"Ambos habíamos caído"
La historia de amor de Susan y Nicholas no está ni a un ápice de terminar. Luego de algunos meses de descanso, ambos vuelven a la cocina del Monroe donde explotan sus talentos culinarios. En cuanto a su vida amorosa, empiezan...
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5 meses después.
Las campanas de la iglesia se escuchaban fuertemente mientras bajaba de la limosina que habíamos preparado para éste día, mis piernas temblaban y creía que podía caerme en cualquier momento. Miro al frente, algo nuevo me esperaba.
La mano de mi padre me saca de mi ensoñación, volviendo a la vida real. Éste me sonríe y yo sí poder evitarlo le correspondo. Esperamos unos minutos fuera hasta que escuchamos la música introductoria dándonos a entender que debíamos entrar. Dentro, el lugar estaba lleno de mis personas más cercanas y es que no era una iglesia común ni un evento común.
—El lugar es espléndido. Jamás se me habría ocurrido casarme con tu madre aquí—murmura mi padre lentamente mientras caminamos por todo el camino de rosas, aquel que daba final en los pies de Nicholas, mi amado.
La verdad habíamos encontrado un perfecto lugar para casarnos. La iglesia de Florencia nos había sorprendido a ambos al ser por dentro una cosa distinta al exterior.
—Tienes razón.
Alzo mi vista y mi corazon se detiene, Nicholas estaba más guapo que nunca con su traje de novio. Miro hacia un lado de él, dónde en brazos de mis amigas se encontraba mi pequeña hija, aquella que había nacido hace tan solo dos meses y que sin dudas, había sido lo mejor de mi vida. Aún recordaba el parto, lo más gracioso e imprevisto que pudo suceder en aquellos mesesitos. Del otro lado, Gregory junto a Kamilo me sonreían mientras me veían avanzar entre aquel camino.
—Creo que debo decirte que cuides mucho de mi hija, pero la verdad es que ya se que lo haces—dice papá una vez llegar junto a Nicholas.
—Con mi vida—responde éste.
Mis manos toman las de Nicholas y entonces la música se detiene, los presentes se levantan y el padre toma la palabra.
—Siempre serás el amor de mi vida. —murmura Nicholas—. Si importar qué. Eres mi vida entera. Lo mejor de ella.
Miro sus ojos y me quedo hipnotizada. Aquel hombre frente a mí, había sido todas mis necesidades en una, aquella que la vida me había mandando como un regalo del cielo para amarnos mutuamente y apoyarnos.
—Estaré más que encantada de serlo, tenlo por seguro.
Sonreímos y minutos después, nos habíamos profesado un amor genuino uno al otro, justo en aquella iglesia. Ante los ojos de Dios. Pues, ahora no éramos solo una pareja, éramos más que eso. Éramos dos personas, convertidas en una sola.
Éramos el mundo entero en nuestros propio universo. Y eso, nos bastaba.
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Bueno mis bellas, queda más que claro que la segunda entrega llegó a su fin. Gracias por todo el apoyo que hemos recibido, tanto Pruébame como Sedúceme. Las amo enormemente.
PD: estaré subiendo las aclaraciones del tercer e último libro más tarde, para que vayan agregándole a su biblioteca.
