?

-Llevaré a Diamond a su casa y luego me iré a la mía. ¿Tú? - estaba confundida. No sabía si me iba a invitar a salir o algo por el estilo.

-¿Dónde vives? Pasaré por ti a las 9. - dijo, como si yo ya hubiera accedido a que me llevara a algún lugar. No me quería involucrar emocionalmente con él, sabía que me traería problemas.

-No. - solté. Me miró sorprendido.

-¿No? - sonó un poco enojado. Creo que nunca nadie le había dicho que no a algo.

-No, gracias. - rechacé de nuevo. Realmente quería salir con él, pero yo siempre comienzo a tener sentimientos y realmente no quería salir lastimada.

-Nadie me dice que no. - su enojo al parecer creció. Yo, a pesar de que no quería ir por razones ya dichas, me parecía gracioso. -Está bien. - su expresión se relajó. ¿Así de fácil era decirle que no? Me impresionaba. - Lindo tatuaje, por cierto. - dijo con una sonrisa maligna. ¿Qué tramaba este hombre?

Diamond, antes de estar cerca de mi, comenzó a hablar con Michele. Ella parecía feliz y él estaba interesado en su plática. No sabía de qué hablaban, seguro era de trabajo por lo que ni me esforcé en escuchar la conversación.

Llegó Diamond hasta donde yo estaba con una sonrisa satisfecha y con confianza.

-¿Le pediste un aumento? - bromeé. Ella rió y negó con la cabeza.

-¿Qué te importa? - nos llevábamos muy pesado entre todos. Solté una carcajada y la empujé suavemente.

No volvimos a sacar ese tema en todo el trayecto a su casa. Platicamos sobre Jacob y de su noche "pasional", del trabajo, entre otras cosas. Sabíamos todo sobre la otra, y ahora no quería ocultarle nada, por lo que le conté lo que pasó con Michele. Tenía que sacarlo con alguien.

-¿Estás de broma? - gritó en el coche emocionada. Yo sólo reía por su reacción. -¿Por que carajos negaste su invitación, idiota? - ella seguía gritando. Estacioné el coche en su entrada y lo apagué para seguir platicando.

-Estoy segura de que voy a enamorarme de él, y realmente no quiero porque sé que él no toma en serio las relaciones. Lo has visto con Emily, no quiero estar en su lugar. - dije tímidamente mirando mis manos.

-Mira pequeña, si te enamoras o no de alguien, no lo decides tú, honestamente. - suspiró. - Disfruta el momento, vívelo. Por lo poco que llevamos siendo amigas, sé que ningún otro de tus "novios" te hacía sonreír de esa manera. Y aunque lo conoces poco, no sabes con seguridad lo que pasará. Por eso te aconsejo que disfrutes y dejes de preocuparte por el futuro. - me sorprendió lo que dijo y la abracé. Susurré un gracias y bajó del coche.

Una vez que vi que ya estaba adentro de su casa, prendí el coche y me dirigí a mi casa.

Diamond tenía razón, era hora de disfrutar algo que me estaba gustando. Mierda, qué sabia es mi amiga.

Entré a mi departamento, dejando mi bolso en la barra de la cocina y me dirigí a mi cuarto para cambiarme a mis pants grises y mi sudadera de Harvard, después fui a mi baño para desmaquillarme y lavarme la cara. Lista para ver una película en mi sala, que sólo tenía un sillón de dos.

Saqué el vino del refrigerador y serví una copa. Amaba el vino, era una de mis bebidas favoritas. El ron estaba en segundo lugar. Con mi copa en la mano, piqué play a la película "Battleship". A pesar de que no te dejaba absolutamente ningún mensaje, era de mis películas favoritas. Me encantaba cómo peleaban con los extraterrestres.

Llevaba un par de minutos viendo la película y el timbre de mi departamento sonó. ¿Quién mierda venía a verme? Solté un gruñido y me levanté aún con mi copa en la mano. Caminé despacio a la puerta, esperando a que se fuera la persona que estuviera en la puerta, pero el timbre volvió a sonar. Abrí la puerta y estuve a punto de soltar la copa de mi mano. ¿Qué hacía aquí?

I See Red - Michele MorroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora