Mentores y Tributos

21. Cotidiano (II)

El domingo llega rápido y justo a las diez de la mañana estoy en el quemador, a lo lejos veo el característico cabello de Darius que resalta entre las cabelleras negras de la gente, casi al instante me acerco al puesto de Sae donde el agente de la paz se encuentra comiendo sopa. Estoy a punto de sentarme en un banco cuando siento que alguien posa su brazo en mis hombros. No necesito ver el rostro de mi acosador para saber quien es.

—Jefe Cray, tiene tiempo que no lo veo— digo moviendome para quitarmelo de encima sin mucho éxito. 

— Lo mismo digo hermosura, me da gusto verte y si que da gusto — contesta él mirandome de forma lasciva logrando incomodarme bastante. 

No logro safarme pero en ese momento Darius llega junto a mi tomándome del brazo. Veo como Sae esta bastante atenta a la escena, nadie dice nada pero a todos les incomoda la forma de ser del jefe Cray conmigo y aunque podría liberarme fácilmente el viejo sigue siendo el jefe de los agentes de la paz y es mejor solo seguir la corriente hasta que se aburra, aun así casi siempre Darius interrumpe. 

—Jefe ya dejela en paz, mire le he comprado una botella de licor —exclama el pelirrojo defendiendome como tantas veces lo ha hecho. 

—Ya niño ya, está bien dejaré a tu enamorada —dice el viejo soltandome. Me impresiona ver como Darius se pone rojo pero imagino que yo estoy igual. 

Las palabras del peli rojo bastan para que el jefe Cray se aleje y todo alrededor se relaje, sin embargo yo estoy nerviosa pues al parecer muchos tomaron muy enserio las palabras de Peeta y piensan que mi falso enamorado es Darius, pienso que eso no es bueno para ninguno de los dos. 

— Ya está ebrio —me dice Darius una vez que el jefe se ha ido. Y su rostro a tomado el color habitual. Al parecer es un intento de explicar las palabras del viejo. 

—Eso imagine, ¿cómo has estado?—le preguntó mientras nos sentamos a comer. Yo busco cambiar el tema. 

—Eso debería preguntar yo, desapareciste por quince días — dice él con un reproche que me causa desconcierto .

— ¿Acaso esto es un interrogatorio agente?— preguntó intentando bromear pues no es normal la intensidad del pelirrojo. 

—No estoy en turno —dice el mostrandome que en efecto no lleva su uniforme ni armas, sin embargo el ligero enojo que se muestra en su voz no cesa y agrega algo bastante mordaz —Ah!! Ya se estuviste con tu enamorado, Peeta dijo algo así en los juegos. 

— ¿¡Tú también!? No tengo un enamorado, Peeta lo dijo solo para molestar y en todo caso ¿¡eso a ti en que te afecta!?—reclamo con enojo y levantando un poco la voz. 

No se porque me molesta su reclamo, es decir se que es una idiotez, todos me han preguntado cosas similares pero es la primera vez que me enojo tanto por esto ¿es porque me lo ha dicho a manera de reclamo? Es lo más probable porque no encuentro otra respuesta. 

—L-lo siento es solo que... Bueno pues si me afecta porque —empieza a decir Darius pero yo siento que a cada palabra que dice me enojo más, es un idiota. Estoy a punto de contestarle cuando a lo lejos veo a Katniss y a Gale. 

— Callate Darius. Mejor olvidémoslo. No me gusta enojarme con mis amigos, son demasiado pocos como para perderlos por idioteces — le digo controlandome y sonriéndole mientras le pongo una mano en el hombro casi al instante llegan Katniss y su falso primo. 

—Esta bien —se limita a contestar con un toque huraño. No parece estar tan de acuerdo.

—Hola Katniss!!! Hola Gale!! ¿Tienen algo para mi?¿Quieren sopa? Yo invito —digo de forma alegre sin sonar como maniaca del capitolio.