Diecinueve

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Nos llevaron a nuestras casas y fui con Mew a la habitación. Ambos de nosotros riendo por tan sólo ver las paredes.

Llegamos a la cama y nos tiramos ahí. Yo boca abajo ya con mi rostro contra mis brazos, cerrando mis ojitos.

—Tengo sueño...— Yo digo.

—Belleza mía, yo estoy caliente. Estoy muy caliente.

Mew dice con la respiración agitada volviendo a abrirse la cremallera de su pantalón.

—Belleza mía.

Él me llama pero yo estoy demasiado dormido.

—Sueño...— Yo le digo sin abrir mis ojos.

—Por favor.— Mew suplica y toma una de mis manos para masturbarse mientras me mira a la cara. Yo sólo sigo durmiendo. Realmente cansado.

De repente, la calentura lo abandona y sus ojos se enfocan en mí. Él limpia mi mano con la sábana y la acaricia.

—Estuve a punto de hacer algo estúpido.— Mew me dice en un susurro antes de arroparme con la sábana. Me cubre hasta el cuello con la sábana. Me acurruque en la cálida amiga sobre mi cuerpo.

Mew entra bajo las sábanas en nuestro pequeño espacio para mantenerme cálidamente en su pecho. No deja de mirar mi rostro.

—Dulces sueños, belleza mía.

Mew susurra antes de plantar un beso en mi frente e cerrar sus ojos para dormir.

💫

Aelis, Wild, Tonliu están acostados en la cama de la última mencionada. Los tres están mirando el techo ahora en sus ropas interiores. Wild en medio de los dos sin la peluca puesta.

—¿A quién rezamos de nuevo?— Wild pregunta por tercera vez.

—A la Diosa del Techo.— Tonliu dice en una voz dramática casi poeta.

—Diosa del techo~.— Aelis canta en el fondo imitando una voz nórdica.

—Ya no la veo.— Wild dice todo apenado. Las dos personas drogadas a sus lados respingan.

—¡No, Wild, vuelve a tus sentidos! ¡Ella está ahí!

Aelis suplica ahora apuntando con su dedo acusador al techo. Wild entrecierra los ojos viendo el techo.

—No la veo.— Él vuelve a decir y los chicos suspiran apenados dejándose caer rendidos en un sueño profundo. Wild también queda profundamente dormido. Los dos abrazan a Wild por lo que él se acurruca más cerca de Tonliu. Ambos durmiendo profundamente.

Se hace de mañana cuando Wild abre los ojos sintiendo los rayos del sol calentar su rostro.

—Ah. Me duele la cabeza.— Él se sujeta la frente como si se le fuese a caer mientras que se sienta. Al sentarse con un mareo extremo puede ver a sus lados a los dos dormilones: Aelis y Tonliu.

—Debo buscar algo para este mareo.— Wild dice antes de caminar hacia el armario de Tonliu.

Se puso una chaqueta de plumas negra sobre sus hombros con los pantalones del esmokin de Aelis e unas sandalias antes de salir mostrando su abdomen como si nada.

Fue a una tienda cerca para comprar algo que aliviase el mareo tanto para él como para sus dos compañeros alocados. Le agradeció al cajero cuando este le dio el recibo. Salió de la tienda todo feliz de llevarle a sus nuevos amigos pastillas.

Tóxico(s) • MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora