Manipulador, codicioso, envidioso, posesivo, perverso...
Miles es un chico que está dispuesto a lograr sus objetivos, principalmente llegar a ser una gran estrella de Hollywood... Aunque no de la manera correcta.
Un joven que parece inofensivo... pe...
"Somos viajeros en el camino del amor... Y nos volveremos a encontrar en ese camino..."
Sonia despertó del fuerte golpe, se sentía aturdida, débil. Brotaba sangre por una parte de su frente. Ella se vió atada en una silla, casi no podía moverse. Al frente suyo se encontraba Miles con la pistola en sus manos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Miles... Por favor — le rogaba ella.
— ¿Para qué viniste?
— Miles por favor déjame ir, te lo suplico, por favor — decía Sonia entre lágrimas.
— Sabes que tuve que hacerlo, yo no podía permitir que mi vida se arruinara por personas cómo lo era él.
— Miles, necesitas ayuda, tu hermano y yo podemos...
— ¡Cállate! No seas estúpida.
— Miles por favor déjame ir, te lo ruego — Sonia estaba asustada.
— Lo siento. Estabas en el momento equivocado, no debiste venir. — le decía Miles.
— Yo venía hablar contigo sobre Joshua, tu hijo. Creo que padece de un trastorno.
— Mi hijo está sano, él no tiene nada — le decía éste mientras rosaba la pistola por la mejilla de Sonia.
— Cuñado las cosas no tienen por qué terminar así, yo puedo ayudarte.
— Ay Sonia. Claro que me puedes ayudar, ¿sabes cómo? ¡Cerrando la boca! — Miles la abofeteó. — Ángel, desaparece el cuerpo de Matthew ésta noche.
— Así lo haré joven.
— Y tú Sonia... Si te portas bien, no te mataré tan pronto. — le dijo mostrándole una sonrisa.
Mientras tanto en Francia, Rose se preparaba para el gran evento que se realizaría en una hora. Al instante, recibió una llamada de la señora Collins quién le deseaba mucho éxito.
— ¡Te veremos en televisión Rose! — la señora estaba emocionada.
— Estoy nerviosa, pero sé que todo saldrá de maravilla.
— Mi niña, en estas 2 semanas que has estado allá... ¿Hay algo interesante que te sucedió? ¿Aparte de las entrevistas? — preguntó ésta.
— No le puedo mentir señora, si hay algo más... Bueno, mejor dicho "alguien" — le dijo Rose sonriente.
— ¿¡Sí!? ¿Y de quién se trata?
— Pues, me refiero a mi guía que conocí apenas había llegado, Robert.
