#48

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-¿Qué haces trabajando? - preguntó detrás de mí.

-Ya me siento mejor. - mentí. No era la verdadera razón por la que había venido a trabajar.

-No te creo. - admitió cruzando los brazos como si estuviera enojado. ¿Que le importaba?

-No puedo estar en mi casa. - dije suspirando derrotada. No le había comentado toda la verdad porque simplemente no quería que él se sintiera mal de lo que me estuviera pasando, no es su culpa.

-¿Por qué? -preguntó interesado con lo que tenía que decir.

-Simplemente no puedo. - dije un poco harta de sus preguntas. No quería decirle. Punto.

-Dime. - ordenó como siempre lo hacía y estuve a punto de soltarle una cachetada.

-Porque sé que no dejaré de pensar en ti. - dije susurrando, llegando a mi límite y sentí mis mejillas rojas de la furia y la vergüenza. - ¿Feliz? -dije por último y me giré para continuar con lo que estaba haciendo minutos antes de que viniera a interrumpirme.

-Que bueno que estés mejor. - dijo con una sequedad que ni el desierto tenía y se fue, dejándome enojada y triste. Quería partirle la madre.

Y así pasó todo el día; ambos nos mirábamos y evitábamos hacer contacto visual aunque en algunas ocasiones no lo lográbamos. Ahora estaba enojada con él. ¿Por qué de repente le daba la gana de tratarme así? Quien lo entendía.

...

Llegó la hora de irnos cada quien a sus respectivas casas. Michele ya se había ido desde que el shoot acabó, pero nosotros comenzamos a recoger nuestras cosas y todo el set.

-Hola Cam. - me saludó Diamond por atrás mientras ponía todas mis cosas en mi bolsa.

-Hola D. - contesté.

-¿Qué harás hoy? - preguntó inocentemente. Reí porque pensaba que iba a invitarme a tomar.

-Nada. ¿tu que harás? - pregunté ahora mirándola.

-Quiero hablar contigo de algo importante. - dijo con una sonrisa. Realmente no quería hablar de Michele, pero supuse que podía cambiar de tema y distraerme un poco mientras ella me platicaba algo.

-Está bien. - contesté mientras caminábamos hacia la salida del set. - ¿En mi casa? - ofrecí ya que no tenía ganas de salir a ningún lugar.

-Me parece genial. - dijo y tomó sus cosas para salir de ese lugar que me traía tantos recuerdos.

Ambas nos subimos a mi coche y Jacob nos siguió en el suyo para llegar a mi departamento. Estaba demasiado cansada que ni siquiera baile la música que estaban pasando en el radio, y aunque intentaba parecer lo más normal, sabía que Diamond sospechaba que algo estaba mal a parte de que estuve a punto de morir. Después de todo el trayecto de la oficina a mi departamento, por fin llegamos y nos bajamos lo más rápido posible para que el frío que estaba haciendo no nos pegara tan duro. Tenía demasiada curiosidad de saber que es lo que ambos me iban a decir y estaba segura de que tenía que ver con la boda o que tendrían un bebé pronto. Espero que sea la primera.

-Así que.. - habló Diamond una vez que estábamos dentro de mi departamento. El silencio era eterno. - Jacob y yo lo hemos estado platicando desde que tu.. - intento buscar las palabras que fueran adecuadas. - Bueno, desde que casi mueres. - dijo un poco nerviosa a lo que le di una sonrisa intentando decirle que no pasaba nada.- Decidimos mover la fecha de la boda. - dijo extasiada. - Será en un mes. - finalizó.

Comencé a gritar por la emoción y quería saltar pero estaba demasiado cansada como para hacerlo. Una parte de mi sentía que era demasiado rápido, pero tenian razón. La vida se te puede ir en un segundo, mejor aprovechar al máximo y cumplir todos tus sueños.

Se quedaron un rato y brindamos con el vino que aún tenía en mi casa y me comenzaron a contar sobre todos sus planes acerca de la boda y como querían organizarla. Pude ver que era demasiado trabajo, así que me ofrecí a ayudarles a lo que ellos aceptaron felizmente.

Una vez que se fueron, mi realidad me pegó. Esa realidad era Michele. En verdad lo extrañaba demasiado y no sabía cómo iba a llenar ese vacío que su partida había dejado. Lo único que esperaba era que todo el tema de su mamá estuviera resuelto y Bianca no fuera una hija de puta con Michele. 

I See Red - Michele MorroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora