La felicidad de Leeki

35 5 0
                                    

Al salir de la universidad, Kibum y yo acompañamos a Leeki a la panadería. Nos despedimos de él y en seguida nos dirigimos a uno de los locales de ropa más conocidos de aquí. Comenzaba a hacer frío, por lo tanto quería comprarle a Leeki una chamarra. Además, sería un regalo de agradecimiento por comprarme aquella televisión.

Me divertía más al estar solo en el cuarto mientras esperaba a que Leeki regresara. Algunos programas que antes veía aún estaban en emisión. Y también había nuevos que me llamaron la atención.

En cuanto al problema de Kyuhyun, los medios de comunicación lo tomaban como una broma. Era común escuchar que Hangen era la bella señorita de Kyuhyun. Los invitaban a varios programas y los emparejaban a pesar de que Hangen es un hombre casado.

Yo no creo que sea todo cierto. Claramente recuerdo haber visto un contacto con ese seudónimo aquella vez que me confundí de teléfono. Imagino que Kyuhyun sí tiene una novia e hicieron todo esto para ocultarlo.

Sin embargo,no me gusta la idea.

Kyuhyun era muy extraño, pero a la vez muy bueno. Él me ayudaba cuando un problema surgía. También me regaló un departamento junto al suyo. De todos los chicos de Super Junior, él fue el que me buscaba más y pasaba más tiempo conmigo.

Sé que una persona se puede enamorar de alguien así. Pero si regreso, tal vez él ya no tenga tiempo para mí.

Me entristece pensar en eso.

Distraje un poco mi mente al escoger la chamarra para Leeki. El local de ropa era pequeño, un cuarto de 4 metros por cada lado. Del lado izquierdo estaba el mostrador y la caja. En el centro había una cortina azul, lo que parecía ser un probador. El resto del lugar estaba rodeado de ganchos de ropa. Compré una chamarra color roja con un gorro integrado muy esponjoso.

Lo que quedaba de la tarde la pasé con Kibum. Él me invitó a su casa. Al ser la primera vez que iba, me sentí nervioso. Sabía que Kibum sólo vivía con su papá. Su mamá había fallecido cuando él nació, así que tampoco tuvo hermanos.

Su casa era de un piso, pequeña y muy sencilla. La puerta principal rechinaba al abrirse dando la impresión de que estaba vieja.

—Pasa, no te pongas nervioso — me dijo Kibum dándome un pequeño empujón hacia el interior de su casa.

Adentro estaba muy silencioso, parecía que no había nadie. También podía percibir un leve olor a madera. Kibum dejó su mochila colgada en un perchero junto a la puerta y me hizo señas de que lo siguiera. Pasamos a la habitación de junto, era una sala de dos sillones cafés, una televisión sobre un mueble de madera enfrente de ellos. La otra mitad del cuarto era la cocina. Los separaba media pared de cemento que también tenía la función de una barra con dos sillas.

— Ponte cómodo, ¿quieres agua? — me preguntó amablemente.

Le respondí que estaba bien así, luego le pregunté por su padre.

—Debe estar trabajando, deja le hablo para presentártelo.

En cuanto dijo esas palabras, salió de la habitación tan rápido como un leopardo. Esperé sentado en el sillón mientras escudriñaba con la mirada la sala de mi amigo.

Encima del mueble de madera,junto a la televisión, habían 2 fotos de Kibum. Una cuando era un niño, tal vez no más de siete años. Y la otra dónde era un adolescente. Me pareció muy bello que en su casa se exhibieran estas fotografías.

Escuché que se acercaban unos pasos, así que me levanté rápidamente y miré en dirección a la entrada. Kibum venía acompañado de su padre, un señor delgado, con todo el cabello blanco. Él era un poco más bajo que su hijo.

Quiero Decirte [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora