Special A [FanFic]

Capítulo 19

Akira acarició los cabellos de su amiga una vez más antes de ponerse de pie y dejar una colcha sobre su dormido cuerpo. Caminó a la cocina con prisa, tomando el celular sobre la pequeña mesa del centro y se apresuró a hacer su llamada. El celular estaba ocupado, y aprovechando aquello decidió grabar un mensaje.

- Takishima... Espero que no estés haciendo algo que pueda causar arrepentimiento en mí. En serio lo siento tanto, lo siento tanto, pero es por el bien de ella que no me queda opción. No te daré ni 1 minuto para decir adiós, porque... No lo mereces.

Confirmó la grabación de la llamada y tomó su bolso pequeño en busca del otro celular para emergencias. Llamó al otro sujeto y sin más esperó a que llegaran por su amiga. Se sentía tan mal por hacerle aquello, pero no había otra opción; si quería sacar del medio de la pelea a su amiga, sana y salva, debía alejarla primero.

Tadashi llegó con la carta bien escrita, sin alguna pizca de errores y la metió entre el abrigo de su compañera. Miró con inquietud a su novia, y esta sólo le lanzó una mirada retadora. Sabía que estaba mal, pero la apoyaba y no podía hacer nada para ir en su contra.

Los hombres vestidos de negro llegaron, y con mucha calma se llevaron a la chica entre sus brazos. Akira se lamentaba por haberle dado somníferos a su amiga en el té, pero la conocía tan bien que al más mínimo movimiento pondría a dormir a todos sus guardias.

Los hombres la metieron en la limusina, donde momentos después la pareja entró; se dirigían al aeropuerto, si querían escapar debían hacerlo bien. No podían usar ni hubo de los vehículos familiares, mucho menos pagar un boleto de avión de clase privada, así que entre todo el alboroto y con una Hikari medio dormida, emprendieron su vuelo a una nueva ciudad, sin peleas y sin peligro.

Su padre miró atento a todos los movimientos que habían hecho, y sin más que hacer, dejó que los amigos ricachones de su pequeña hicieran su deber de amigos, no teniendo otra opción, el hombre tuvo que aconsejar a su hijo, quién sin pensarlo se aventuró al éxito.