Capítulo 18

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Maratón 02/03

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Maratón 02/03

Cómo si el día de hoy no pudiera ser peor me encuentro con una sorpresa al despertar: la cara de Gia a unos centímetros de la mía. Y vamos, no era lo peor que me había pasado, pero en éste caso hablaba del susto que había pasado. Había sostenido mi corazón en mi mano por minutos interminables esperando que el aire volviera a mis pulmones, queriendo matarla a base de cosquillas. 

—¡Nicholas!

—A mi no me mires, tú fuiste la que la malcrió—levanta ambos brazos en forma de averigua tú y se mete al baño, segundos después el sonido del agua de la ducha se hace presente.

Una vez ducharme y bajar a la sala me llevo una gran sorpresa, Gregory se encontraba acompañado de una mujer. Éstos se encontraban fuera de la casa, en el jardín de flores hablando muy animadamente. Dejo a Gia en la mesita y le coloco algunas comiquitas, entro en la cocina y sacó algo para desayunar.

Nicholas aparece vestido con un short de andar por ahí y guarda camisa, dejando ver con más facilidad su musculoso pecho. Me cruzó de brazos mientras le doy un bocado a mí pan tostado. Aquí pasaba algo.

—¿Me vas a decir que es eso de allá afuera o tengo que averiguarlo yo?—pregunto. Nicholas abre la nevera y se sirve un vaso de jugo de naranja.

—No sé de lo que hablas—llega hasta mi lado y me da un beso en la mejilla. Lo miro a los ojos. ¿Él tampoco sabía que lo que estaba haciendo Gregory?

—Tu hermano, está allá afuera—informo esperando su respuesta. Éste asiente y deja el vaso en la encimera yendo hacia la puerta de salida.

Miro mi hogar, una casa normal y corriente en medio de un paisaje hermoso casi parecido al Olimpo. Nicholas regresa con una expresión en su rostro que me hace reír; ahora cabía más en la suposición de que no sabía nada. Me siento junto a Gia y segundos después ésta comienza a darme información sobre planetas inexistentes en nuestro sistema solar, cada una creado por su imaginación.

—Y luego está Duppy. Ése es un cascalabias lleno de lava—tapa su boca con su mano como si se le hubiera ocurrido algo—. Tía, no puedes pishar la lava. Te quemalas.

—No la pisaré pequeña—doy un sonoro beso a su mejilla y aparto algunos mechones de cabello de su oreja—. ¿Por qué no vas y saludas al tito? Debo ir al baño.

Sale corriendo hacia Nicholas y éste la carga dándole vueltas por el aire. Aprovecho el momento para ir al baño, el cual no se encontraba tan lejos de allí. Tomo de paso mi teléfono de mi cartera y al entrar al baño, cierro con pestillo. Aún traía en el escote el pedazo de la notita en donde se encontraba el número prodigioso.

Sedúceme#2✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora