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Canción: "Hold On" - Chord Overstreet

CAMERON'S POV

Después de pensar que moría, desperté en un cuarto con paredes blancas. ¿Estamos muertas? El sonido de una máquina descartó ese pensamiento; solo estaba en el hospital. ¿Qué carajos pasó? Millones de recuerdos de lo que había pasado llegaron a mi mente tan rápido que me dolió la cabeza. Puse mis manos sobre esta para masajear un poco mis sienes, esperando que el dolor se fuera, pero no logré nada. Se sentía como si hubiera bebido treinta botellas al día anterior y me hubiera dado una cruda del tamaño del universo.

-Cameron, que bueno que estás despierta. - un hombre ya mayor entró a mi cuarto. - Soy el doctor Walter. ¿Cómo te sientes? - se acercó a mí y sacó una lámpara de su bolsillo del pecho para apuntar directo a mis ojos, cegandome por un momento completamente.

-Me duele un poco la cabeza. - dije mientras parpadeaba rápidamente para dejar de ver aquellas lucecitas que aparecieron en mi vista.

-Es normal, pero le diré a la enfermera que te de una pastilla para que no sea molesto. - dijo y tomó la carpeta que estaba al pie de la cama para apuntar varias cosas. Intenté levantarme pero mis brazos estaban como gelatina. Todo el cuerpo me dolía y sentía un ardor en la espalda inimaginable. - Estás muy débil por la pérdida de sangre que tuviste. - Su mirada se posó en mí y soltó un suspiro. - Estuviste cerca de morir Cameron. - dijo y se fue. Un par de lágrimas salieron de mis ojos, pero no de tristeza. No sabía realmente de que eran, pero salieron rápidamente.

Se escuchó que abrieron la puerta, pero no voltee a ver ya que pensé que era el doctor Walter. Que mal estaba.

-Hola Cam. - la voz del hombre que me robaba el aliento sonó, haciendo que mi corazón se acelerara. Honestamente, no quería verlo. Por lo menos no ahora. Seguía dolida por el hecho de que ni siquiera tuve tiempo de explicar lo que había sucedido, y él había tomado la decisión de correrme del restaurante.

-Hola. - solté seca con un suspiro. No pude mirarlo a los ojos, sino me pondría a llorar. 

-¿Cómo te sientes? - escuchaba sus pasos lentos acercándose a mí. Giré mi cabeza en dirección opuesta a él y miré fijamente la ventana.

-Bien. - mentí. Sentía que me estaba cargando la chingada del dolor.

-Perdóname Cam. - su voz se rompió y giré mi cabeza ahora en su dirección. - Perdóname por escogerla a ella antes que a ti, por pensar que tu estabas mal y no ella. - un par de lágrimas salieron de sus ojos mientras me miraba. Tragué saliva, intentando al mismo tiempo tragar las lágrimas que amenazaban con salir, pero me fue imposible. - Perdóname por no protegerte como debería haberlo hecho. - sus manos viajaron a su rostro mientras soltaba un sollozo.

Sabía que lo decía en serio, pero esa sensación de malestar seguía presente. Era como si me hubiera quitado una astilla, pero la punta siguiera enterrada y el dolor no se fuera.

-Te perdono. - dije con voz calmada pero sabía que en mi mente era todo lo contrario. - Pero no quiero verte ahora. - desvié la mirada hacia mis manos, pensando que Michele se iría del cuarto. Pero caminó a la cama, parándose a menos de un metro de donde estaba acostada.

-¿Por qué? - preguntó sin ninguna clase de emoción. ¿Acaso es un imbecil?

-¿Ahora estás preocupado por una explicación? - pregunté cínicamente, mirándolo mientras que el dolor en mi espalda se hacía más evidente. - Solo vete por favor. - dije intentando que cambiando de posición para disminuir el dolor. De verdad sentía que me estaban quemando con algo de metal. Al ver que no se movía, comencé a desesperarme. -Por favor Michele, no quiero hablar ahora. - dije a punto de llorar. Probablemente estaba actuando como una niña, pero en verdad me había lastimado.

Él se acercó a mi cara y por un momento pensé que me iba a dar un beso, pero solo besó mi frente y caminó despacio a la puerta. Antes de abrirla, se giró para mirarme tristemente.

-Te amo Cameron. Espero que algún día me perdones por no ser lo que esperabas. - dicho esto, se fue. Las lágrimas que no me había dado cuenta que estaba reprimiendo salieron como cascadas. Él siempre fue lo que esperaba, incluso fue mucho más. Pero no podía pelear por estar en la vida de alguien que busca todo lo contrario a lo que yo le estoy ofreciendo. Michele buscaba a su familia; reunirse con aquellos que una vez se fueron. Él vivía en el pasado. Yo en cambio solo podía darle un futuro, podía darle una familia nueva. Pero al parecer él no lo miraba de la misma forma.

Pero a pesar de todo, seguía amándolo como si fuera el primer día. Yo seguía queriendo estar con él por siempre. Quería que todo esto solo fuera una mala pesadilla, que mañana despertaría en los brazos de Michele, como siempre lo hacía. Pero por algo sucedió esto, por algo estoy viva.

La puerta de mi habitación se abrió dejando ver a Diamond y a Jacob con un par de globos. Cosa que me hizo reír, porque unos decían "felicidades"

-Cameron. - Diamond soltó un gritito emocionada. Corrió a mi lado para abrazarme pero antes de llegar a hacerlo, retrocedió. - No quiero lastimarte con mi abrazo de oso. - dijo apenada. Negué con la cabeza riendo levemente. Si lo hacía normal, el dolor en mi espalda empeoraría, si eso puede ser posible.

-¿Como te sientes? - preguntó Jacob acercando una silla y dejando que Diamond se sentara en ella, mientras que él se paraba detrás de esta.

-Me duele un chingo la espalda, pero a pesar de eso, bien. - mentí otra vez en la segunda parte. Me sentía vacía, como si la bala que hubieran extirpado de mi cuerpo se llevara consigo una parte de mi.

Toda la mañana estuvimos platicando sobre varias cosas, todo excepto de lo que había sucedido. No quería hablar de eso, me incomodaba y no sabría decir exactamente lo que pasó. Lo último que recuerdo es la voz del hombre diciéndome que "ella lo había mandado a hacer esto"

Y creo que en ese momento, ya sabía perfectamente de quién hablaba.

I See Red - Michele MorroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora