Mansión de las Furias (Adaptación) (En Edición) | KookV/KookTae

Capítulo 21: Doctor

Chijioke me ayudó a subir a la parte trasera de la carreta que él se encargaría de conducir hasta Derridon.

Me acomodé al asiento derecho fijado al suelo, en la otra parte de la carreta había otro asiento y, en el medio, yacía el cuerpo sin vida de la viuda, envuelto en unas pesadas sábanas. Muy discretamente sus, al parecer muy caros, tacones salían del rollo. El suelo de la carreta apestaba a excremento seco de aves. Lo conozco porque en mi trayectoria de vida he dormido en gallineros cuando huía de pueblo en pueblo.

— Preferiría ir dentro de la carreta con los demás, ¿sabes?— digo, suavemente, dejando que la punta de mis dedos tocara el piso. Fue casi imposible convencer a Jimin de que se marchara de la casa conmigo o sin mí. Aun así, venir era mejor que nada, porque debía asegurarme que no regresara a Coldthistle. Chijioke no me dirigía la mirada, llevaba un abrigo hecho de piel de animal y una bufanda muy gruesa.

— El señor Brenner pidió un poco de privacidad para él y su sobrino— me contesta, hablando bajo— mientras el señor Jeon se ocupa de él, es un huésped y debe recibir un trato a la altura. Contigo y el cuerpo de la viuda por ahí atrás apenas tengo espacio para unas provisiones aquí adelante. Sólo mantente alerta, ¿sí? El Doctor Tully no es alguien en quién podamos confiar. Ninguno de ellos lo es de hecho.

— Yo confío en Jimin— respondo molesto— además, el Doctor me defendió.

Chijioke solo negó con la cabeza y sonrió, esperando a que el Doctor Tully se subiera a la parte trasera. La puerta se cerró de golpe y Chijioke movió su mandíbula, tomándose un momento para hablar, nuestras miradas se cruzaron.

— Cree lo que quieras, Taehyung. Solo grita si necesitas ayuda— camino hacia la oscuridad y, por un momento, lo perdí de vista al salir de la seguridad que brindaba la poca luz que alcanzaba a darnos nuestras farolas.

En el asiento había unas mantas añejas las cuales coloqué en mis piernas tratando de contrarrestar el frío.

Foster, quien llevaba el carruaje del señor Brenner y Jimin, les hizo una señal de que todo estaba en orden y empezó a andar su carruaje, Chijioke arreo los caballos y empezaron a andar la carreta. El Doctor Tully iba a mi lado, parecía distraído viendo la Luna. Yo, sin embargo, me encontraba pensando en lo cálido que debía estar el carruaje donde estaba Jimin, o el cuarto de Jungkook, su cama era bastante cálida y, considerando que nunca había dormido con alguien fue placentero sentir ese calor. En mi vida no he conocido más que la pobreza, el sufrimiento y el maltrato de los demás y, en esta mansión, encontré a alguien que ve más allá de mí. Jimin, desde que lo conocí, nunca juzgó mi cabello, ni mi pobreza. Fue un caballero desde el inicio y, quizá es porque fue educado de esa forma pero no importaba, conocía varios burgueses que me hubiesen tirado del carruaje o me hubiesen hecho caminar el trayecto hasta la casa. La señora Haylam que me encontró y me ofreció un hogar, Mary que me ofreció esa amistad que hace años pensé nunca volvería a sentir, la inocencia de Poppy y Jungkook... no puedo explicar que es lo que siento como pasé del miedo profundo a un sentimiento parecido a comer pastel de limón, y yo amo el pastel de limón. Nunca creí que alguien fuese a gozar tanto de mi compañía cómo lo hace él. O no de la forma tan educada que lo hace. Todo pudo haber sido perfecto pero hay un problema, y es que en esa casa todos son homicidas o cómplices de ello. Como cada momento hermoso fue eclipsado con terror y repudio hacia todas esas personas que conocí, no creo odiarlos, pero ¿que se supone que deba sentir por Jungkook? Él es la mente detrás de quién sabe cuántas muertes, y la inocente Poppy es quien lleva a cabo tales actos, o la señora Haylam quien las conduce hasta la casa.

Es curioso ver cómo las cosas cambian en cuestión de días.

La última vez que estuve en estas carretas iba empezar una nueva vida y ahora quiero empezar otra.