Especial - Parte 1

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Cuándo la ambición se transforma en codicia...

- La ambición, a falta de una palabra mejor, es buena, es necesaria y funciona.

La cuestión es hasta qué punto estamos dispuestos a actuar por conseguir algo, qué precio estamos dispuestos a pagar o a hacer que paguen otros. El lado oscuro de ésta emoción es... "La Codicia".

La ambición carente de integridad y de respeto se convierte en codicia, un apetito insaciable que implica la sobrevaloración de uno mismo y un deseo de poseer y consumir sin fin. El codicioso se considera merecedor de aquello que desea por tener más méritos, poder o estatus que el prójimo.

"El fin justifica los medios"...

Cuándo el amor se transforma en obsesión...

Para la mayoría de la gente, el amor es un sentimiento maravilloso y gratificante. Es ese estado en el que nos vinculamos a alguien en libertad para crear un proyecto en común.

Ahora bien, en otros casos el amor es poco más que una obsesión. Son situaciones donde aparece un deseo casi maníaco de poseer a la otra persona.

"La obsesión por una persona es un deseo de poseer a la pareja como si fuera de nuestra propiedad".

Perverso - Maligno.

Una persona perversa se siente acechada por pensamientos obsesivos y destructivos, al considerar que las actitudes humanas no son sinceras.

Evidentemente, esta es una condición anormal de la personalidad, en la que el “perverso" desarrolla una destructividad hacia sus semejantes a través de pensamientos y actos de carácter maligno.

Cuando la víctima del perverso es sometida y humillada, este experimenta sensaciones de triunfo, dominación y superioridad. En definitiva, necesita sentirse vengador y no víctima.

Esta es la definición perfecta de "Miles Washington".

The Bad Boy ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora