Capítulo 30: En busca del Elbion Negro

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Algunas personas más inteligentes que yo se han preguntado sobre los milagros de la creación, sobre la posibilidad de que algo aparezca de la nada. En esa misma línea, me he preguntado sobre los orígenes del Elbion Negro, un libro que antecede a todos los manuscritos y pergaminos conocidos, incluso yo mismo he visto algunas representaciones suyas en cuevas a lo largo de toda Europa y África. Y también Asia y América.

Seres que aún no han descubierto la verdadera naturaleza de la escritura, la registraban sobre las paredes de esas cuevas: un ojo dentro de un cuadro con una cruz que lo atravesaba. Lo he visto en Francia, Bélgica, Egipto, Florencia, el Levante...

Pero el misterio aún prevalece. ¿Como puede ser que esta simple imagen, la imagen de un libro, aparezca una y otra vez? Naturalmente los historiadores lo han definido como una mera coincidencia. El mismo símbolo podría significar cualquier cosa. Aun así, estoy seguro de que es el Elbion Negro. He visto el libro real. He sentido su poder engañoso.

El libro llama a las personas. Sus garabatos pecadores envuelven un corazón y no lo dejan escapar. Menciona inmensos poderes pero a costos muy elevados.

Lo vi por primera vez en un desierto. Fue la suerte o el destino lo que me llevó a ese lugar, ya que estaba intentando seguir los rastros de un Genio que había sido avistado en las afueras de Bagdad, una búsqueda diabólica que resultó ser tediosa y en vano.

En una de mis paradas visite un burdel y, a pesar de ser un ser más allá de los entendimientos de los mortales, me doy a mí mismo ciertos placeres carnales, sobre todo cuando visito tantos lugares en el mundo. Criaturas exquisitas habitan este mundo dando unas probadas a hombres y mujeres de todo el universo, mientras disfrutaba de hacer el amor con una mujer hermosa logré percibir el sonido del silencio del local, siendo normalmente una taberna de mal augurio, era un poco inusual tanto silencio, por lo que le pedí a mi compañera que cesara de sus movimientos mientras tomaba mis prendas nuevamente y me dirigí a la sala principal de dicho burdel, donde estaban hombres viendo a mujeres bailar la danza de vientre.

Todos las veían a ellas, a excepción mía que puse mi atención en otra cosa. Sin embargo, al parecer, la causa de dicho silencio ya no estuvo ahí más. Que decepción.

Salí inmediatamente del lugar mientras investigaba sobre la persona que pudo ocasionar el silencio. En mi caminata nocturna conocí a una viajera que se dirigía al éste. Era una mujer que se encontraba vestida completamente de negro y que viajaba a pie por el desierto, pero el calor y los vientos fuertes no parecían molestarle en lo absoluto. Al principio, pensé que estaba ciega o delirante, pero luego se detuvo y volteó a ver. A medida que se acercaba pude ver entre sus brazos un inmenso objeto cuadrado envuelto en un trozo de piel.

Una vez que terminó de beber un poco de agua, me mostró el libro dentro de una de las tiendas. Recuerdo el sonido sibilante que azotaba contra la lona, minutos antes de que el viento Siroco envolviera el campamento, como si el desierto mismo quisiera aislar al mundo del poder de ese libro. Sus ojos se tornaron dorados mientras observaba mi reacción.

Este fue tomado del fondo del mar antes de que Jesús caminara con sus apóstoles— me contó. Su idioma tenía un leve acento, lo que me hizo pensar que, quizá, era nativa de los alrededores— Los Jenízaros me están buscando. Debo de mantenerlo seguro. ¿Me ayudaría usted, extraño?

La mire a los ojos y luego el ojo rojo tachado que me observaba lentamente desde la portada del libro. Allí estaba su poder, era inconfundible, al igual que ella. No sabía si alguna vez podría ver el Elbion de nuevo, si lo sacaba del desierto junto con su portadora. Pero claro, tenía que intentarlo.

Mansión de las Furias (Adaptación) (En Edición) | KookV/KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora