❤ LET 09 ♠

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Marcela: Dime Victoria... ¿estás engañando a tu marido? - la mirada.

Victoria: Yo no creo en lo que oigo...- la miré incrédula - ¿tú entras aquí, lo ves violentado y lo que te importa, es saber si estoy le traicionando Marcela?... ¿eso es cierto?... ¿que tipo de hermana eres?... tu eres la peor hermana del mundo... y quieres saber? Lo estoy... y no me importa si te gusta o no... no amo a Omar, nunca lo he amado y nunca lo haré... mi vida es un infierno... y lo que viste cuando entraste aquí, no es nada comparado con lo que él ya hizo y es capaz de hacer cuando está solo conmigo... tú sólo ves, lo que él te muestra Marcela... tú no eres una hermana... no la mía... nunca se preocupó... seguro ya sabes de todo lo que él me hace, pero cállate... espero que no se arrepienta de estar a su lado, cuando me vea dentro de un ataúd, lista para ser enterrada...- hablé con rabia y dolor al mismo tiempo.

Marcela: Yo no estoy de su lado Victoria, jamás aplaudiría una agresión, mucho menos una violación... tú estás equivocada y sabes eso... si no existe el amor se separe, al final esa no será la primera vez que esto sucede contigo...- hablé con rabia - ¿crees correcto lo que estás haciendo? Por el amor Victoria, ¿en qué te has convertido? Tu mismo estas buscando tu tumba, no me eches la culpa... yo siempre te he aconsejado hacer lo correcto... yo sólo pienso en mis sobrinos, que son inocentes y no tiene culpa de la madre que tiene - balanceé la cabeza y salí de allí dejándolos.

Omar: Viste mi amor... eso es tu hermana, imagínate cuando todos lo sepan - me puse a cantar y me fui a la habitación.

Reí sin voluntad y luego la vi salir... enseguida Omar. Salí rápidamente, yendo tras Marcela y le encontré todavía en el pasillo.

Victoria: Eres la peor hermana que podría tener... no sabes nada Marcela... nada... ¿yo soy la culpable?... si te importara un poco... al menos un poco, sabrías el infierno que es mi vida... no sabes cuántas veces he intentado salir de este maldito matrimonio, pero no puedo... porque si no, él me quita a mis hijos...- hablé roja - y si quieres saber en qué me convertí hermanita... me convertí en lo que tú nunca tuviste el valor de ser... yo amo a César... y no sabes como desearía haber hecho todo diferente... y nunca mas hables de esa forma de mis hijos... yo los amo a los tres y tu no eres nadie para hablar de mi moral... tu no tienes ese derecho... y nunca tendrás a Marcela... se juzga santa, pero tiene valor de señalar a tu hermana, en vez de ayudarte... yo no te voy a perdonar por eso... nunca... espero que te sientas feliz en mi entierro hermanita...- le sonreí con la mirada triste y perdida... me giré y fui al apartamento... entré y cerré la puerta, yendo a la otra habitación que allí había... entré y me acosté en aquella cama, permitiéndome llorar dolorida.

La vi salir y me fui de allí. Por mucho que amara a mi hermana, no podría apoyar esa locura suya de tener un amante, de ser ese tipo de mujer. Victoria siempre supo cuánto lo odiaba, cuánto valoraba a mi familia. Ella sabe por lo que he pasado con el padre de mi hija y se ha convertido en lo que tanto me disgustaba, había destruido su matrimonio y el matrimonio de ese hombre.

Después de empacar mis cosas, me arreglé y salí de allí, camino a casa. El viaje sería largo y sólo quería alejarme de aquella mujer.

Después de mucho llorar, me levanté y fui a la sala. Cogí mi bolsa y me fui, no aguantaba más. Me subí a mi auto y salí rápido de allí, hacia la casa de César. Al llegar toqué el timbre y cuando él contestó, me tiré en sus brazos llorando.

Al abrir la puerta, sentí aquel pequeño cuerpo aferrarse al mío. Le acogí con amor y luego cerré la puerta. Algo había pasado e iba a descubrir. Pero primero iba a calmarla. La tomé en brazos y fuimos a la sala. Me senté y la dejé allí, en mi regazo, bien protegida de todo y de todos.

César: Estoy aquí mi amor, nada ni nadie te hará daño.

