Capítulo 20

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Frío

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Frío.

Mis huesos se encontraban entumecidos debido a las bajas temperaturas, mis labios secos y algo partidos se encontraban entreabiertos tratando de poder respirar un poco. No estaba del todo mal, eso pensaba, aunque no sabía en si dónde estaba.

Mis ojos comienzan a abrirse poco a poco y entonces caigo en cuentas de todo lo sucedido horas, minutos o quizás días antes.  Luego de subir a la camioneta doble cabina, había sido recibida con un suave pañuelo en mis fosas nasales, desmayándome así. Poco después, había podido ver entre mis ojos dormidos la estructura de una casa, aunque la verdad no sabía para nada sobre el trayecto hacia allí.

Stephanny no se había dirigido conmigo hasta dos días después, sólo para enseñarme el montón de llamadas perdidas en mi número con tono burlón. La comida no era más que enlatados insípidos sin sabor, que hasta había llegado a pensar que éstos tenían mucho más sabor que las propias personas junto a mí.

—Vamos, es hora de llevarte a una habitación—dijo Fiorella entrando por la puerta de lo que suponía era el sótano de la casa, lugar donde estaba. Con pocas fuerzas había podido levantarme y caminar escaleras arriba hasta llegar a una pequeña puerta—. Entra—un fuerte empujón y caigo en el suelo, llevando mis manos mucho antes alrededor de mi vientre. Para nada permitiría que algo le pasara a mi bebé.

Me levanto e inspeccionó la habitación, algo espaciosa pero de muy antaño para mi gusto, los colores no eran vivos, sino más bien opacos. Lo único que me había hecho estallar el corazón había sido la ventana al lado de la cama, aunque mis esperanzas habían disminuido al encontrar con que ésta estaba cerrada. Ruedo los ojos, era claro, no podían ser tan tontas.

¿Qué harían conmigo?

El miedo había inundado mi cuerpo y sin poder pensarlo, me había partido a llorar. Había dejado a Nicholas y ya habían pasado dos días desde el secuestro. Mi mente no dejaba de pensar en lo mortificados que todos debían estar. Me siento en el borde de la cama y trato de calmarme, algo bueno debía sacar de todo ésto; además de todo, ése había sido mi propósito, encontrar una manera de acabar con Stephanny por todas sin hacer daño a mis seres queridos.

Era de día, pero aún así seguía sintiendo el mismo frío de hace unos minutos en mi cuerpo, aún cuando el sol había traspasado la ventana y tocado mis dedos. Debía mantener la calma y jugar descubrir como salir de aquí, pero sobretodo, como terminar de una por todas con Stephanny.

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El comedor de la casa era aún más horrible que las habitaciones. Era de noche y me encontraba vestida con un vestido azul turquesa que me había conseguido en el closet del cuarto; luego de bañarme y vestirme, había sido interrumpida con Fiorella, dejándome ésta saber que debía bajar cuanto antes a cenar. No había hecho más, sólo asintió. 

—Vamos, siéntate. Espero te gusten las vistas y bueno, la comida tambien—la sonrisa odiosa de Stephanny se extiende por toda su cara, mientras miraba con asco la comida frente a mí: más comida podrida.

Sedúceme#2✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora