Cantante

¿Celos?

En la mañana salía el sol anunciando un nuevo día, en la casa de Sonia ya se había levantado, se estiró para irse a la cocina a desayunar, no tenía buena suerte con la cocina pero lo hacía poco a poco.

Termino de preparar su desayuno, tostadas de mantequilla derretida y una taza de café con crema, se sentó a la sala a ver televisión.

Al terminar con su plato se levantó y subió a su habitación, Krest estaba ocupado todavía con las remodelaciones del restaurante Diamonds, miro su celular y vio un mensaje de Tokisada.

Con una sonrisa los leyó.

"Hola Sonia, buenos días, ¿Te desperté?"

"Buenos días Toki, no lo hiciste, desperté hace 15 minutos"

"Qué bien, me gustaría que salieramos un rato para conocernos mejor, si tu quieres claro"

Sonia sonrió al leer ese mensaje del rubio, como tenía el día libre gracias a su jefe, quien era amable pensó un momento que decirle y habló.

"Claro, me gustaría mucho, déjame cambiarme y avisarte cuando esté lista"

"Genial, iré a visitarte"

"Esta bien"

Sonia se fue al baño para bañarse e arreglarse, al salir de la ducha busco en su armario su ropa.

Por otra parte, Tokisada al terminar de leer el mensaje sonrió y se fue directo a su casa, antes de hacerlo compro unas rosas rojas y blancas con un dulce aroma.

Llego a la casa de la pelirrosada, antes de tocar acomodo su cabello, su traje y tocó la puerta.

En eso sale Sonia con un vestido rojo que le llegaban a sus rodillas, tenía un labial rosado con brillo que iba bien con su piel morena, el rubio se sonrojo haciendo que ella riera bajo.

-¿Pasó algo?– pregunto mirando las rosas.

-Te ves...– iba a decirle un cumplido pero antes le dio el ramo y habló– hermosa.

Sonia se sonrojo también y sonrió tomado las rosas, tomo su mano para que pasará y ella pusiera las rosas en un florero y tomando su bolso saliendo a la casa con el rubio en su auto.

-¿Y adónde iremos?– pregunto tomando su brazo que el rubio le ofreció como un caballero.

-Ya lo verás– dijo para pronto abrir la puerta del copiloto para ella, subió con una sonrisa por tan hermosa caballerosidad y subió en el asiento del conductor.

Arranco el auto para llevarla a un lugar fino para pasar el día mientras sus jefes estaban haciendo de las suyas.

Por otra parte Camus estaba con Afrodita conversado mientras tomaban un café en la cafetería de Shoko, pues ella los invito como agradecimiento por la atención de su trabajo.

-¿Entonces tienes el día libre por tu restaurante?– pregunto la pelirroja, quien estaba con ellos.

-Si, el señor Krest me dejo descansar unos días– asintió tomando su café.

-Y supongo que con lo de mi primo están bien ¿No?– pregunto picara haciendo que el peliacua se ahogara.

Tosió un poco por tan loca pregunta de la pelirroja, Afro estaba riendo un poco mientras le daba leve golpes a su espalda, se relajó y le hablo con un sonrojo.

-No, claro que no, solo estamos hablando de sus canciones– negó con un sonrojo.

-Vamos Camus no digas eso jaja– río mientras Camus la miraba como un tomate–me parece bien que estén cantando para el mundo.