Me agarré bien a él y escondí mi cara en su cuello, sollozando.

Victoria: Quiero morir César...

César: Nada de eso mi amor... no va a morir, no va a dejar a sus hijos... lo que aquel crápula te hizo? Victoria - le sostuve la cara, haciendo que me mirará - cada vez que él aparece, tú desapareces... paso días y más días sin verte... ¿qué te hizo? - intentaba aparentar la calma, que nunca existiría en mi interior.

Lo miré llevando mis manos a mis cabellos y los puse de lado. Mostrando una marca que tenía allí, así como mostré mis ojos y mi cara.

Victoria: Él me golpeó... y... y por muy poco, no abusó de mí de nuevo...- sollocé.

Le miré a la cara y respiré hondo tocándote con cuidado, para no hacerle daño.

César: Mi vida... yo... ¿dónde él está Victoria? - hablé serio - ¿dónde está ese animal?

Victoria: No sé...- hablé en voz baja - no me importa... César... yo no aguanto más... no puedo más... a Marcela... ella vio... y... y me dijo cosas horribles... me dije... me dijo que la culpa era mía.

César: Calma mi vida - le abracé apretado - estás conmigo ahora, te voy a proteger de ese maldito animal... te prometo que esto va a terminar, que te voy a sacar de ese infierno en que vives... aunque sea la última cosa que yo haga en mi vida... Marcela no sabe lo que dice, ustedes dos están nerviosas, dejen que todo se calme, y se entenderán.

Victoria: No quiero... no quiero saber de ella... no entiendo por qué ella es así... ella quiere que yo tenga la misma idea que ella... pero ella no sabe el infierno que es mi vida con aquel hombre...- me agarré más él - me quita...- solucé - sácame de esta vida mi amor... te juro que no puedo más.

César: Quédate tranquila mi amor, esto va a terminar... tu hermana tiene un trauma Vicky, no la culpes por eso... hablen y todo se resolverá mi amor - le estreché en mis brazos.

Victoria: Lo sé César... pero ella no tenía derecho a decirme esas cosas... ella vio lo que Omar estaba haciendo y en vez de ayudarme, ella puso la culpa en mí César...- lo miré - a ella le importó más el hecho de que yo estaba contigo, que con lo que él estaba haciendo... además de decir cosas que me hirieron mucho... si ella ha pasado por un trauma, he pasado y estoy pasando por un bien mayor y no por eso, me quedé jugando en la cara de ella, los errores que ella cometió en su vida... ella siempre defiende y siempre va a defender aquel monstruo... eso nunca va a cambiar...- solucei - nunca.

César: Ni ella, ni nadie tiene el derecho de decirte nada... y mucho menos de juzgarte... sólo tú eres quien sabe lo que pasa y nadie más... pero no digas eso... una hora ella va a caer en sí y se va a dar cuenta del monstruo que él es - he besado sus cabellos - todo va a quedar bien mi vida, estoy aquí y te voy a sacar de todo esto.

Victoria: Espero que sí...- escondí mi cara en su cuello - gracias... tú y mis hijos, son la razón por la que sigo en pie.

César: No tienes que agradecerme mi amor, estoy y siempre estaré aquí... ahora déjame cuidar de ti... vamos a tomar un baño, quítate esa ropa y ocúpate de ese corte en la boca.

Victoria: Uhum...vamos - hablé levantándome de su regazo y sostuve su mano.

La llevé a nuestra habitación, tomamos un baño juntos y luego volvimos a la habitación. La acosté en la cama y me quedé allí cuidando de mi amor. De todas las marcas y dolores que ella llevaba en su cuerpo y en su alma.

Aquella noche junto a mi amor, era lo que yo necesitaba. Él tenía el poder de calmarme. Los días que pasaron fueron hasta bien tranquilos, Omar no hizo nada más. Siempre que podía, estaba hablando con mis hijos. En un abrir y cerrar de ojos, pasaron casi 5 meses después de aquel día. Fui a casa un par de veces por mis hijos, pero gracias a Dios en ninguna de ellas, Omar estaba en casa, en todas estaba viajando. Era medio semana y yo estaba con mi hermana Gaby en el camerino, hablábamos de algunas cosas que habían pasado.

Sigue...

Llévame En Ti - Victoria y César (Español) (Concluido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora