Mansión de las Furias (Adaptación) (En Edición) | KookV/KookTae

Capítulo 1: Un brujo en el pueblo?

El olor de este pueblo me molesta, se siente ese aroma fétido a excremento de cerdo, se percibe en el aire, mezclado con un calor insoportable que hace que mi frente se vea igual que la mantequilla cuando se pone al sol. La señora que acaba de entrar a la capilla huele a perfume, supongo debe ser una mujer rica, sus zapatos parecen de cuero, parecen estar nuevos, su vestido parece seda y luce limpio.

— ¿Te quedarás todo el día viéndome o harás aquello por lo que te estoy pagando?— menciona la desagradable mujer, mientras trato de fingir una cara amable, no me es complicado cuando estaba en ese internado que mis padres me mandaron. Tenía que ver a las monjas con amabilidad si no quería ser castigado, el nombre de ese lugar se quedará grabado en mi cabeza durante mucho tiempo. Pitney maldito lugar.

— Esto toma su tiempo querida dama estoy percibiendo mucha información de su mano en este momento, si ya lo veo.

Trato de hacer tiempo mientras intento analizar cómo puede estar viviendo y que es lo que busca, lo que toda mujer que viene a verme quiere que le diga. ¿Habrá un hombre que la saque de este estúpido pueblo maloliente? La respuesta debe ser si, de lo contrario no me darán nada, debo ser convincente para que no sepa que la están estafando. Obviamente no puedo ver el futuro, pero conseguir dinero sin recurrir a la prostitución o tener un marido rico no es tan sencillo. El traje que traigo puesto lo robe de un hombre burgués borracho en una taberna, que seguramente fornicaba con alguna prostituta, sorprendentemente era de mi talla. Robar comida en Pitney resultó afinar mis habilidades para no ser notado cuando me meto a algún lugar. El traje no es lo mejor que se hubiera visto, pero me ha ayudado a dar una apariencia más seria para el trabajo que desempeño. También ayuda el hecho que, por alguna razón, mi cabello es color verde azulado, como el de algún lago, nunca he sabido por qué tengo esa condición pero es suerte quizás porque físicamente tengo que agradecer los rasgos tan finos que poseo, nunca he vendido mi cuerpo, sin embargo, seduzco fácilmente a hombres y mujeres, cosa que me ha ayudado con el pasar de los años, pero me ha costado muchos problemas. En fin, me estoy perdiendo en mis pensamientos y la señora que tengo frente a mí ya parece irritada.

— Veo a un hombre, sí. Un hombre traerá fortuna a su vida, veo vestidos de seda, perfumes caros, zapatos, mucha abundancia a su vida— invento y la mujer dibuja una sonrisa en su boca de lado a lado, podría decir que se sonrojó un poco, debo decir que eso es buena señal.

— ¿En verdad? Dime, ¿Cómo es el?— pregunta y se acerca un poco más intrigada por mi anuncio, aprovechare esta oportunidad para sacar ganancias.

— Averiguar eso le costará diez chelines extra— negocio mientras su expresión se frunce. Puedo notar muchas líneas de expresión en su rostro, aparentemente es mayor de lo que podría aparentar.

— De acuerdo— Se dispone a sacar mi ganancia de su bolso y la pone en la mesa, y descubro la bola de cristal que estaba cubierta por un mantel purpura. Poso mi mano sobre la bola y miro fijamente a ella. Otra cualidad que destaco de mí es mi habilidad para blanquear mis ojos dando una apariencia inquietante pero estoy seguro de que no significa nada más que un talento más de mi parte.

— Sí, lo veo, es de mediana edad, veo un sombrero grande, un bastón y una casa en las afueras. Cabello negro, unas cuantas canas y facciones rudas en su rostro— Parece que le gusta lo que escucha y me mira de una forma extasiada. Debo decir que me incomoda un poco.

— Muchas gracias jovencito, debo decir, que no creía en brujos como tú, y la verdad no estaba segura de esto, pero confiare en ti porque luces muy apuesto. Por cierto, no pienso que debas seguir con esta clase de prácticas no son bien vistas ante Dios, deberías saber que los brujos no son algo que se acepte— Saca una moneda de plata de su monedero y la pone frente a mí— Ten y come algo. Luces bastante flaco y tal vez te pueda hacer recapacitar sobre tus prácticas.