Capítulo 16

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—¿Tienes hambre?—una hora después de la ida de las chicas, Gregory también había tomado camino junto a Gia, lo que le había dado un toque de alegría a Nicholas en toda la situación

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—¿Tienes hambre?—una hora después de la ida de las chicas, Gregory también había tomado camino junto a Gia, lo que le había dado un toque de alegría a Nicholas en toda la situación.

No fué preciso contestar a su pregunta, mi tripita había sonado al instante dejándole claro sus intensiones. Poco después tenía un plato de tostadas dulces y saladas con una salsa teriyaki, acompañada de un pesto tradicional de Italia. Si algo sabía hacer Nicholas, era combinar distintas recetas de distintos países.

—Espero que te haya gustado la sorpresa.

—Me encantó—dejo unos cuantos besos sonoros en sus mejillas.

¿Cómo no encantarme? Nadie había hecho una cosa igual por mí. Ni un ramo de flores o una caja de bombones, nisiquiera algo más simple: como una chupeta o un alfajor.

La tarde había llegado poco tiempo después y con ello más sorpresas. No sólo era sexo y detalles que me enloquecían, sino también momentos espectaculares junto a ese hombre, mi hombre. Mi madre me había sorprendido con un enorme cartel llegando a la casa, aquella se encontraba vestida con uno de sus vestidos sueltos que siempre usa, adornando su adorable barriga.

Era irónico, ahora parecíamos hermanas.

—Vamos a cenar—dice Nicholas al estar todos reunidos en la sala de la cabaña. Aquel lugar empezaba a resultarme acogedor, aún más que el propio apartamento.

Asiento y camino a la cocina para poco después un silbido detenerme, me giro y contempló la sonrisa de Nicholas.

—Vamos a comer fuera amor.

¡No sé diga más! Me había ido directamente a por una ducha para luego vestirme decentemente: un vestido negro con lentejuelas; aquellas me encantaban, además que contrastaban con todo mi cuerpo y mi vientre. Sonrío, solo semanas y ya sabría el sexo de mi hermoso bebé. Una vez lista bajo a la sala donde todos parecían estar esperándome, sonrío ante tal muestra de atención y salimos de la casa.

Una vez dentro del auto me fue imposible preguntarle a mi madre por Will, primera vez que la veía sola en todo éste tiempo que había pasado con él y la verdad me era extraño. Demasiado.

—¿Dónde está Will? Pensé que vendría—comienzo suavemente, mi madre conocía mis intensiones, pero aún así no dudo ni un segundo en responderme.

—Viaje de negocios, te mando felicitaciones. Que te debe tu regalo.

Asiento sin saber que más decir, no quería presionarla y si ella lo decia, así era. Una vez llegamos al restaurant  y entre tanto Nicholas aparcaba el coche, habíamos entrado en busca de nuestra mesa. El restaurante de Nicholas había elegido era fantástico, espacioso y con un cierto número de mesas que hacía ver el lugar muy ordenado; las paredes tenían el típico aire gótico de la estructura de la ciudad.

Sedúceme#2✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora