Mientras Leeteuk de encontraba en el hospital aproveché para caminar un poco. Estaba muy preocupado, mi pecho se mostraba débil como un cristal, mis hombros sentían un peso mayor, muy doloroso; Heechul salió lastimado por salvarme a mí, yo realmente no estaría enfadado porque no lo hiciera, yo debí estar en su lugar. No me dí cuenta de que el auto venía de regreso, tuve algunos segundos que pide aprovechar para quitarnos de la calle, entrar al edificio o al coche de Leeteuk, estar en un lugar seguro. Estaba arrepentido por no hacer nada, sinceramente siento mis lentas acciones que hirieron a alguien que quiero.
Ahora, lleno de culpabilidad, quiero estar solo.
Ryeowook fue con sus demás compañeros, había dicho que les avisará y traerá unas cosas necesarias. No sé cuáles sean sus planes, a la sala de espera sólo dejaron entrar a Leeteuk. Yo en su lugar avisaría al manager para que tome cartas en el asunto, él denunciará y los culpables pagaran por lo de Heechul. Igual dudo que fue para traer a todos, sin embargo estoy seguro de que algunos vendrán de cualquier forma.
No puedo estar con Leeteuk y no quise acompañar a Ryeowook, además quería estar sólo para asimilar las cosas. Con cada paso que daba el día exterior se tornaba más bello; un anaranjado coloreaba mi rostro al momento que el sol desaparecía. La brisa empezaba a ser levemente más ruda, varios de mis cabello se levantaban a su paso. Miraba las calles rojizas consternado. El panorama era hermoso y mi corazón se oscurecía llenándose de espinas.
Luego de diez minutos más consideré que era suficiente y debía regresar para obtener noticias de Heechul. Incluso Leeteuk puede angustiarse si tampoco me ve. Las calles ahora se envolvían de un leve color azul, tenía el tiempo suficiente para regresar antes de que cayera la noche por completo.
Caminaba con la vista baja debido a mis húmedos ojos, deseaba guardar el dolor en una caja y simular ser fuerte, afrontar una situación como ésta de una buena manera para ser el apoyo de Leeteuk y de los demás, no un estorbo. Pero no puedo, no tengo la capacidad para hacerlo, soy tan débil que sólo estaré ahí, como un poste, sin hacer nada, sin apoyarlos, sin ser un pilar para ellos.
¿Debería huir, Ser un cobarde en vez de un valiente, escapar de los malos sentimientos en vez de enfrentarlos?
De improviso un sujeto me cerró el paso. Levanté mi cabeza para analizar la situación. Al instante otro sujeto me toma de los hombros y me empuja hacia el parque de junto. Entro esos dos hombres enmascarados con un cubrebocas desechable me aventaron a una zona donde habían más árboles que personas. Mi corazón se aceleró, mis piernas temblaban y sentía los brazos caídos. Estaba asustado.
Mis agresores no dudaron en golpearme, mi cara se iba desgarrando con la fricción entre mi piel y sus puños. Otras partes de mi cuerpo recibían las patadas que ellos daban sin piedad. Yo era muy delgado, un "alfeñique'' a comparación de esas dos bestias. Por más que intentaba no podía escapar de esta situación.
Uno de ellos me tomó del pecho jalando mi playera, me sacudió de arriba hacia abajo como si quisiera arrancarme la prenda. Tomé sus manos con fuerza, quería quitármelo de encima. Tragué mi sangre por el movimiento, me estaba ahogando.
Por el rabillo del ojo pide ver cómo el otro hombre sacaba una navaja. Me paralicé en seguida, deseaba salir de aquí, no creía que mi cuerpo resistiera más. Ese sujeto pasó el filo de su arma por mi playera. Su acompañante aprovechó para romper la tela quitando grandes trozos. Uno pasaba la navaja mientras el otro arrancaba partes de mi ropa. Yo tosía con violencia sacando la sangre de mi boca y al mismo tiempo intentaba detenerlos.
Cuando mi ropa quedó arruinada me sentí avergonzado. Comencé a tirar un par de lágrimas. Me sentía impotente al no poder defenderme. Tampoco sabía lo que ellos querían de mí. Fue hasta que sentí como el filo de la navaja roza la parte desnuda de mi muslo izquierdo, y como separaba mi piel en un lento corte, fue hasta ese momento que solté un doloroso quejido desde mi garganta.
Ambos se detuvieron y me dieron una leve mirada de sorpresa. "¿Que no era mudo?" Escuché que susurró uno, el otro lo miró un instante y volvió a verme. Ví la oportunidad y empecé a arrastrarme. No quería morir aquí, aún no he encontrado un sueño que perseguir, mi vida no siquiera ha empezado, estoy en una fase del Jongwoon que quiero desaparecer, no puede terminar esto aquí, mi vida no pudo ser silenciosa y sin logros solamente, aún me falta algo.
Sentí como tomaron mi tobillo derecho y me regresaron a ellos. El sujeto de la navaja tomó mi cabeza de los cabellos y acercó su arma hacia mi mejilla, el otro agarró velozmente mis manos inmovilizándome al momento.
No pude más y dejé salir mis abundantes lágrimas acompañadas de otros quejidos. No quería morir.
Otros chicos aparecieron y me quitaron a los dos tipos. Mientras me incorporaba reconocí a Micifruz, Potter y Amseok. Los dos primeros trataban de quitarle el arma al sujeto de la navaja, y Amseok comenzó a pelear con el otro. Micifruz dió una patada estratégica en la muñeca del tipo logrando que soltara la navaja. Potter le pateó las piernas para tirarlo y comenzar a golpearlo entre los dos.
El otro sujeto empujó a Amseok y aprovechó para salir corriendo. El único que quedaba resistió hasta que escuchó el sonido de un claxon, le dió una patada el la rodilla a Micifruz y corrió hacia el mismo lado que su compañero. Potter no lo pensó dos veces antes de perseguirlo.
Micifruz y Amseok cuestionaron si me sentía con fuerza para levantarme. Sí la tenía, mas la vergüenza no me dejaba ponerme de pie. Me veía vulnerable y con las prendas desgarrada..
Lloré un poco más antes de incorporarme. Les agradecí que me hayan ayudado. Sinceramente no sé si hubiera salido de esto si no fuera por ellos.
—Está bien, oímos un grito y decidimos venir aquí; fue afortunado que no sucedió algo peor.
Los abracé a ambos antes de llorar otra vez.
A los pocos minutos regresó Potter diciendo que el tipo huyó en un coche. Micifruz maldijo bajo ante esa información. Amseok ofreció llevarme a su casa, para prestarme ropa y que me diera un baño. Yo lo rechacé, sólo les pedí que me llevaran a la estación de tren, tenía que irme antes de que otra cosa como está pasara. No estuvieron totalmente de acuerdo pero aceptaron llevarme.
Entre Micifruz y Potter me ayudaron a caminar hacia la camioneta que traían. Llegando a la avenida me encontré con Kyuhyun. Él estaba del otro lado buscando algo con preocupación. Al darse cuenta de mi presencia corrió hacia mí esquivando los autos que circulaban. Micifruz lo recibió con una patada en el estómago tras no reconocer al chico detrás de esa gorra y cubrebocas. Detuve los ataques de Micifruz y los posibles golpes de los demás. Kyuhyun quien estaba encorvado, levantó su cabeza en mi dirección. Se enderezó lentamente y luego me abrazó. Caminó unos pasos alejándome un poco de mis antiguos compañeros.
—Soportalo Yesung, resiste un poco y vete de aquí. No regreses, no hasta que seas una persona más fuerte. Estudia y consigue un puesto social. Esfuérzate pues esto no terminará tan fácil.
Él se quitó su chamarra, la colocó sobre mis hombros y acarició mi mentón luego de susurrarme esas palabras.
—Adiós Yesung.
Me regaló una sonrisa y se alejó caminando hacia atrás, luego se dió la vuelta y apresuró el paso.
Di un pasó con dificultad para intentar alcanzarlo. Quería que me explicara lo que dijo, no lo entendía. ¿Por qué alguien me haría esto?, si es a propósito, ¿cuál es el objetivo?, Kyuhyun explícame.
Mis salvadores se acercaron a mí y me llevaron hacia la camioneta. Simplemente obedecí, no tenía la fuerza para alcanzar a Kyuhyun, lo dejé ir.
Estando adentro, Potter buscó el botiquín que siempre solíamos cargar. Este sólo tenía alcohol, gasas y una venda. Los tres dudaron pues no sabían si el alcohol serviría o no para mí herida, sin embargo virtieron un poco sobre mí muslo provocándome ardor. Luego colocaron la gasa y envolvieron con la venda. Su método de curación no me parecía eficaz, no obstante agradezco lo que hicieron y la preocupación que le dieron a mi estado físico, desde hoy siempre estaré agradecido con ellos.
No tardamos mucho en llegar a la estación de tren. Amseok me prestó los pantalones que tenía puestos diciendo que de cualquier manera ya no tenía motivos para bajar de la camioneta. Me despedí de ellos, les agradecí nuevamente y entré a la estación.
Compré un boleto con el dinero de la indemnización que estaba en mi pantalón roto y me fui, llevando conmigo solamente un pantalón, una chamarra y una dirección, nada más.
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Quiero Decirte [Editando]
Fiksi PenggemarSuper Junior, un grupo de gran fama y con un historial musical impresionante, rompe las barreras establecidas y llega a ser una exitosa Boy Band reconocida mundialmente. Y luego Yesung, un chico común que a días de debutar, fue sacado del grupo debi...