T.O.W.I.L. Desire Of Freedom.

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Comenten uwu.

-Me veo en la obligación de preguntar ¿para qué? - pregunté en un tono bajo.

Jungkook se sonrojó. No sabiendo precisamente qué decir.

En otras circunstancias,  hubiera accedido sin preguntar, pero con alguien como Jungkook tenía que hacerlo.

Pero Jungkook tartamudeó.-P-para... No sé. - dijo besandome una vez más  y correspondí con una sonrisa.

Tomé mientras tanto de la chaqueta de Jungkook su billetera, dejando un par de billetes a un lado de lo poco que restaba de nuestra soda.

Pronto ambos ya estabamos en la moto. Podía sentir a Jungkook tenso. Seguro estaba nervioso.

Y yo creo que jamás he estado tan emocionado por ir a la casa de un chico.

Efectivamente al llegar al fraccionamiento, el más alto se estacionó en su casa. Bajando y abriendo la puerta con sus manos temblando, conmigo siguiéndole.

Ambos nos miramos una vez dentro.

Yo no sabía qué hacer. Dios, me sentía como la vez que iba a perder mi virginidad.

Jungkook parpadeó. - N-no sé qué hacer. - dijo en un tono que casi me hace morir de ternura.

Sonreí. - ¿Qué quieres hacer? - tanteé terreno antes de acercarme un poco, algo que el también hizo.

-Yo... Te juro que no lo sé. Nunca he hecho esto. - me comentó.

-Supongo, pero ya te dije. No hay mucha diferencia entre una chica... - pero el me interrumpió.

-jamás he traído a una chica. - me confesó.

Elevé una ceja. - creí que no eras virgen.-

-No lo soy. - dijo mirando mis labios. - pero no suelo ser el de la iniciativa. -

-¿Quieres hacerlo ahora? - pregunté, me sentía como un imbecil virgen.

El pasó saliva y yo decidí no esperar respuesta y lo besé.

El me siguió el acto, tomando mi cintura con duda. Yo atrayendole de la ropa.

Bajé una de mis manos sintiendo el fortalecido cuerpo de Jungkook bajo mi mano. Sólo acariciando.

Amando los soniditos que Jungkook hacia al encontrar aquello placentero.

Sinceramente yo tampoco sabía si quería hacerlo ahora con el. Lo siento demasiado pronto.

Además de que Jungkook se está descubriendo. Así que tuve una excelente idea.

Comencé a caminar de espaldas sin dejar de besarle. El siguiendome. Hasta que pude sentir un sofá.

Le hice girar para que se sentara allí. La escena resultando me familiar a cuando llegó ebrio.

Sólo que ahora se miraba como un conejito asustado.

Me senté sobre él. Y él gimió.

No dije nada que de que parecía un adolescente de quince al estar duro con sólo un par de besos.

Pero el pareció leer mi mente por un segundo.

-Y-yo... No sé qué me sucede. - me dijo avergonzado.

-Es normal supongo. - dije antes de juntar nuestros labios de nuevo.

Sentí sus manos tantear mis muslos, como si estuviera asustado de tocar, pero al final acarició la zona.