Manipulador, codicioso, envidioso, posesivo, perverso...
Miles es un chico que está dispuesto a lograr sus objetivos, principalmente llegar a ser una gran estrella de Hollywood... Aunque no de la manera correcta.
Un joven que parece inofensivo... pe...
— Dime Miles... ¿Tú quieres formar una familia con Malena y ese bebé que viene en camino? — preguntó Matthew.
Miles solamente se lo quedaba mirando.
— Respóndeme vamos no me dejes con la intriga — decía Matthew.
— Ay pero por supuesto que quiero... Ese hijo es la oportunidad perfecta para regresar con Malena — decía Miles con una sonrisa.
— Ya veo... Que suerte la tuya... Tú que antes te acostabas con las chicas de la universidad — decía Matthew riéndose.
— Si fuera otra la embarazada, no querría al bebé... Pero éste... ¡Te imaginas un hijo mío y de Malena! — decía Miles feliz.
— Bueno pero ahora debes ir a buscarla, y cuándo se vaya hacer el ultrasonido, tienes que estar presente, tiene que ver tu interés — le aconsejó.
— Si tienes razón... Iré a buscarla, nos vemos luego — dijo Miles.
Mientras tanto, Ethan estaba caminando por los pasillos del hospital, cabizbajo, con una gran tristeza, porque la mujer que ama tendrá un hijo de otro.
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De repente se encontró con un compañero de trabajo, un compañero muy antipático y arrogante.
— ¡Fíjate por donde vas! — le gritó. — deberías estar trabajando no andando cómo un zombie por todos lados.
— ¡Y a ti que te importa! ¡¿Por qué siempre estás a la defensiva conmigo?! — dijo Ethan exigiendo una explicación.
— Porque te crees el mejor nada más por ser el hijo del reconocido doctor Bill Washington... Ni creas que serás tan bueno cómo yo... Llevo más años aquí que tú Ethan... Ten cuidado — le advirtió.
Este doctor le tenía una gran envidia a Ethan, por su progreso en su carrera cómo doctor. Y de seguro algún día Ethan ocuparía el puesto de su padre, como un director del hospital.
Por otro lado, Miles fue a ver a Malena a su apartamento. Ella le abrió y lo dejó pasar.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó ella.
— No puedo dejarte ahora en estos momentos... Me tomó unos minutos asimilar lo que había pasado — dijo Miles.
— No eres el único, a mi también me sorprendió la noticia — dijo Malena. — pero a pesar de todo, estuve pensando en lo que mi madre me decía, que un bebé, es una bendición — decía ésta mientras miraba por la ventana con una sonrisa, recordando a su madre Lysa.
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