16.Zodoku

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Nuestra cita continuó de maravilla.

Su voz me envolvía en historias con una ocurrencia increíble.

Ya eran casi las 7 de la noche cuando decidimos irnos, no sabíamos a donde simplemente queríamos estar más solos supongo.

Salimos de local y él me dirigió hacia su carro no me importo dejar mi motocicleta, sabía que después de un rato pasaría por ella.

Me abrió la puerta del copiloto y yo me apresure entrar.

-¿A dónde iremos?-mi rostro no podía ocultar la intriga y la felicidad que sentía.

-Estoy pensando en un lugar hermoso que te quiero enseñar, pero dime ¿hasta que hora tenemos para regresar?-Su mirada estaba fija en mi y eso me ponía nerviosa.

Estar con él era sentirme inquieta y exitada por el cambio de emociones que producía en mi.

Pero el regresar a mi casa...

Se me había olvidado por completo ese detalle, los chicos y yo nos veríamos.

Mire la hora.

-Disculpa se me había olvidado, me reuniré con mis amigos en mi casa dentro de dos horas. - La desilusión en mi voz se escuchaba fuerte y clara.

Su mano se posó en mi muslo y me dio un ligero y casi imperceptible apretón en el.

-Tranquila cariño, si nos da tiempo-

Prendió su deportivo y emprendimos el camino en silencio.
Su mano continuaba en mi muslo y no me molestaba, para nada en realidad, el ambiente era cómodo me agradaba eso de él.

Llegamos a un pequeño parque, que no era muy conocido en nuestra ciudad pero tenía un hermoso lago, no era la primera vez que venía.

Hell y yo habíamos venido aquí más de una vez.

Nos sentamos en una banca cercana al lago y yo me recosté en su hombro para poder apreciar el cielo.

Era hermoso tenía tonos azulados y unos pocos morados que resaltaban con las nubes.

-Extrañaba venir aquí- el fue el que habló.

Voltee a verlo y su mirada estaba perdida y vacía.

Continuó hablando.

-Solia venir seguido con mi madre y mi hermano cuando éramos pequeños.-

-¿Y por qué ya no vienen?-inmediatamente que salió eso de mi boca me arrepentí, ¿que tal si era algo muy personal?, su silencio me lo comprobó.-Lo siento no quise incomodarte. - me apresure a decir.

-Tranquila, es solo que es algo de lo que me cuesta hablar. - Su mirada y la mía estaban unidas, él sonrió para quitarle importancia al asunto al igual que yo.

Levantó su mano y la acercó a mis labios,sus dedos los delineaban con precisión y suavidad.

Mi corazón comenzaba a acelerarse.

-Tus labios son hermosos. - se escuchaba ronco y no sabría decir que si era por el frío o la situación en la que estábamos.

Nuestros rostros estaban un poco más juntos y los dos predeciamos lo que pasaría.

-¿Ah, si? - mi voz al igual que la de él sonaba diferente, era sexy.

-Si, se ven exquisitos. - sus dedos dejaron de juguetear y dieron a dar en mi barbilla,ansiaba su toque.

-Y... ¿Por qué no los pruebas?.-deseaba tanto su respuesta o sus acciones ante mi propuesta , pero los dos estábamos jugando a tentarnos y a mi me encantaba eso, me relami los labios y desde ahí sus ojos no se podían apartar de mis labios.

-¿Quieres que los pruebe?. - se acercaba cada vez más a mi, tentandome e incitando a más.

-Quizás. - nuestras frentes chocaban al igual que nuestras respiraciones, estábamos tan cerca que escuchaba a su corazón acelerado.

Y estaba segura que el mío estaba igual o peor.

Nuestros labios se rozarón.

El momento había llegado, sus labios y los míos por fin podrían probarse y desbordar esa lujuria y deseo que desprendíamos al vernos pero el destino no estaba de nuestro lado, un maldito celular sonó, mejor dicho mi maldito celular sono.

Kiwi se escuchaba por lo alto, y claro que era una muy buena canción, pero romanticona como para el momento que nos estábamos montando pues no estaba.

-Puta madre,lo siento. - eso salió de mi y nos separamos.

Solto un suspiro y me sonrió.

-Tu tranquila, contesta. -

Le sonreí, lo más avergonzada posible y conteste.

Sabia que era Hell.

-Hey, ¿que sucede Hell?- mi voz sonaba un poco entrecortada por el frío que ya estaba calando y la situación que estuvo a punto de pasar con Axel.

-¿Donde estas muñeca? Que nos tienes a todos preocupados.- su tono de voz era como cuando éramos pequeños y trataba de tranquilizarme.

-Pero más al Cabronazo de Hell. - La voz de Garret se escucho de fondo y las carcajadas de los chicos igual.

Yo igual me reí.

-Cállate capullo.-se escucho el quejido de Garret, lo más seguro es que Hell lo golpeo.-Mira muñeca, ya todos estamos en tu casa para la pijamada, tus padres salieron y dijeron que regresaban hasta mañana así que, tenemos casa sola, solo apresurate a llegar que el tragon de Jacob se acabará todos los dulces.

-¡No soy tragon!. - la voz de Jacob resonó por el celular y se notaba que tenía la boca llena de alguna chuchería.

No pude evitar reírme, pues ya me imaginaba aquella escena.

-Vale vale, ya voy para allá, solo apartalo de mis cacahuates-

-Lo que usted ordene princesa, te quiero...-eso si no me lo esperaba, Hell era el que menos decía eso y mi silencio lo demostraba, estaba perpleja. - bueno te queremos.-solto con rapidez tratando de remediar lo que dijo.

-Igual los quiero.-Dije y Colgué, que más podía decir.

Hell era confuso y misterioso, como esos juegos de zodoku, que cuando crees que has colocado los números correctos en un recuadro, te das cuenta que chocan con los de bajo.

Y todo está mal.











Ardiente, suave y delicioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora