Trece

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La mejor amiga de Gulf llevaba veinte llamadas en corrido tratando de conseguir a Gulf.

Esta loquilla de piel blanca con un rostro adorable como la de una muñeca de porcelana con cabello largo negro que le llegaba a los hombros andaba acostada en su espalda con sus rodillas agachadas en el aire toda sensual vistiendo nada más unas bragas negras, un camisón, medias cortas.

-Lo sentimos, el número que ha marcado--

Ella aprieta uno de los botones dibujando sus pequeños labios en una pequeña sonrisa elegante antes de acercar el teléfono a estos.

-¡OYE, GULF!- Ella grita borrando toda delicadeza en su rostro. -¡HAZME UN FAVOR Y CONTESTA TUS PUTOS MENSAJES! SOY TU MEJOR AMIGA Y NO ME ESCRIBES EN SEMANAS. ¡PUTO!

Ella cuelga la llamada ahora con su cabeza colgando al borde de la cama viendo a la nada.

Unos toques en la puerta la distraen.

-A mí nadie me visita.- Ella dice toda extrañada antes de caminar a la puerta. Su carita redonda es demasiado tierna. Sus ojos son como dos medias lunas que parpadean, su nariz es ancha.

 Sus ojos son como dos medias lunas que parpadean, su nariz es ancha

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-¡¿Quién es?!- Ella grita antes de abrir.

-Escucha: Sé que no me vas a conocer pero Gulf me ha envíado a hablar contigo. ¿Eres Tonliu?

Ella abre la puerta para ver a un joven con Síndrome de Dawn.

-Soy Aelis.- Él dice todo sincero.

-¿Gulf está bien?- Ella pregunta.

-Sí. Pero ahora mismo necesita ayuda.

Aelis dice.

-Entonces pasa.

Ella dice ahora encaminándose a su habitación sin importar que el chico pueda ver su trasero e esas bragas negras.

Aelis intenta cubrirse los ojos mientras que la sigue.

Ella entra a su habitación. Él permanece estoico viéndolo todo.

-¿Y bien?- Ella pregunta al sentarse en la cama de brazos cruzados.

-Gulf me envío para que yo te dijera toda su situación. La respuesta a por qué no ha respondido todas tus llamadas. Él sabe que lo has de haber llamado.

-Por favor, dime.- Tonliu suplica con sus ojos cristalizados.

Aelis se sienta frente a ella para contarle toda la situación de Gulf.

💫

-¿Termino su llamada?- El policía me pregunta cuando ya he terminado de hablar con Aelis. Asentí todo cabizbajo entregándole mi teléfono.

De ahí, una camioneta plateada me buscó. Deliberadamente me llevaron a la prisión.

Unos policías vigilaron mi ducha en el baño, me vistieron, y tras las rejas me enviaron. Ya había un compañero de celda. Este era un gigantón pero leía un libro pacíficamente en el matre superior de la litera.

Tóxico(s) • MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora